viernes, 29 de enero de 2010

LA BELLEZA CONGELADA

Todos los equipos vascos de las categorías superiores se juegan en estos próximos días –los de Laburdi repetidamente-, más que los meros puntos. El Olympique es el que menos peligro tiene porque lo que persigue es colocarse en uno de los seis primeros puestos de la Top 14 para disputar la final francesa y la copa europea siguiente. Gernika aspira a consolidar su sorprendente aparición en la máxima categoría española, Ampo Ordizia busca poner distancia con los puestos de descenso mientras que Aviron Bayonnais y Pegamo Bera Bera quieren escapar de los que ya ocupan que les conducen a la pérdida de categoría.
¿Se puede jugar bien en estas circunstancias? Si jugar bien es hacer juego abierto, a la mano, con patadas creativas, con ensayos... es evidente que existe la posibilidad, los cinco equipos han demostrado que tienen juego suficiente para obtener buenos resultados de esa forma. Pero la experiencia nos advierte de que probablemente no va a ser así. Sin embargo, en esta fase de la temporada los equipos necesitan más que nunca del apoyo de sus seguidores y lo obtienen con independencia del espectáculo.
Así que en el frío y húmedo ambiente de nuestras canchas se vivirán encuentros calientes en los que el balón se percibirá por los espectadores cuando el correspondiente pateador lo prepare para el golpe de castigo y poco más. Y el protagonista más destacado para unos y para otros será aquél de quien nunca es bueno escribir, el árbitro.
Deseo equivocarme naturalmente en esta agorera predicción y que los dioses de Ovalia trastornen algunos cerebros técnicos para que se arriesguen a confiar en sus jugadores y para que éstos exijan fuera y dentro del terreno que se juegue al rugby en toda la extensión del concepto, se parezcan o no a Matt Damon.

jueves, 28 de enero de 2010

COMANDOS SUICIDAS

English: Tienda de souvenirs vascos en Gernika
English: Tienda de souvenirs vascos en Gernika (Photo credit: Wikipedia)
Se dice que los etarras no acuden a la táctica terrorista del comando suicida lo que les diferencia enormemente de los islamistas, sus congéneres en tantas cosas. Quizá porque el paraíso nacionalista se parece demasiado a Hernani y las huríes abertzales deben ser una mezcla de camionera, alcaldesa y arnaldootegi que no les anima a dar el paso y además después de estar de sidrería quién va a creer que hay otra vida mejor o así.

Pero es falso, los comandos suicidas de Eta son los presos. Estos se están inmolando todos los días de la misma descabellada forma que un talibán drogado pero no lo hacen en un instante sino que duran inagotablemente en su suicidio y causan estragos en sus madres y familiares durante años y años con una obstinada negación de la realidad, de la inutilidad de su sacrificio que ya no la aprovecha ni un demente arzalluz para recoger nueces sangrientas.

Extraños frutos cuelgan del árbol de Gernika que las lágrimas de tantos vascos han regado. Lo más parecido a un muerto por la patria es un muerto por la no-patria. Y el cinismo de las políticas palabras del turista carcelario, hablando en titulares de prensa siempre, que demuestra una vez más que es un mero muñeco del ventrílocuo encapuchado.

sábado, 23 de enero de 2010

MAD MAX

Pasando por Chueca hace un tiempo, mi acompañante se sorprendió por la abundancia de calendarios de rugby en escaparates. Le aclaré que se trataba del calendario del Stade Francais que anualmente se vende por centenares de miles no sólo entre gays. Es una idea de marketing de las más exitosas de su presidente Max Guazzini que ha convertido el rugby de club en un espectáculo de masas en París.

El actualmente italiano Guazzini es un abogado que se enriqueció con el crecimiento de la radio NRJ, a la que entró de la mano de la cantante Dalida, aprovechando la liberalización –ciertamente confusa y con escándalos-, de las ondas francesas, y que cogió al equipo parisino en segunda división en la transición del rugby hacia el profesionalismo y lo ha convertido en una potencia deportiva y del show business.

Pero ahora se enfrenta a un problema desagradable para todo dirigente deportivo, dos de sus jugadores titulares han recibido serias sanciones por comportamiento antideportivo de 24 semanas Dupuy y de 70 semanas por reincidencia Attoub. El gesto castigado de ambos esta vez fue meter los dedos en los ojos de un jugador contrario, "la fourchette", tenedor o piquete. La instrucción de ambos procesos se ha basado en la igualdad de armas y bilateralidad entre acusación de oficio y defensa, el juez deportivo se ha tomado su tiempo desde el 12 de diciembre en que pasaron los hechos para dictar, previa audiencia y práctica de pruebas, su condena. La primera reacción de Guazzini no ha sido afortunada, abrir la boca para denunciar que las sanciones son consecuencia de una campaña antifrancesa en el rugby internacional no es precisamente lo mejor que se puede hacer en estos casos.

Culpabilizar al otro es muy humano y esto, unido a la solidaridad como elemento esencial del grupo, le ha llevado por segunda vez esta temporada a Max a un comportamiento calificable de futbolero. Es elemental que debe apoyar a sus jugadores como dirigente de la organización pero nadie puede mirar a otro lado en este tipo de conductas contra el propio club. El proyecto colectivo muchas veces requiere que se aparte a quienes con sus probados actos lo perjudican.

Max Guazzini se responsabilizó del nombramiento y del cese, por el mal juego y malos resultados, del equipo técnico con el que los parisinos empezaron la temporada pero acudir ahora al fantasma del enemigo exterior suena demasiado a artimaña de líder en el crepúsculo de su carrera. Y si alguna vez dije que nuestro rugby debía de pensar en importar dirigentes del otro lado en vez de jugadores y técnicos, hoy he borrado a alguien de la lista de importables, aunque algunas de sus aportaciones vayan a marcar el desarrollo de nuestro deporte en el mercado capitalista del ocio.

martes, 19 de enero de 2010

EL INVIERNO ES FRIO

A veces hay que demostrar lo evidente y esto suele ser muy difícil en un proceso –con algunos jueces incorruptos, imposible-. Cuando las suspensiones por inclemencias invernales nos recuerdan que nuestro deporte se juega mucho en invierno y que se aproximan dos grandes torneos a Ovalia, el de las VI Naciones en el Hemisferio Norte y el Super 14 en el Hemisferio Sur quizá se me perdone que una vez más trate de algunas cosas evidentes en rugby.
El rugby es un deporte de equipo. Por tanto no lo es de la suma de quince individuos sólo, sino de esos quince en equipo, esto es cohesionados y con un objetivo. Si no hay cohesión no hay equipo y esto cuenta para todas las personas que lo conforman desde los titulares del primer equipo en el próximo encuentro hasta el secretario de la junta directiva, pasando por suplentes, técnicos y dirigentes e, idealmente, patrocinadores y seguidores, como nos recordaba un sencillo suelto del entrenador Pascal Dion en un Midol releído como escaso sustituto de la dosis de rugby prometida y frustrada del fin de semana pasado.
Nuestros clubes guipuzcoanos, todos, se encuentran faltos de cohesión en alguna medida. Es muy fácil que una sucesión de éxitos alimente una cierta cohesión en todos los círculos concéntricos que conforman cada club y que la zozobra, por el contrario, la deshaga. Los que la aumenten las próximas jornadas, pase lo que pase en los marcadores, alcanzarán un buen resultado al final de la temporada ¿Y los otros? A los otros se les seguirá oyendo castañear los dientes en las tinieblas de la soledad de los graderías hasta en primavera.
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La idea es que no puede intentar ganar nada quien tiene un "enmerdé" en su propio equipo sea un club de rugby o el obispo o una facultad universitaria... primero la cohesión en torno al objetivo y luego lo demás.
Y de paso recordar que los jueces no ven lo evidente o sea que hay que probarlo, aunque sea a efectos de recurso y a veces tampoco sirve de nada, ya lo dijo Bertold Bretch "Hay jueces totalmente incorruptibles, son incapaces de hacer justicia ni cuando quieren".

sábado, 16 de enero de 2010

SACRIFICIOS HUMANOS

Es bien sabido que aborígenes americanos ofrecían vidas humanas a sus dioses en ceremonias religiosas y luego aprovechaban las proteinas así obtenidas como alimentación ya que las deidades no las tomaban –por cierto, una tribu, creo que de pawnees, invitó a merendar a un Massé, olvidando avisarle que formaba parte esencial del menú, allá por el siglo XVIII-.
Las religiones nos dicen que el correspondiente dios de guardia -o dioses en su caso-, que picotea de aperitivo todas las vidas, cuando le apetece darse un atracón, a ser posible de tostados, envía un terremoto, un maremoto o cualquier otra calamidad, como ahora en Haití, y se ofrece a sí mismo esos sacrificios humanos que tanto repugnan a casi todas esas religiones cuando es un hombre quien lo hace, siempre que sea sin un motivo que le complazca al intérprete de turno de la voluntad divina..
Como las hormigas pisoteadas por el niño en su fila al hormiguero, ahora sólo nos queda ayudarnos mutuamente como supervivientes a esa incomprensible hecatombe –hecatombe es sacrificio de sólo cien bueyes al mismo o mismo dioses que ahora multiplica la muerte de sus criaturas conscientes-, hasta que nos llegue nuestro final definitivo, posiblemente como especie, ya que todas las vidas somos colectivamente una sola vida.
Y en este pequeño país quien se erige en representante católico de esa voluntad creadora y destructora que, según cuenta, se encarnó en zombi judío hace un par de milenos, va y nos banaliza la desaparición violenta de esas vidas humanas a mano alzada de su dios comparándolas con las maldades espirituales de la sociedad que le acoge y de paso machaca la ética cristiana, legado permanente de las palabras que nos dejó Jesús de Nazaret en su breve paso por aquellas tierras siempre ensangrentadas en honor de su padre Yahvé o de su primo Alá, o como quieran llamarle.
Mientras, esperemos tranquilamente la siguiente e inevitable catástrofe sin saber cuándo quien la decida –si algo o alguien la decide-, sea divino o humano la provocará.

domingo, 10 de enero de 2010

EL SEÑOR VALDEMAR EN ZOMBIELAND

No he entendido nunca mucho de Teoría Económica, mientras que la lectura sobre Estructura Económica consigue dormirme rápidamente y la Microeconomía que me inquieta es la desbocada mía. Por eso quizá leo las páginas salmón los domingos con curiosidad y he sentido la muerte de Samuelson como si fuera la de un viejo profesor que me ha acompañado desde que la vida me obligó a estudiar su obra más elemental.
La coyuntura negativa actual de la crisis -crisis es vida por lo que mientras haya vida humana habrá crisis-, me está haciendo acudir una y otra vez a otra vieja lectura juvenil El Sr Valdemar de Edgar Allan Poe. La historia que he repetido muchas veces es la del hombre aquel que es hipnotizado en su agonía y no se entera que se ha muerto hasta que es bruscamente despertado del sueño hipnótico -Roger Corman con Vicent Price hizo una película muy recomendable en technicolor con el tema-. Muchas veces he comparado una empresa determinada con el sujeto hipnotizado. Hasta que alguien no la despierta no se muere y descansa en paz. Mi profesión me ha obligado a despertar empresas, muertas sin querer saberlo, con cierta frecuencia para que aunque sea los gusanos y carroñeros pudieran, pudiéramos, vivir de sus despojos. Y es duro y falto de comprensión este esfuerzo.
Como dicen algunas páginas salmón ahora hay tantas empresas muertas en vida en España que se puede hablar de nuestra economía como de Zombieland. Esas inmobiliarias parabancarias que están reteniendo suelo y construcciones y evitando así que se alcance el estado real del mercado inmobiliario por ahora son los zombies que van a provocar de un momento a otro el gran batacazo final, la traca necesaria para culminar esta sesión de fuegos de artificio, de nuestra economía. Y se va a hacer al grito, nada correcto políticamente, de ¡Maricón el último! Porque va a pasar, el ladrillo no se come y entonces o se produce la búsqueda desesperada de liquidez forzosamente o se organiza la salida del pus por el drenaje pero la realidad es que están muertas y mantenerlas sin finalidad alguna dando tumbos ante las cámaras de George E. Romero sólo sirve para que no queden empresas vivas bien porque las maten los zombies bien erróneamente quienes pretenden luchar contra ellos.
No podemos devaluar el euro ni siquiera el 40% que requiere al menos la economía española así que la cola del paro crecerá hasta que la circulación económica alcance esa devaluación real si Chinos, Vietnamitas, Hindúes... no sienten de pronto un ansia de sol y playa y acuden a adquirir sus ladrillos a nuestros bancos ¿Se hace algo para traerlos a Benidorm a comprar en vez de a vender?
Mientras, nuestros preparados jóvenes pueden buscar su pequeño papel televisivo en Españoles en el Mundo e irse a vender talento, ya que sus padres no lo hemos sabido hacer, a esas economías ya en crecimiento y a las que les esperan también convulsos tiempos por sus situaciones internas -no se puede mantener una democracia económica en un régimen autoritario-, lo que no deja de ser apasionante y quizá merezca la pena estar empresarialmente -funcionarios y jubilados abstenerse-, en esas transiciones si no es demasiado tarde.

viernes, 8 de enero de 2010

ALBA

En el caos de la antigua Saigon, ahora renombrada en honor del tío Ho, nos han nacido a una nueva jugadora de este partido indefinido de “open rugby” que es la vida.
No creía que me iba a sentir tan frustrado como me estoy irracionalmente sintiendo pero la realidad hace imposible la visita de abuelo por ahora y me hace añorar la jubilación necesariamente lejana y que nunca he deseado.
Su nombre está ligado inevitablemente para nuestra generación a tristes acontecimientos de muertes violentas que tuvieron lugar apenas tres meses antes de que naciera su padre y que Luis Eduardo recogió con acierto.
Daniek nació vinculada a José Ortega y Gasset, filósofo español de ida y vuelta, en una ciudad universitaria holandesa y Alba nos ha nacido vinculada a un poeta de la transición española en una ciudad que simboliza la suciedad de todas las guerras y el renacimiento de unos ciudadanos a pesar de aquélla y de la situación política actual.
Y además ambas tienen un abuelo pelma, filosófico y seudopoeta, a pesar de lo cual es de esperar que se desarrollen sin muchos traumas.

jueves, 7 de enero de 2010

LA JAURIA HUMANA

HOY NO HA SALIDO MI COLUMNA EN LA EDICIÓN DIGITAL ASI QUE AQUI VA
Creado a semejanza de Dios o la peor alimaña viva –cada uno puede tener sus creencias al respecto-, pero el hombre es lo que hay y mientras no se suicide como especie, somos los simios con poco pelo que culminan la escala animal. Entre los juegos sociales que los hombres practicamos se encuentra el rugby.
Hay quienes juegan rugby con respeto a sus valores y sus reglas y quienes lo practican de otra manera, esto es que entienden que la agresividad implícita al deporte de contacto permite causar daño al contrario como forma de vencerle. Aquellos jugadores que se hacen respetar por su contundencia en la jugada y que marcan su territorio en breves ajustes de cuentas cuando entienden que el contrario se ha excedido en su agresividad y estos otros jugadores que confunden la violencia con la superación al oponente. Incluso es por desgracia habitual que equipos practiquen formas sucias de juego y que dirigentes y entrenadores las fomenten consciente –enseñando trucos de probada eficacia-, o inconscientemente –esas historias y leyendas que se cuentan orgullosamente ante adolescentes-. Somos humanos, no somos perfectos.
En medio del debate nacional sobre la identidad –debate estúpidamente humano y que por cierto en este pequeño país no ha cesado nunca-, que se ha lanzado en Francia, un debate secundario se ha cruzado: la suciedad identitaria del rugby francés. Como una vez más jugadores franceses se enfrentan a sanciones disciplinarias por gestos agresivos como “la fourchette” –introducir los dedos en tenedor en los ojos del contrario aprovechando un amontonamiento-, se discute simultáneamente y en otros medios sobre si este modo sucio de jugar es esencial en el modo francés de jugar al rugby frente al británico por ejemplo. Quizá ambos debates tanto en Francia y en otras sociedades humanas como en el rugby y en otras actividades humanas no sean más que uno solo.

martes, 5 de enero de 2010

TODAS LAS COMPARACIONES SON IRLANDESAS BIS

Hace un tiempo hice un comentario a partir de ese tópico político vasco que quiere compararse con Irlanda siempre que venga a bien a la postura del que cite el ejemplo irlandés correspondiente.
Dadas las cristianas fechas que hemos superado vivos recientemente, me he acordado bastante de la Iglesia Católica en Irlanda y de las noticias que la han mencionado con motivo del examen de conciencia público que en ella ha provocado la pederastia soportada durante años por los escolares de las instituciones católicas.
En Euskal Herria no ha habido el más mínimo anuncio de un obispo, párroco, rector o abad que haya dimitido o pedido perdón de forma análoga que sus colegas irlandeses.
No voy a relatar los casos de abusos sexuales por religiosos que he conocido a lo largo de mi vida de cerca ni voy a señalar con el dedo a los autores –sus tumbas los amparan en la mayoría de los casos-. Y supongo que cualquiera de mis escasos lectores podrá recoger referencias de las secuelas que parientes, amigos o conocidos llevan grabadas por aquellos tocamientos pervertidos con ocasión de la confesión o de la dirección espiritual o de las meditaciones y ejercicios espirituales, por las preguntas de una lujuria estúpida sobre las actividades privadas de la exploradora adolescencia o por las violentas reacciones sádicas que la negativa a colaborar en su lascivia provocaba...
También de tantos abusos ideológicos, a partir de su posición de autoridad, que han llevado a tantos jóvenes a la muerte, a la cárcel, a la marginación... y que han sembrado en esta tierra las semillas indestructibles del terrorismo.
En vez de vocear contra su nuevo pastor, el silencio de la Iglesia –mal denominada-, vasca es clamoroso, quizá porque algunos cuentan con seguir practicando lo que puedan de tales abusos.