jueves, 26 de diciembre de 2019

ENTRE LAS ANGULITAS


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- ¿Qué haces? - Preguntó Manu Majors a su esposa Lin, al verla concentrada sobre las copias impresas de los archivos de Iñigo Arriluze que ocupaban también la mesa del comedor del apartamento -, ¡Vaya! Has ido a la peluquería.
- Sí he ido, que ya me hacía falta. Y estoy leyendo la memoria del concurso de acreedores de Ava, SA.
- ¿Estás en una secta o qué? Nadie lee las memorias de los concursos, son todas iguales, plagios, un “copia y pega” de otras anteriores. Yo he presentado la misma memoria en una docena de expedientes, cambiando los nombres, y nadie ha dicho nada jamás.
- Yo es la primera que leo y me parece interesante.

Y Lin siguió con la lectura de la Memoria presentada en el expediente judicial del concurso de acreedores de Aceros Vizcaínos de Amenabar, SA.

“Aceros vizcaínos de Amenábar, SA fue constituida en Erandio hacia los años 20 del siglo XX por dos empleados de un astillero naval de esta localidad que consideraron que con los conocimientos que poseían podían emprender la aventura de crear una empresa nueva dedicada a la fabricación de aceros de gran calidad muy necesarios en la construcción de buques ya que estimaban que los existentes en el mercado podían ser mejorados para resistir mejor la oxidación. Sin embargo, fueron derivando a especializarse en componentes de precisión de las diferentes máquinas que, además de las propulsoras, se instalaban en los buques, como las grúas, las bombas, ascensores, sistemas de refrigeración y calefacción… que les eran encargados por otros fabricantes del sector naval que giraba en torno a la próxima Ría de Bilbao, la gama de fabricados era muy amplia y los documentos  de la época atestiguaban que la calidad del producto era "extra". En los primeros tiempos de la II República Española, sin cambiar jurídicamente de denominación social, pasó a ser conocida por AVA S.A.

La maquinaria que se requería para la fabricación y control de las piezas era muy diversa (taladros, barrenos, tornos, fresadoras, prensas, escariadores, copiadoras, pulidoras y baños galvánicos) por lo que los conocimientos y habilidades que exigía este tipo de fabricación debían de ser muy amplios y la plantilla enseguida pasó a ser de más de un centenar de empleados, muchos de ellos con una gran formación técnica especializada tanto en ingeniería como en diseño, lo que se conocía entonces por el departamento de « dibujo ».

Durante la contienda derivada del alzamiento militar del 18 de julio de 1936, la fábrica fue destruida, quizá por su situación estratégica en la ribera derecha del Nervión cerca de las defensas del denominado “cinturón de hierro” de Bilbao pero en 1940, una vez terminada la sangrienta guerra, los fundadores de la empresa retomaron el proyecto y construyeron una nueva fábrica que, como la anterior, sita en los llamados campos del moro o de  Amenábar en Erandio,con muchas dificultades, pero en un breve espacio de tiempo fueron capaces de reeditar la gama de productos y de nuevo conseguir ser líderes en el mercado nacional hasta bien entrados los años 70, encabezando y siguiendo el crecimiento del resto de la industria vizcaína.

A finales de 1977 es ya explicita la crisis del sector naval en España. En octubre de ese año la Cámara de Comercio de Bilbao junto a los representantes de empresas auxiliares manifiestan públicamente su preocupación por la reducción de actividad y ven como probable el cierre de numerosas empresas. Se piden ayudas públicas para mantener la actividad en espera de un plan de reestructuración del sector pero la crisis mundial del petróleo, la apertura de mercados y el fin del proteccionismo obligaron a los propietarios, hijos de uno de los fundadores, a reorientar  el negocio hacia otras actividades con la fabricación de productos de acero al carbono y al manganeso para la automoción, maquinaria, industria papelera, cementera, trituración, molienda,  ferrocarriles... pero, dado el escaso valor añadido de estos productos, optó por entrar tanto en el sector de la valvulería que requiere mayor calidad y el empleo de aceros como los aleados y los inoxidables con mayores márgenes pero que se venden en mercados, p.ej.: el petrolero con mayores riesgos como en el sector de la logística interior con la producción de soportes y contenedores para auxilio de la producción en serie.

Esta actividad ha perdurado hasta prácticamente el final de la segunda década del sigo XXI, con diversas incidencias -algunas de ellos ligadas con el terrorismo que asoló nuestro país, como el intento de secuestro del entonces Director General en 1989 -, y una progresiva reducción de plantilla en Erandio que no fue compensada con la creación en 1990 de una planta en Zaragoza, para aprovechar los menores costes salariales de aquella región y la proximidad a un importante cliente, fabricante de automóviles.

El esfuerzo por sobrevivir llevó a la apertura de un centro de producción de los fabricados con menor valor añadido en Rabat (Marruecos) en 2005 que ha sido vendido hace cuatro ejercicios a un grupo industrial francés, a la vez que las instalaciones aragonesas a unos inversores locales que han acabado por cerrarlo definitivamente hace pocas fechas.

Las inyecciones de tesorería obtenidas con la realización de los referidos activos se han volatilizado y la lógica de los mercados ha acabado imponiéndose con repetidos ejercicios económicos con resultados negativos a pesar de todos los riesgos asumidos por la actual propiedad, nietos de uno de los primitivos fundadores. Precisamente la incidencia de los impagados y retrasos en que repetidamente se han convertido tales riesgos lo que ha llevado a la concursada a la situación crítica en la que se encuentra.

Nuestra empresa, procedente de una línea familiar industrial y superviviente a varias crisis históricas como queda dicho, ha venido contando con unos costes financieros desorbitados en el mercado bancario -incluso en la actualidad - , costes de mano de obra muy altos por la incidencia de los salarios comparativos de nuestra región y otros costes fijos también muy altos, por ello obtener una cuenta de explotación que origine un flujo de caja que se vaya convirtiendo en positivo, esto es en beneficios, requiere ciertamente encontrar un producto con un alto valor añadido y que se mantenga diferenciado durante un periodo de tiempo bastante largo antes de que los competidores a menores costes acudan al mismo mercado que nunca es un mercado cautivo sino volátil.

Los socios no pudiendo acudir a financiar  internamente la vida de la sociedad y ante la imposibilidad evidente para alcanzar una financiación externa adecuada o, al menos, negociar de nuevo el endeudamiento alcanzado, acordaron el cese de la administración última y designar nuevos administradores sociales que  pudieran proceder a la búsqueda de una salida, aunque fuera concursal, a la situación que ya se presentaba al final del ejercicio pero los esfuerzos desarrollados por la nueva administración durante el siguiente ejercicio no han dado fruto positivo y por ello al inicio del ejercicio nos vemos en la situación sin salida que la documentación contable adjunta acredita.”

Lin levantó la cabeza después de esta lectura y sonriente pero pensando aún en la historia económica y jurídica de la sociedad del concurso, le dijo a Manu:
- En la peluquería me han dicho que si yo quisiera un esbirro para cargarme a mi marido debería contratarlo entre los antiguos escoltas que, después del cese del terrorismo activo, están sin trabajo ¿Qué te parece?
- Que se dicen muchas chorradas en las peluquerías.
- ¿Le has dicho al Guardia Civil que puede mirar entre los escoltas en paro en vez de entre los delincuentes?
- Son profesionales, supongo que estarán mirando. Lo que he hecho es lo que nos has dicho a Galtzagorri y a mí y he contado al hijo lo que su padre pensaba de sus socios, de la pandilla de bandoleros de la que formaba parte. Me ha dicho que, a pesar de los consejos que le han dado, ni su hermana ni él van a venderles las acciones de la promotora por ahora, pero que no piensan ni acercarse a los consejos de administración por si acaso.
- ¿Sabes quién va a mi peluquería? Maider Simón Iruraiz, la mujer de José Martínez el abogado, ella es la que tiene una galería de arte en la calle Ibáñez de Bilbao, en pleno centro.

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martes, 24 de diciembre de 2019

CULOS NEGROS

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La mañana ventosa y la lluvia que el viento metía en todas partes hacía que las calles de Bilbao fueran difíciles de transitar para las miles de personas que iniciaban su jornada laboral por las oficinas y despachos del centro de la ciudad. Al llegar a sus centros de trabajo tenían que sacudirse de encima el mal humor y la desagradable humedad que les envolvía.
Jon Galtzagorri con una taza de café en la mano observaba el espectáculo de peatones corriendo y resbalando por las aceras, del atasco inacabable de coches y autobuses por la calzada, las ráfagas de viento que golpeaban las vidrieras del despacho de Manu Majors invitaban a no salir a la calle. El abogado bilbaíno había conectado un ordenador portátil a un proyector que iluminaba una pared de la que había descolgado un paisaje nevado de Juan Luis Goenaga para que el muro hiciera de pantalla, el cuadro apoyado contra la biblioteca invitaba desde el suelo enmoquetado a viajar a un inexistente país de blanco algodón y de árboles humanizados. Además del laptop, sobre la mesa se ordenaban miles de folios en montones de diferentes alturas.
- En resumen, la única diferencia entre lo que estaba en la caja fuerte de aquí y lo que la Guardia Civil encontró en Mallorca – Majors hablaba hacia la espalda de Galtzagorri que permanecía desde hacía un rato con la frente apoyada contra el cristal del mirador y la taza vacía en la mano -, es un resumen que Iñigo había hecho de toda la promoción inmobiliaria para concluir en su decisión de salirse de la sociedad, de “Ipurbeltz etxebizitza, S.A.”, de forma inmediata.
- Puso por escrito lo que debió haber dicho a sus socios con anterioridad – Galtzagorri se volvió y cogió unos folios grapados de la mesa -, el Guardia Civil coincide con nosotros en que esto convierte en sospechosos a todos los nombres que aparecen relacionados aquí ¿Quién de ellos dio el paso de cargárselo? ¿Has llamado a su hijo para contárselo?
- Creo que no es aún el momento, decirle a la familia que personas que conocen de toda la vida, que han llorado con ellos estos meses, que les tratan todos los días… son posiblemente los beneficiados directamente por la muerte de su padre y, por tanto, quienes han desencadenado su asesinato, me parece que no va a ser útil y que puede servir para que se creen confusiones y nunca se averigüe la verdad. Sin embargo, hay que dejar que la Guardia Civil haga su trabajo y el asunto ya nos supera los aficionados.
- Si no fuera por mi sobrino hacker, habría pasado mucho tiempo y ni nosotros ni la Guardia Civil hubiéramos sabido que el arquitecto Roberto Fernández de Lerchundi, posiblemente uno de sus compañeros de la logia masónica, le avisó sin quererlo de que la adquisición de los terrenos industriales de “Aceros vizcaínos de Amenábar, SA” en el concurso de acreedores era extraña.
- El precio que pagó Ipurbeltz era menos de la mitad del valor que el arquitecto había establecido para el Juzgado Mercantil en el informe que realizó, bueno, en uno de los informes que realizó, porque hizo tres informes con valoraciones muy diferentes y todos con la misma apariencia de racionabilidad y solo el de valor más inferior estaba en el expediente judicial del concurso ¿Los hizo “motu propio” o se le pagó por ellos?
- Se le pagó por ese trabajo, claro. Y lo que pagó “Ipurbeltz etxebizitza, S.A.” viene a corresponderse con la valoración intermedia, pero a la cuenta del Juzgado solo llegó la cuantía mínima, mientras que la diferencia se abonó a “Adams & sons, PLC” un conglomerado británico de arquitectos por su innecesaria intermediación en la operación. Supongo que este “pase” causó el cabreo de Lerchundi y que se le fuese la lengua con Arriluze.
- Además “Adams & sons” es una mera herramienta, como descubrió el difunto, de una compañía basada en la Isla de Man y conocida por “First pioneer limited” cuyo contacto en España es un despacho de abogados catalán, casualmente también, “Figueruelas y asociados”.
- Y casualmente, por cierto, el abogado que lleva el concurso de acreedores de “Aceros vizcaínos de Amenazar” es miembro de la sucursal bilbaína de los “figueruelos” y más casualidad, el auditor que es el administrador concursal y liquidador de la concursada es un profesional de reconocida experiencia y de gran prestigio en la industria financiera de nuestra villa, Antton Mendoza, que colabora frecuentemente con el Sr. Martínez de Gurruchaga, con quien incluso comparte vacaciones, las escasas ocasiones que el trabajo de ambos les permite tomarse un descanso en sus adictivas actividades.
- Todo muy bonito y muy nuestro: socios del mismo txoko, compañeros de palco en San Mamés, comensales de la misma mesas en el batzoki del barrio, pareja en el campeonato de mus y asociados en los transparentes negocios que les permiten un pasar por este valle de lágrimas…
- Y eso sin contar con la pasta que se pueda obtener de la operación inmobiliaria, prácticamente 5.000 viviendas, el 50% de VPO y el 50% libres que no está nada mal en estos tiempos de crisis del ladrillo.
- Además si le pides al comprador un poco de dinero en B a cambio de perdonarle algo de IVA seguro que se saca, por lo menos, 10.000 euros en negro por vivienda o sea 50.000.000 de euros que siempre es un problema para blanquear.
- Pero la mitad son VPO.
- A ésos, esta buena gente les sacará 20.000 bajo mesa, que se van a llevar el habitáculo a un precio de saldo. Y además, como se controlan tanto los billetes de 500 euros, el dinero de color ahora parece de reportaje sobre traficantes de droga.
- En resumen, es una gran operación urbanística que hace crecer la ciudad a la vez que genera riqueza y empleo porque la de autónomos, contratas, subcontratas, concejales y burócratas que van a nutrirse de ello, sin olvidar los impuestos de nuestra Ogasuna y las cotizaciones de la Seguridad Social.
- ¡E Iñigo Arriluze queriendo saltar del tren en marcha por pruritos de honradez que no están de moda!
- Leyendo sus conclusiones me recordaba de cuando vas por el monte y hay una carroña, lo descubres porque ves a los buitres volando en círculos pero normalmente el olor insoportable te impide acercarte y ver toda la vida que hay sobre el cadáver, no sólo cuervos, sobre todo insectos que bullen arracimados sobre los despojos… yo una vez tuve que acercarme, lo que parecía una oveja era un pobre tipo que había desaparecido unas semanas antes. Arriluze da nombre y apellidos de los cuervos, de los buitres, de los escarabajos necrófagos, las moscas…
- Y concluye con la mujer de Martínez de Gurruchaga que tiene una galería de arte para convertir la cadaverina en caviar.



miércoles, 18 de diciembre de 2019

RITOS DE CORTEJO Y FECUNDACIÓN

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Cuando Begoña Bergareche Ibarra coincidió con Iñigo de Arriluze y Saint Lon les Mines en el ascensor por primera vez pensó que era un viejo elegante. Como llovía, ambos habían entregado sus paraguas al conserje del edificio y se sacudían las gotas que inevitablemente les caían de las mangas sonriéndose mutuamente, Iñigo dijo una simpleza sobre la fina lluvia que la brisa pulverizaba en aquella mañana bilbaina y que tan necesaria era para el equilibrio mental de la población de la villa, presa por unas semanas de una de esas sequías cada vez más largas del otoño vasco. Begoña le respondió con otra tont
ería tan tópica como cualquiera de las que se dicen en esas situaciones.
El viejo elegante empezó a asomarse por el despacho de abogados en que Begoña trabajaba y a entablar conversaciones intrascendentes sobre acontecimientos culturales locales, dejando caer que le había visto en alguno de los conciertos de la Filarmónica, como de hecho también ella empezó a verle en tales conciertos según la temporada iba avanzando. Poco a poco, aquellas conversaciones y encuentros tan intrascendentes, fueron transformando la imagen de Iñigo, en los ojos de Begoña, en la de un maduro bien conservado e, incluso, en la de un hombre mayor pero interesante y Begoña pasó de compararlo con su padre a compararlo con su novio, mejor dicho con su exnovio, porque, aunque había sido su novio durante diez años, diez largos años vistos desde aquella actualidad de Begoña, había roto con Valentín justo antes del verano para disgusto de ambas familias, la de Begoña que veía muy bien el inevitable matrimonio de su hija con el primogénito de una familia industrial tan arraigada en el Señorío, los Carvajal, cuya actividad industrial proveía de armas y explosivos a ejércitos de todo el mundo.
De hecho Valentín de Carvajal y Gil-Merodio había sido el único novio conocido de Begoña y, este detalle no lo conocía la familia, quien le había desvirgado en una nochevieja de mucho alcohol durante una elegante fiesta en el chalet familiar de las Arenas, porque Begoña había llegado virgen a 2º de carrera, cosa bastante infrecuente para una joven nacida entre los ochenta y los noventa años del siglo pasado. Aquella penetración un poco sorprendente para los dos posiblemente, estaban buscando el abrigo de Begoña que había dejado con los de otros invitados sobre una de las camas de una de las innumerables habitaciones de la casa, cuando cayeron sobre el montón de prendas mientras se besaban con lujuria juvenil y muchas babas, así que siguieron metiéndose las manos en las mismas zonas íntimas en las que habitualmente lo hacían en coches y rincones oscuros, hasta que Valentín le quitó las bragas rojas y se las colocó él mismo a modo de sombrerito de fiesta
y mientras Begoña le miraba con más curiosidad que otra cosa desde su nube de champagne, una tetilla al aire y las piernas con los zapatos de tacón dirigidas en diagonal hacia una cenefa de flores de lis en el estuco que decoraba las paredes, Valentín acertó a bajarse pantalones y calzoncillos y abalanzándose sobre ella a introducir su erección hasta el límite de su palmo y medio de longitud, luego emprendió un vaivén, “se masturbó en mi interior” pensó Begoña unos días más tarde, hasta que eyaculó. Y aunque aquella decepcionante experiencia, con limpieza insuficiente posterior y regreso sola en taxi a casa, quizá hubiera merecido ser la última entre ambos, fue el inicio de su noviazgo de verdad, sin embargo. Cuando, después de unos días de zozobra, tuvo seguridad de que no estaba embarazada y los dos pudieron llegar a la primavera tranquilos, se hicieron la pareja indisoluble que no se separaban ni en la universidad ni en los fines de semana y, después de unos meses de preservativos, Begoña pasó a la píldora anticonceptiva, ya que la rutina del coito después de estudiar juntos en una de las dos casas o en las excursiones de fin de semana y vacaciones, se impuso y las familias tácitamente aceptaron aquellas relaciones prematrimoniales como inevitables, porque eran claramente prematrimoniales, sobre todo cuando Valentínsee incorporó al negocio familiar y Begoña empezó de pasante en Figueruelas y Asociados. Pero Valentín bebía mucho, incluso para ser de Bilbao bebía mucho, y tuvo algún disgusto por dar positivo en controles de alcoholemia y Begoña cada vez veía más claro que su novio y futuro marido - se iba acercando a la edad límite de la treintena que su madre enfocaba repetidamente como meta a alcanzar casada, como todas sus amigas ya habían hecho -, era un alcohólico y cuando al regreso de un viaje de negocios a Arabia Saudita, “allá no voy a beber nada” le dijo al despedirse, se le cayó una papelina de cocaína del bolsillo, al sacar la joyita que de regalo de había comprado en el “duty free” del aeropuerto de Barajas, Begoña se plantó, la verdad es que lo llevaba rumiando demasiado tiempo y le mandó literalmente “a tomar por culo con tus amigos del Landachueta”.
Así que llevaba más de un año, cumplidos los treinta sin trauma alguno, descansando de píldoras anticonceptivas y de novios babosos, saliendo con sus amigas que ya estaban en edad de irse separando o divorciando, sublimando las ganas de sexo con relajantes sesiones de juegos digitales que le resultaban más satisfactorios que los fornicios atléticos con Valentín, haciendo vida sana por los mejores gimnasios de Bilbao y siendo bastante feliz pero sin apercibirse de ello.
Cuando Iñigo de Arriluze le invitó, en el ascensor, a un concierto de rock en el BEC que se iba a celebrar un par de meses más tarde y nadie en Bilbao lo sabía aún no le sorprendió, quizá lo del concierto de aquella estrella internacional sí, pero la invitación a algo, lo que fuera, no. Y después de aceptar aquella invitación a meses vista, también aceptó una primera invitación a una cena informal en una taberna de las “Siete calles” y a una cena más formal después del concierto de la Filarmónica e Iñigo empezó a llamarle con frecuencia semanal pero sin quedar para salir muchas veces, sino para charlar un rato antes de dormir, así que a las tres semanas de aquella primera invitación comenzó a tomar la píldora de nuevo.
La vuelta a la anticoncepción coincidió inmediatamente con una mayor presencia de Iñigo en su vida, comían el menú del día del figón más próximo al despacho juntos, Iñigo cambió su abono para estar sentado a su lado en los conciertos, a veces le llevaba en coche hasta su portal después de recogerla a la salida del gimnasio y, cuando los besos en las mejillas se convirtieron en besos en los labios, Begoña devoró aquellos labios hasta que él tomó un respiro para proponerle un largo fin de semana juntos en Biarritz.
Así que después de cambiar las citas profesionales del viernes, un jueves a las 6 de la tarde salieron en el coche del financiero desde Bilbao, la capital real de Euskal Herria, hacia Biarritz, el verdadero balneario imperial de Euskal Herria.
El Hôtel de Silhouette no tiene vistas, en realidad hay que subir a la terraza para otear el mar y las montañas en el horizonte, pero no necesita las vistas, bien situado junto al mercado y las calles comerciales, es un pequeño hotel de lujo y confort. Dejaron las maletas en la habitación al llegar, la hora de cenar en Francia, Begoña apenas pudo ver que la habitación daba a un jardín arbolado, Iñigo le trataba como con miedo de molestarla o atosigarla, cenaron en un bistró de la misma calle, una mesa alta situada sobre un suelo trasparente que dejaba ver una bodega, la cena estaba deliciosa pero ninguno de los dos tenía mucho apetito de comida. Iñigo le hablaba de viajes de niño a Biarritz con su madre y su cuadrilla de amigas pijas para dejarse las pesetas de la sisa a los maridos en boutiques, grandes almacenes y pastelerías barrocas, y sus ojos eran de un niño asombrado, un niño que estaba admirando el pastel que se iba a devorar.
No sonaban las 10 en la iglesia de la Plaza y Begoña se estaba desnudando en el reducido baño de la habitación, su cuerpo era hermoso, horas de ejercicio y vida sana, su pecho se sostenía en su volumen de refrán -”la buena teta en la mano quepa” se dijo -, después de dudar se dejó las bragas y asomó la cabeza, Iñigo estaba descalzo pero con la camisa abierta, un poco de tripa de cincuentón, con la luz encendida,
- Apaga la luz, desnúdate y métete en la cama – le pidió sin abrir la puerta del todo mientras se quitaba definitivamente las bragas con la mano oculta -.
- Te quiero ver – dijo él y se desnudó inmediatamente, dejando con cuidado su ropa en la silla de debajo la televisión -.
Luego él se volvió desnudo y ella pudo observar su miembro medianamente erguido ya, grueso, el doble de diámetro que el de Valentín, su medida de comparación, él abrió la cama y se tumbó sin cubrirse mirando hacia ella que salió a la luz con los brazos abiertos hacia él como una Inmaculada de Murillo tiene la actitud de ofrecerse al espectador – Iñigo no pudo evitar hacerse mentalmente esta comparación - . La reacción masculina fue inmediata y completa, como la barrera de un aparcamiento, la verga se alzó del todo automáticamente a aquella señal de la mujer.
Él apagó la luz cuando ella se acostaba. No hubo muchas palabras, se acariciaron y se besaron, Iñigo con una lentitud casi exasperante, Begoña con voracidad, como si el tiempo le fuera a faltar.
- ¿Hace falta que me ponga condón? - Preguntó después de percibir en sus dedos que la situación estaba ya como la colada de acero al rojo blanco -.
- Si no me vas a contagiar nada, no. Desde que te vi la primera vez – ella mintió inconscientemente -, estoy tomando píldoras anticonceptivas.
Y él la penetró con la misma lentitud y cariño y enseguida encontraron un ritmo conveniente para ambos hasta que Begoña tuvo el primer orgasmo de su vida en pareja y supo que quería más, muchos más, con aquella persona, con aquella persona que roncaba ya a su lado ¿Cómo lo había hecho? Panza arriba, Iñigo no se despertó ni cuando Begoña encendió la luz para observarle, la erección seguí allí sobrepasando aquel comienzo de tripa cervecera, así que se sentó a horcajadas encima de él, se colocó el miembro en la entrada del receptáculo vaginal y empezó a marcar un ritmo, su ritmo, que acompañaban las olas de la resaca que le parecía oír a lo lejos.
Fueron tres días y tres noches que a los dos les parecieron un sueño y toda la vida a la vez. La vuelta hacia Bilbao por la autopista les puso un humor triste al principio, pero para la altura de la frontera, Iñigo ya le había preguntado si cuándo se casaran ella iba a seguir tomando la píldora, ella le dijo que no había planeado ni casarse ni tener hijos. A la altura de Deba sonó el teléfono, era la hija de él, otra Begoña, que le saludó, dejando en evidencia que su padre le había confiado sus planes y que les invitaba a cenar si no estaban demasiado cansados. Pasando Eibar, Iñigo le confesó que sus hijos estaban encantados con que su padre tuviera novia, que la novia fuera más joven que ellos, que esperaban que se casara y que tuviera algún hijo más...
… El tiempo, sin embargo, había pasado y Begoña Bergareche Ibarra recordaba todo esto dos meses después de que un asesino hubiera acabado para siempre con aquel madurito interesante que le echó los tejos en el ascensor del despacho, lo recordaba en bucle, una y otra vez, mientras se paseaba sola por aquel enorme piso, museo de sus recuerdos compartidos, solo el niño, ahora con los abuelos maternos en la playa de Plentzia, le mantenía viva.

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lunes, 25 de noviembre de 2019

SOCIEDAD AISLADA

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Nada más llegar a la isla de Mallorca, Majors y Galtzagorri se dirigieron en un coche de alquiler al lugar del atropello. Examinaron el camino, el muro sobre el que había pasado el cuerpo, el campo en el que cayó, los restos de las cintas de plástico de la Guardia Civil señalaban dónde buscar, luego se dirigieron a la casa, estaba cerrada y no hicieron nada por entrar, de allí retrocedieron al camino para localizar el punto desde el que se podía espiar a quien saliera de la casa, por fin aparcaron en una pequeña explanada junto a un chiringuito y un puesto de venta de pareos y fueron a la playa de Es Trenc, la recorrieron bajo el sol del mediodía, desde la parte textil hasta el final de la zona naturista, los dos iban con polos y pantalones cortos, se bañaron antes de regresar al coche. Comieron una ensalada simple y un pescado ignoto, pagaron demasiado pero estaban absortos en sus conclusiones.
- Era más fácil haberlo ahogado en el mar para retrasar las investigaciones, debieron improvisar el atropello por alguna razón, parece más un encargo a un asesino profesional, un veterano de las guerras de los Balcanes o así, los gitanos son más de dar sustos, de pinchar pero solo se matan entre ellos y cuando está justificado hacerlo.
Majors había contactado con la abogada de oficio de los dos chicos detenidos más de una semana antes y le llamó para pasar a verla e intercambiar impresiones, como habían quedado. La respuesta fue fría, se notaba que no quería verle, después de muchos rodeos le dijo que sus defendidos iban a reconocer los hechos y declararse culpables ante el Juez de Instrucción, para lo cual había pedido una comparecencia. Majors no se inmutó e insistió en agradecerle su cooperación de forma personal antes de regresar a Bilbao al día siguiente, ella le informó de la imposibilidad de verle porque estaba muy ocupada con el traslado de todos sus asuntos a su nuevo despacho ya que acababa de incorporarse a Figueruelas y Asociados. Tampoco se inmutó y se despidieron con cortesía profesional.
- Solo nos queda hablar con la Guardia Civil, pero mejor si lo hacemos mañana, ahora hace demasiado calor para moverse.
Y al día siguiente estaban ambos con el Teniente Ustarroz en una sala de interrogatorios, los tres bebiendo agua en vasos de papel para compensar la transpiración que el mal funcionamiento del aire acondicionado les causaba.
No hizo falta dar demasiadas vueltas, en un “do ut des” implícito, Majors puso en conocimiento del teniente el hecho de la sustracción de algunos efectos en el despacho de Arriluze con todos los detalles que habían conocido por su socio, las conversaciones con éste y con el jefe carlista, las identidades de los socios del difunto en los negocios y de los miembros de la logia masónica de Bilbao, la existencia de archivos encriptados en un escondite de su despacho y como estaban esperando la llegada de un momento a otro de su contenido, le entregaron copias de las transcripciones de las conversaciones, las notas del Registro Mercantil sobre sociedades, socios y cargos de las mismas, algunos recortes de prensa y pantallazos de Twitter con noticias que afectaban a los negocios inmobiliarios, una llave USB con los mismos documentos más los archivos protegidos. Ustarroz empezó por decirles que él también había hallado archivos encriptados en la chabola de Campos pero que de Madrid tardarían tiempo en revelar su contenido por el exceso de trabajo y la falta de personal pero a continuación la información se la transmitió en forma de preguntas sobre los dos sospechosos, pagando su deuda por la información recibida pero sin romper aparentemente su deber de secreto.
- ¿Dónde van a comer?
- Donde Ud. nos recomiende.
- Si no tienen pretensiones refinadas, pueden comer en un italiano del Carrer de la Murada a eso de las 3 de la tarde y yo puedo pasar a tomar el café con Uds. como a las 4.
Quedaba más de una hora y los dos abogados vascos se dirigieron andando hacia el restaurante. Galtzagorri aprovechó para reclamar a su informático de confianza -un sobrino de su mujer que trabajaba en una empresa puntera de ciberseguridad en el Parque Tecnológico de Miramón de Donostia-, que se diera prisa con romper el cerrojo de los archivos, el joven ya lo había hecho pero se le había olvidado, estaba también agobiado de trabajo en una empresa que le pagaba poco más del salario mínimo interprofesional, mandárselos. Dada la extensión de los archivos le prometió que los colgaba en la nube y que le pasaría el enlace para que pudiera leerlos pero que todo ello podía llevar algunas horas.
- ¿Es seguro? - Inquirió Majors, siempre desconfiado de lo que se guarda en la nube -.
- Todo lo seguro que puede ser Internet, entre algo y nada.
Comieron bastante mejor que en el chiringuito del día anterior, el vino del Lazzio les sentó muy bien, y a la hora del café, el teniente, vestido de socio de club de golf con yate en pantalán de puerto deportivo, apareció acompañado de un cura negro, camisa gris y alzacuellos blanco en el bolsillo de la camisa. Hechas las presentaciones, Ustarroz le pasó a Galtzagorri una llave USB y le dijo:
- Páseme a mi también el enlace de su sobrino y que vaya abriendo éstos, a ver si son los mismos o diferentes.
Ante el gesto de fastidio del abogado donostiarra, el teniente le comentó de pasada.
- En esta isla se oye todo, se graba casi todo, se calla mucho más y luego se miente en público, me recuerda mi pueblo, a Goizueta, Donostia es algo parecido ¿No? Herri txikia, infernu haundia. Se sabe para poder calumniar, injuriar, difamar…
- ¿Sabrá entonces todo sobre nosotros dos? - Inquirió Majors -.
- Todo lo que consta en archivos de fichas destruidas o nunca creadas, además de lo que la Teniente ha podido sacar de Internet desde que ayer nos avisaron que estabais por la zona. Nos podemos tutear.
- Como primicia – Dijo el cura, sorbiendo un gin-tónic con fruición -, Ustárroz va a ir a pasar septiembre en Bilbao, así que ya se está preparando para poder acompañaros al Golf de Punta Galea a investigar.
- Gracias a la tía Exuperancia – se rió el teniente -.
- Pues va a ser un viaje de ida y vuelta, porque en Mallorca hay pistas que tienes que seguir tú – sonrió Manu Majors -, mi intuición masculina me lo dice.
- Ya he pedido que comprueben todos los nombres de los papeles que me habéis dado para ver qué vínculos pueden tener con esta isla, quién tiene qué por aquí, quién viene, quién ha coincidido con el difunto o con su esposa, por cierto ¿Cómo está? ¿Se está recuperando?


martes, 22 de octubre de 2019

CONFERENCIA

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La sala de videoconferencias de la Comandancia no es una sala, es como mucho una dependencia pequeña y oscura, apropiada para discretos interrogatorios por su aislamiento, pero, provista de una cámara, de un ordenador de saldo con una pantalla amortizada hace tiempo y de una mesa para pequeñas reuniones con tres sillas, es lo que hay y alguien ordenó poner un rótulo con la denominación “sala de videoconferencias”.
Ustarroz ha ido enviando los archivos elaborados sobre la investigación de la muerte de Arriluze a la Uco y de la Uco le han fijado una entrevista por videoconferencia, estas reuniones en que las dos partes tienen los mismos datos y pueden intercambiar ideas pueden ser de ayuda en la resolución de un asunto complicado pero el teniente en sus mensajes ha insistido en sus mensajes previos en la necesidad de investigar en Bilbao, en el entorno de la víctima, a veces dejando traslucir su deseo de llevar él mismo la investigación y de saltarse la colaboración con la Ertzaintza, así que la conexión audiovisual se teme, hay anunciada la presencia de un capitán, que va a ser para que explique todo lo que no se puede hacer constar por escrito y para que alguien pueda continuar la investigación aprovechando el trabajo realizado en Mallorca.
El sargento García, mal afeitado como de costumbre, sudando y con el bigote negro y espeso obstruyendo su boca, a su orden, procede a hacer un resumen de la situación que el capitán César Rondón y el teniente Luis Arévalo siguen con asentimientos breves desde Madrid.
- La pareja de ejecutores llegó a Mallorca en ferry y con un vehículo, estuvo vigilando a Arriluze 4 días, procedió a su muerte mediante un atropello violento, abandonó el vehículo utilizado cerca del aeropuerto y los dos miembros del equipo salieron de la isla en un barco privado posiblemente quizá también juntos aún, las huellas y restos no corresponden a nadie fichado en los archivos de antecedentes. Sospechamos, el teniente sospecha, que al menos uno de ellos es de Bilbao. En Alemania no han encontrado por ahora explicación a la utilización de documentación alemana para el alquiler del coche, para la compra de los billetes del ferry y para el alquiler del alojamiento, tampoco han localizado si los asesinos pudieron pasar por alguna ciudad alemana al venir o en su evaporación.
- La Unidad de Valencia está haciendo averiguaciones con las imágenes extraídas de las cámaras del puerto de Palma y el dibujo robot que nos habéis enviado que, por cierto, es una mierda, en los circuitos portuarios del tráfico de drogas – corta Arévalo desde Madrid -, por si alguien nos quiere decir si han desembarcado por allí, que no me extrañaría nada. Rondón y yo si nos tuviéramos que cargar a alguien que está solo y se baña solo en el mar al amanecer, lo hubiéramos ahogado empleando una planeadora, se le ponen unos pesos al cadáver y se sale de Mallorca como por un puente y tan tranquilos.
- Lo de que no aparezcan como fichados entre “los malos”, no quiere decir que no estén fichados entre “los buenos” – dice Ustarroz recordando viejos tiempos vascos y haciendo las comillas con los dedos -, a lo mejor hay que mirar en otras bases de datos con esas huellas...
- ¿Quieres venir tú a hacerlo? Si yo lo hago, me destinan a Cabrera... contigo – dice Rondón que lleva todos los años necesarios en el cuerpo -, no me parece mala idea pero necesitamos algo más para justificar entrar en ese campo minado.
La reunión se prolonga más de una hora, en que intercambian opiniones y especulaciones pero en concreto quedan en pasar desde Madrid copia del expediente en su estado a la División de Investigación Criminal de la Policía Vasca, que el Sargento García pase a rastrillo los puertos de la Isla para encontrar la embarcación de la huida o para descartar definitivamente esta idea y, esto es importante para Ustarroz, proponer que cuanto antes el teniente Ustarroz se desplace a Bilbao para cooperar con la Ertzaintza en la investigación.
García sale para la costa sur de Mallorca inmediatamente, quiere empezar por el puerto de la Colonia de Sant Jordi, lleva copia de las imágenes y del dibujo, las dos figuras dibujadas se le parecen, sin bigote, rubios o castaños claros, pero grandes y fuertes, uno más gordo, el de los “mojojones”.
El teniente se sienta delante de la información elaborada en un diagrama que ha construido con la información recopilada, primero lo hizo en el ordenador con el programa informático de análisis de inteligencia criminal pero hace unos días fue poniendo fichas y flechas en el corcho, la tarea de montar el típico sistema de matrices y diagramas le ayuda a deducir, aunque haya tantos huecos, como en éste, porque en realidad solo el centro con la víctima y los dos retratos robots es algo coherente, hacia arriba y derecha hay interrogantes alemanas y hacia arriba e izquierda solo está la familia del difunto y muchas más interrogantes vascas ¿Qué puente une este crimen en Mallorca con la villa de Bilbao?
- Hay dos abogados de Bilbao que quieren verle – le anuncian por el teléfono interior -.
Manu Majors y Jon Galtzagorri tardan muy poco en estar en una de las salas de interrogatorio, la más grande que se utiliza para recibir visitas. Antes de salir a verlos, Ustarroz pregunta a Google de nuevo por sus visitas - la teniente Camacho lo había hecho la víspera y había pedido informes a Vizcaya, cuando un vendedor de pareos dio el soplo de que por la playa de Es Trenc había dos "Iñakis" paseando y del puesto de Campos les pasaron la matrícula del coche alquilado-,  y ordena que se les lleve un par de cafés mientras.

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martes, 1 de octubre de 2019

DE COMPÁS


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Es un edificio de oficinas próximo a la Plaza Jado, una zona de calles paralelas cortadas por las calles radiales que salen de la Plaza Moyúa, un buen edifico. La oficina de Pedro Apoita e Iñigo Arriluze se encuentra en una de las primeras plantas junto con las de algún notario, de otros auditores, de arquitectos, de empresas publicitarias y de innumerables asesorías que asesoran o no pero que tienen ingresos para pagarse unos despachos de prestigio. En un par de plantas superiores se extienden las impresionantes instalaciones de Figueruelas y asociados, el despacho de abogados de referencia estos últimos años en los ámbitos empresariales de la villa.
Por cierto, el testamento ha sido abierto y Manu Majors se ha encontrado convertido en el comisario de la herencia, lo que corrobora a ojos de los interesados en la sucesión la confianza del fallecido financiero en el veterano abogado.
- Te prefiero a ti para ejecutar correctamente la voluntad de Iñigo que la de cualquier otro que parecía haber entrado en su intimidad -la mirada de Apoita hacia el falso techo indica claramente a quien se refiere -, el despacho de Iñigo está como lo dejó hace apenas unas semanas, antes de irse de vacaciones. No me gustaba nada que se fuera en plena temporada de juntas generales y de impuestos de sociedades, pero él dejaba todo organizado, se iba con los deberes hechos y me daba plenos poderes para representarle si hacía falta, aunque ya sabes que en este tipo de sociedades las actas se predatan o se postdatan a conveniencia de los fulanos concurrentes.
El despacho tenía paredes de madera con láminas de casas-torres vizcáinas enmarcadas en metal dorado, una biblioteca y alguna estantería rodeaban la mesa de trabajo, en un rincón una mesa y un par de sofás, uno más grande de dos plazas formaban un ambiente de confidencias. Banderines del Athlétic en mástiles como clavos, una escuadra con su compás ambos de bronce, fotos de familia, un par de columnitas salomónicas, algunos diplomas… todo distribuido por los diversos planos pero dejando el centro de la mesa libre.
- La caja fuerte está detrás de la acuarela grande, la de la casa de Arrigorriaga – el auditor les precisa a Majors y a Galtzagorri -, está abierta desde el robo.
- ¿Qué robo?
- En Semana Santa pasada alguien entró por una ventana del patio, según nos explicó la Ertzaina, abrió la caja – mientras habla ha apartado el cuadro lo que permite ver el cofre reventado en la cerradura -, y se llevó unos pocos euros, unos 12.000 o así y un vasito ibérico de oro, una antigüedad que Iñigo apreciaba mucho, aparte de unas escrituras viejas no había nada más, el ladrón dejó todo desordenado pero solo le interesaba lo que había de valor. Debía de ser un profesional porque se tuvo que descolgar desde no sé dónde, desmontar la ventana sin hacer sonar la alarma, cortar la chapa y salir por el mismo sitio y la policía no encontró ni huellas ni nada de nada…
Majors empezó a mirar las pilas de documentos de los lados de la mesa y a abrir cajones para ir sacando otros. Galtzagorri se sentó en uno de los sofás con alguna de las escrituras que Majors le había pasado. Apoita les dejó solos.
- ¿Robo en Semana Santa? Nadie lo ha comentado – Majos pensó en voz alta -, no me gusta la orina de la enferma, pero nada de nada.
Alegorizar intentaba encender la lámpara de la esquina con tozudez, la lámpara no tenía bombilla, Alegorizar la desenchufó de la pared y golpeó el enchufe y alrededor con los nudillos, luego sacó los banderines de los pedestales y examinó las puntas de los pequeños mástiles, miró detrás de todas y cada una de las láminas, de las fotos, de los diplomas… hasta que separó el compás de la escuadra y lo abrió, luego se agachó junto al enchufe e introdujo el extremo del compás en una de las hembrillas y lo giró como una llave, lo que era, pues el enchufe se abrió dejando a la vista un hueco en el muro, introdujo la mano y sacó unos folios grapados y unas llaves usb.
- ¿Profesional? Pues quizá se dejó lo que andaba buscando.
Los dos leyeron el informe, se trataba de un informe impreso sobre una sociedad inmobiliaria, una entidad no muy grande pero que había obtenido algunos contratos públicos en los últimos años Canobeias Group, había un apartado con los socios, entre los que estaba Iñigo Arriluze, con los administradores y apoderados, los auditores y los abogados tanto de la sociedad como de las personas que aparecían identificadas con apellidos bien conocidos del Señorío, una relación de cifras de negocio y de resultados de tres ejercicios, nada que llamase la atención, en un postit adherido una nota a mano “Para el 31/12 nada”.
- Habrá que examinar los Usbss pero no aquí -Majors introdujo el informe dentro de una de las escrituras que había separado de las examinadas y con los dispositivos informáticos la colocó en el portafolios que había traído -. Cierra el enchufe y vamos a mi despacho.
- ¿No subimos a visitar la oficina de Canobeias Group, ya que estamos? - La pregunta irónica de Galtzagorri quedó sin respuesta -.
Apoitiales dio una copia de la denuncia por el robo y el estado de situación al día del fallecimiento de todas las sociedades de Iñigo Arriluze Saint Lon les Mines,
En el portal ambos examinaron la placa que informaba de las ubicaciones de los usuarios del edificio, la sede social de la inmobiliaria en cuestión y otras dos sociedades estaba en una sola oficina de la planta última, junto a la oficina de una empresa de transportes en containers.
El despacho de Majors no se encontraba lejos. Los archivos contenidos en los usbs estaban protegidos por una clave que desconocían.
- Tú prepara el cuaderno particional de los Arriluze y el viaje a Mallorca -le dijo Galtzagorri, guardando las llaves -, yo me encargo de esto, te he dejado una copia en tu ordenador por si se pierde ¿No tienes tú escuadra y compás en el despacho?
- ¡No me toques las narices, Jon! Esos mercadillos de favores e intereses bajo capa de ritos infantiles son lo mismo que los de los vaticanillos y batzokis, una gilipollez. Entre el golf, el rugby y las cenas del txoko ya tengo bastante para saber los chismes de unos y otros y a quién pedir qué y cómo, si hace falta. Además el creyente eres tú.
- Ya sabes que yo creo en dios porque me gusta la ciencia-ficción y las aventuras de Conan el bárbaro ¿Quieres que te lo explique de nuevo?
- Déjalo, que no estoy para brasas.

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miércoles, 18 de septiembre de 2019

LOS SANFERMINES DEL 36


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El piso del Sr. Moreno y Oriol está cerca de la Plaza Elíptica, en pleno centro de Bilbao, está en una casa de escalera de madera que se conserva, a pesar de que se le ha encajado un ascensor del tipo ataúd electrónico, hace años olía a madera y a la cera con la que la portera la mantenía brillante, ahora huele a grasa de máquina y a frecuentes cortocircuitos. D. Antonio Moreno y Oriol no tendrá 30 años de edad pero con su pelo engominado, su bigote recortado, sus trajes de solapas anchas y su forma de hablar, cualquiera le echaría 100 años bien conservados. D. Antonio Moreno y Oriol recibió a Manu Majors y a Jon Galtzagorri en su casa, con las persianas bajadas para evitar la luz y el calor del mediodía que reinaba en la calle. Majors había conocido a su padre, fallecido hacía un tiempo y que era apenas un par de años mayor que Majors, así que al verle, cuando les abrió la puerta en persona, tuvo un pequeño sobresalto por la imagen imposible de una persona muerta tan viva.
- Así que el amigo Majors se está ocupando de los asuntos hereditarios de la familia de Iñigo Arriluze que Dios no creo que tenga en su gloria – dijo, santiguándose, mientras les hacía pasar a una mesita con sillones junto a un mirador, inútil en ese momento -, y queremos saber si tengo alguna reclamación, dado que le han informado de un encuentro, un encontronazo, que tuve con el fallecido que espero que no descanse en paz – se vuelve a santiguar - ¿No? Y para eso me honra con su presencia en mi morada, acompañado de oro prestigioso abogado de la muy noble y muy leal ciudad de San Sebastián… ¿Cierto?
En la conversación telefónica previa, Majors no había querido dar muchos detalles para evitar contradicciones pero no pudo convencerle para que viniera al despacho, así que tuvo que aceptar su invitación y más o menos repitió la justificación formal de aquella diligencia de investigación que estaba realizando, mientras bebía sorbos de uno de los cafés más malos que se pueden encontrar en Bilbao.
- Como Ud. sabrá, o como tú sabrás ¿Le puedo tutear? Creo que mi difunto padre, cuya fe le habrá llevado al lado del señor – vuelta a santiguarse -, le apreciaba mucho a Ud. y a su familia, tan de Abando de toda la vida. Muchas gracias, pues como te decía, debes saber que el anterior Iñigo Arriluze hizo la Santa Cruzada en el Tercio de San Miguel, ya que el Alzamiento le sorprendió en Pamplona, a donde se había desplazado con otros jóvenes para celebrar los sanfermines de 1936, fiestas populares que por aquel tiempo duraban algo más que ahora y eran verdaderamente populares y no como son ahora, excusa para que los sodomitas y las gomorritas se solacen en la lujuria y en la embriaguez. Aquellos jóvenes sabían divertirse sanamente y habían establecido su sede para las fiestas en una casa de lenocinio, como se hacía entonces, se descargaban las ansias juveniles con profesionales y no con aficionadas llenas de enfermedades sin ninguna tradición en nuestra sociedad. Y al terminar los jolgorios, el buen Iñigo se encontró con que el jaleo había comenzado en la vieja Iruña, capital católica del reino de los vasconavarros, y se apuntó al Tercio o lo apuntaron, que da lo mismo, porque la opción aquel día, supongo, no era difícil o con unos, que iban a triunfar, o muerto y a la zanja. Después de la guerra, a pesar de su ascenso social, siempre conservó sus vínculos con la Tradición, no faltando jamás a la cita anual de Montejurra y a todas las reuniones de “txapelgorris” que se hacían en el Señorío de Vizcaya, así que el Círculo le fue haciendo depositario de pendones, trofeos y reliquias que él conservaba en la casa solar de su familia en Arrigorriaga, en la capilla de la Santa Virgen de Padura, en un arcón que mi padre y mis tíos le habían regalado para esa sagrada misión, arcón que se abría anualmente para su exhibición en el acto de Montejurra y que se cerraba unas semanas después con mucha ceremonia, una misa oficiada por el capellán del Círculo y una comida de camaradería. Las circunstancias han ido haciendo que quedemos pocos que amemos estas costumbres y no sé precisarlo pero ya hacía unos años, con la muerte del padre supongo, o quizá con la pérdida de un pretendiente legítimo al trono del Reino de España, el caso es que los carlistas habíamos dejado de pasar por la casa de Arriluze en Arrigorriaga pero no habíamos olvidado que aquello que nos pertenecía estaba allí y hace unos meses, a principios de este año, le llamé a ese individuo medio francés, perdón, pido perdón, no quiero ofender la memoria del desaparecido en tan trágicas circunstancias aunque se lo mereciera. Me costó que me atendiera y cuando, por fin lo hizo, ironizó con el baúl carcomido y los trapos apolillados y que había tenido que remitirlos a unos restauradores para que los recuperasen, lo que le había costado una fortuna, y que había hecho donación de todo a la Fundación Sabino Arana ¿Te imaginas qué ofensa? ¿Qué insulto? Nuestras reliquias en manos de los separatistas ¡Claro que mi reacción fue violenta! ¡Claro que reclamo que se nos devuelva lo nuestro! - Antonio Moreno y Oriol se había levantado con excitación -, Y ese masón de mierda se ha muerto sin hacer nada para que nos lo devuelvan ¡Que arda en el infierno con Lucifer y toda su logia de diablos!
Manu Majors y Jon Galtzagorri abandonaron la casa poco después, una vez que Moreno recuperó la compostura, con los ojos acostumbrados a la penumbra pudieron percibir la decoración, un pequeño museo de las guerras civiles vascas, que oscurecía todavía más la vivienda.
- De oca a oca y tiro porque me toca – dijo Galtzagorri -, de los carlistas a los francmasones ¿Sabías que Arriluze era masón?
- No sé si lo sabía, nunca he prestado atención a esas cosas pero me da que este tipo no tiene nada que ver con su muerte. Mañana pasamos por el despacho de Arriluze para ver si hay algo interesante y supongo que tendremos que darnos una vuelta por Mallorca después de los sanfermines de 2019 ¿Qué te parece?



viernes, 13 de septiembre de 2019

CUBA LIBRE

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- Para mi el cubata de costumbre – dijo el clérigo de color, de color oscuro, al camarero -, pero el ron de ración de marinero y no de maricón, por favor.
El sacerdote guineano Benito Jones Diallo y el teniente de la Guardia Civil Fernando Ustarroz bebían ron con coca-cola los domingos a la tarde, el cura no pasaba de tres consumiciones normalmente y el militar nunca finalizaba la única que pedía y, sin embargo, era el cura el que más hablaba mientras que Ustarroz se perdía en sus pensamientos.
El mozo del Cappuccino les conocía por la visita repetida, raro el domingo en que no se dejasen caer sobre las 7 de la tarde, y como ya no quedan clientes que beban “cubalibres”, le parecían tan antiguallas como él, que esperaba un acelerón del calendario para jubilarse de una vez.
El cura describía su semana ocupada a atender las necesidades espirituales de centenarias feligresas de desaparecidas parroquias del interior de la isla, las múltiples misas y oficios que se acumulaban el fin de semana y la falta de medios que el obispado, más ocupado en las relaciones públicas y privadas del mundo material que en llevar por el duro camino de la salvación al cada vez más escaso rebaño de ovejas blancas que aun triscaba hostias – así lo contaba el párroco ambulante sin pestañear -, por los páramos del interior, e, ironías del destino, cada vez más ovejas negras o indias se tenían que emplear en atender la grey mallorquina.
- Y el buen niño Jesús antes fue llevado a Guinea por los españoles junto con la lengua y ahora vuelve a España de la mano de misioneros que son los hijos espirituales y, muchas veces carnales, de aquellos propagandistas ¿Ves para que servía el Domund de tu infancia?
- Benito no me toques las narices, que me parece muy bien que comas de un trabajo honrado y necesario como el tuyo, que alguien tiene que despedir a los muertos y consolar a los vivos, aunque sea un feo negrata adicto al cubata y perdona el pareado, pero tú crees tanto en que el zombi palestino aquel era hijo de Jehová como yo.
Pero Benito Jones Diallo no estaba interesado para nada en los comentarios blasfemos del navarro sino que seguía con sus disquisiciones sobre la falta de colaboración de las jerarquías con las tropas sacrificadas por los caminos polvorientos de la isla, cháchara solo interrumpida cuando alguna bella pecadora entraba en la cafetería o la abandonaba y se veía obligado por su profunda vocación a evaluar cuanta lujuria podía levantar la misma.
- Voy a tener que pedir un favor a alguien, quiero seguir un asunto hasta el final y tengo que lograr que me manden a Bilbao cuanto antes.
- ¿Cómo se llama ella?
- ¡Coño Benito! Que es por un tema profesional, que hay un caso abierto, del que no te puedo hablar porque al tercer cubata tu secreto confesional se va a la mierda, y este caso va a pasar a Madrid y de Madrid al frigorífico y las pistas se van a enfriar y no se va a resolver y…
- ¿Que cómo se llama ella? ¿Es vasca?
- De Bilbao, vale ¿Eh? Y se llama Begoña, como todas las de Bilbao, y en cuanto la vi, y estaba hecha una piltrafa, que me dije que era ella, la que yo esperaba, pero la he conocido cuando no era el momento ni el lugar.
- Yo tengo una tía lejana, Exuperancia, que tiene muy buenos contactos en la Dirección General de la Guardia Civil, supongo que le puedo comentar que quieres un traslado a Bilbao, supongo que ahora que no hay tiros por allí, habrá tortas por el destino, pero con intentarlo no se pierde nada.
El cura pidió una ración de aceitunas rellenas para hacer masa que amortiguase los efectos del segundo cuba-libre que también pidió, el de Fernando estaba prácticamente entero.
- ¿Si tú quisieras irte de la isla inadvertidamente, sin que el obispo se enterase de que harto de comer conejo isleño te quieres ir a Bilbao a ver a qué tal están las almejas a la vizcaína, cómo lo harías?
- Como tú, en un barco particular, en cualquier puerto te puedes alquilar una lancha rápida o un yate cojonudo que te acerque a Valencia por ejemplo, estás allí en 8 horas y luego de allí coges el avión o un coche o el tren o lo que sea. Y sabes que gente que te haga un favor siempre existe, depende del dinero que tengas.
Fernando Ustarroz estuvo repasando la carpeta del asunto por la noche en el apartamento, posiblemente la coca-cola le había desvelado, estaba seguro de que la pareja de esbirros que se había cargado al financiero bilbaíno se había ido por mar desde hacía días, no había salida alguna sospechosa por el aeropuerto, el abandono del vehículo en un polígono industrial cercano había sido una maniobra de despiste ciertamente eficaz pero maniobra. Las huellas digitales y los restos de adn encontrados en el piso no habían sido aprovechables, la limpieza que los sujetos habían realizado rematada por la propietaria había sido eficaz pero el Laboratorio de Análisis había conseguido un juego completo de huellas en el Marca, no eran huellas de nadie fichado en España ni en Alemania, aun faltaban respuestas de Interpol, pero estaba convencido de que tarde o temprano servirían para encontrar a los asesinos. Los dos gitanos seguían en la cárcel y no iban a salir por un tiempo, la policía de Osnabrück había enviado una solicitud de ayuda, una familia alemana había presentado una denuncia, sus dos hijas, una de ellas menor, habían sido violadas la última noche que pasaron en Mallorca, tras un cotejo del adn de las víctimas con el encontrado en los asientos del BMW, para asombro del policía alemán, la guardia civil pudo informar que habían arrestado a los autores del delito, así, como decía Fernando, a bote pronto.

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lunes, 2 de septiembre de 2019

BILBAO, CENTRO DE UNA GALAXIA MUY CERCANA

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Jon Galtzagorri Alcorta llegó de Donostia a Zumaia puntualmente. Manu Majors Echezarreta y su mujer Lin Chi-Ling le esperaban en el Marina Berri, un restaurante del puerto deportivo desde hacía menos de un minuto, posiblemente habían llegado a la vez pero uno encontró sitio para aparcar antes que el otro. No era un domingo de esos en que el viento norte-noroeste llena de nubes el cielo hasta parecer que va a llover pero el día aguanta fresco, o fresquito como se dice por el pequeño país del norte, para regocijo de los autóctonos y temor de los visitantes que prefieren achicharrarse con el cielo azul preparado por el viento sur, el viento que vuelve un poco locos a los vascos, era un domingo en que predominaba el viento sur-sudeste y la luz brillante de las dos de la tarde se reflejaba en los manteles blancos con rayas azules hasta no dejar ver por tener que cerrar los ojos a pesar de las gafas de sol.
Tuvieron que sentarse además en la zona más luminosa del comedor, así que Majors fue a buscar unas gorras de golf al coche y los tres comieron con visera protectora, no eran los únicos, en una mesa había una cuadrilla de abuelos con boinas del tamaño de las bandejas del restaurante.
El abogado bilbaino hizo un cuadro nada preciso de la situación, de la noticia de la muerte de Iñigo “Harry” Arriluze que, aunque había sido jugador de hockey, también había jugado a rugby durante un curso universitario, de las sospechas policiales de que había sido un asesinato, idea que también era compartida por el hijo del difunto, del mismo nombre que su padre y que solo había jugado a hockey sobre hierba, de la noticia reciente sobre la detención de dos sospechosos y de su ingreso en prisión por el Juzgado de Instrucción y del encargo recibido de hacer una investigación más allá de la que pudiera hacer la guardia civil con la excusa de ejercer la acusación privada en las diligencias judiciales ya que, aunque en un primer momento la viuda había designado al despacho de abogados de Figueruelas y Asociados para hacerlo, la familia, convencida por Iñigo Jr., se había puesto de acuerdo en que se ejerciese por el abogado que llevaba los asuntos penales del fallecido.
En las mesas de alrededor nadie atendía la conversación y si alguien hubiera prestado oreja a lo que Majors contaba tampoco habría entendido nada porque se hablaba del tema como se habla de una película que uno de los comensales ha visto y que quiere recomendar a los otros sin descubrir el final. Con los cafés Galtzagorri sacó un folio y un lápiz de una especie de saco que había traído y que había dejado en el suelo, el saco tenía el escudo de la selección francesa de rugby ya deslavazado por los años. Mientras hacía preguntas a Majors sobre todos los componentes de la lista de personajes de la intriga que iba describiendo, Galtzagorri iba dibujando una especie de mapa galáctico en el que en la posición del sol estaba Harry y en torno a él giraban los nombres de su esposa, hijos, parientes varios como nuera, consuegros y primos, socios, empleados, colaboradores… que Majors recordaba y otros que quedaban imprecisos o con interrogantes para responder.
- Me gusta hacer un diagrama de las relaciones entre las personas implicadas en cada asunto, diagramas de fluidos paranoicos les llamo, es más o menos lo que está de moda reproducir en las películas policíacas como fórmula de trabajo del protagonista investigador, se pone la foto del cadáver en el centro y las fotos de los sospechosos alrededor, luego se van eliminando sospechosos conforme el guion los va asesinando en el camino del guionista hacia el fin, el final insospechado. Yo lo hago en los asuntos civiles, laborales y también en los penales, combinado con una base de datos sobre cada una de las personas que tienen el más mínimo papel en la intriga, esto me permite establecer los flujos que van de uno a otro y hacerme una idea de lo que ha pasado, idea que puede estar equivocada o ser pura paranoia mía o, raras veces, ser la verdad. Yo empezaría por ir a ver al auditor que comparte despacho con el muerto, luego le pegaba un toque al carlista, en tercer lugar habrá que ver los implicados en los negocios de construcción qué pinta tienen, también convendría estudiar los negocios de los hijos que yo supongo que los seguiría tele-dirigiendo en cierta forma, toda la familia, sobre todo aquellos a los que haya hecho favores, no devolver un favor es un buen motivo para cargarte a un tío, y el resto habrá que ir improvisando. Como tendrás que ir a Mallorca para sentar que eres el abogado que se encarga, nos vamos juntos, tú hablas con la justicia y la guardia civil y yo me voy de putas – la cara de Lin reflejó cierto estupor -, es un decir, yo me voy a dar una vuelta por esos ambientes en los que se puede contratar a alguien por unos euros para que se carguen a quien señales, no parece lógico haber contratado esbirros en Bilbao y pagar las dietas de desplazamiento cuando es posible hacerlo “in situ”. Aquí tienes los teléfonos de confianza para el cliente y para ti. Y dadas las fechas, con todo este lío, otro año que no vamos a sanfermines.
Galtzagorri le pasó los teléfonos que sacó del mismo bolso y quedaron en que se verían en Bilbao para ir a visitar la oficina a la que Iñigo de Arriluze y Saint Lon les Mines, Harry para los amigos, no iba a volver nunca, en cuanto Majors quedase con Pedro Apoita Sopeña.
El lunes a primera hora, Majors llamó a Figueruelas y Asociados, quería pedir la venia para no dejar resquemores en un despacho de abogados tan cercano al poder, esto es, a Sabin Etxea. El propio José Martínez de Gurruchaga le atendió con una fría amabilidad que parecía más glacial que de costumbre, no puso inconveniente y ordenó, lo que así se hizo, que le facilitasen por correo electrónico copia de las actuaciones facilitadas por el despacho de Palma, así como los nombres y teléfonos de contacto del abogado o abogada que llevaba el tema y del procurador o procuradora que estaba personado en la causa, por si quería seguir utilizando sus servicios.
Al colgar el teléfono, Majors pensó que en el diagrama paranoico de flujos de Galtzagorri, o lo que fuera, faltaba un nombre quizá, pero lo borró de su pensamiento inmediatamente. Luego se puso en marcha, llamó a Apoita, llamó a Mallorca, llamó al jefe carlista Moreno  Oriol y se hizo una agenda ocupada de la semana. Habló con Iñigo Arriluze hijo para pedirle la relación de las empresas de construcción en que estaba su padre y éste le remitió a la base de datos del Registro Mercantil y a la documentación que pudiera tener su padre en Mallorca, porque dijo ignorar casi todo.
También tuvo que dedicar tiempo a trabajar en los asuntos de su agenda, a atender clientes, a cumplir plazos y a bordear el infarto cada vez que una resolución judicial le llegaba directamente a su ordenador de forma inesperada.
A media tarde recibió por correo electrónico un mensaje de Galtzagorri con un enlace a un montón de archivos en la nube y un archivo adjunto de poco peso, el mensaje decía que había colgado en la nube toda la información existente sobre personas y empresas vinculadas al tema de los Arriluze y que le remitía un diagrama actualizado. Majors abrió el archivo y el diagrama era ya como una serie de galaxias interrelacionadas por órbitas demenciales y, entre los innumerables planetas y estrellas, había un agujero negro con el nombre de José Martínez de Gurruchaga.

jueves, 29 de agosto de 2019

¡MARCHANDO UNA DE MOJOJONES ! ¿OÍDO COCINA ?

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- Por un lado, tenemos que en el “arma del crimen” están las huellas de los dos individuos puestos a disposición del Juzgado y que se encuentran actualmente en prisión, que no tienen ni un atisbo de coartada, que uno de ellos, al menos, ya ha sido detenido anteriormente por conducción temeraria y sin permiso de conducir… Y por otro lado tenemos que ese BMW X5 fue alquilado en Barcelona en Tyreaction con una documentación falsa a nombre de Manfred Rödel, que fue pagada su reserva con una tarjeta a nombre de una empresa alemana de producción, los films de Pandora, que las fotocopias de la documentación que presentó no sirven para identificar a nadie, pero que por las grabaciones del desembarco del ferry de Balearia iban dos en el vehículo y que, por ahora, no se ha localizado dónde se han alojado y si se han ido de la isla pero que no se ha presentado denuncia alguna de sustracción de ese coche...
- Y que la tarjeta de crédito era clonada, nos acaba de llegar un mail de la policía alemana – completó Ustarroz al Teniente Coronel -, aunque no aparece que haya sido usada en la isla.
- Ud. céntrese en identificar de verdad a ese tal Manfred y a su socio, no gaste mucho que estamos con tantos recortes que no nos llega ni para papel higiénico y si necesita mandar el expediente a la UCO para que ellos sigan, no lo dude, el caso está ya resuelto a efectos estadísticos, aunque sea nuestro deber encontrar al que lo hizo, pero el Delegado de Gobierno nos ha felicitado por la rápida resolución, parece que la población se queda más tranquila si se trinca a alguien después de un suceso como éste y así se perjudica menos el turismo. Venga, váyase y haga lo que pueda pero no descuide todo lo demás que tiene en marcha, que no nos van a dar una medalla ni un ascenso por encontrar al Manfred de los cojones, y al Delegado del Gobierno no le ha gustado nada que se haya filtrado la detención a la Agencia Efe antes de que él pudiera hacer la nota de prensa ¡Mierda con esos bocazas que se chivan a los plumillas! De los gitanos me encargo yo, que ya voy a hablar con el patriarca y a lo mejor en esta coyuntura resolvemos algún caso pendiente, el que algo quiere algo le cuesta y, si quiere que sus nietos salgan del talego, algo tendrá que dar a cambio ¿Qué hace ahí parado? ¿No le he dicho que salga? Y cierre por fuera la puerta.
El teniente se dirigió a su mesa pero, antes de sentarse, el sargento García, un tipo mal afeitado siempre y que siempre transpiraba, le avisó que los del puesto de Campos habían localizado que el coche podía haber estado por Santanyi en fechas coincidentes con las del asunto. Tenía que ir al pueblo a hablar con la patrona de un colmado, cuyo nombre y dirección constaba en una nota redactada con la letra horrible del Sargento García, porque nadie de Campos estaba disponible para hacerlo y tampoco nadie de la brigada, miró alrededor y nadie levantó la cabeza del papeleo. Abrió su correo profesional en el ordenador, la responsable de Tyreaction le había mandado un archivo legible con el permiso de conducir alemán, lo imprimió en más grande y se lo metió en la carpeta para llevarlo a Santanyi, así al menos tenían una imagen reconocible, mandó al Sargento García que remitiese a Interpol el archivo con una nueva solicitud de colaboración.
En el trayecto hacia Santanyi le llamó al jefe del puesto de Campos, éste le informó que el agente también había encontrado el alojamiento de los que usaban el coche, una pareja de alemanes grandes, que habían alquilado un Airbnb a una conocida de la dueña de la tienda de comestibles delante de la que aparcaban el coche y donde hacían la compra, lo que había omitido García o él no había entendido en la nota pringosa. Se dirigió a las señas del comercio, un supermercado pequeño en el que se vendía de todo desde alimentación a prensa. Había bastantes clientes, como iba de paisano exhibió la placa a la señora que estaba en caja y que era Rafi, la titular, ésta le dijo rápidamente que si quería hablar con la dueña del piso, tenía que hacerlo ahora, porque estaba limpiando el apartamento y luego se iría a Manacor y ya no volvía en una semana.
Era una calle sin sombra, de casas baratas de los años setenta, el sol del mediodía quemaba ya, Ustarroz reptó corriendo lo más pegado a las paredes hasta un portal a unos metros del supermercado. La idea de que el piso ya estuviera limpio de toda huella le asaltó y la reacción de la arrendadora cuando le paró en sus tareas de limpieza fue la de una cobra real interrumpida en el aseo de su madriguera. Le ordenó detener la lejía y el aspirador, cuando la cocina y el baño ya estaban brillantes, y los dos dormitorios y la pieza principal estaban a punto de recibir un repaso final, una bolsa negra de basura estaba junto a la entrada y unos periódicos alemanes en el descansillo sujetando la puerta. Tuvo que ordenarle que esperase a la llegada de la científica – a la que ya había llamado -, bajo amenaza de detenerle y llevarle al Juzgado de Guardia. La señora Lluc le entregó las llaves y se marchó indignada. Con cuidado de no dejar sus huellas sobre las que pudiera haber, él recogió los Bilds que parecían conformar la basura a reciclar para dejarlos dentro del piso y un Marca asomó entre ellos, reclamando su atención, porque los periódicos alemanes era evidente que no habían sido leídos y el Marca estaba claramente leído y releído. Supuso que los compañeros de la científica llegarían a primera hora de la tarde, ya eran casi las dos y se dirigió al supermercado donde la Lluch y la Rafi le aguardaban desconfiadas.
- ¡Si lo sé no digo nada! - le soltó por saludo la patrona del colmado al verle entrar de nuevo - ¿Me va a cerrar la tienda a mí también?
Ustarroz les tranquilizó a ambas y les mostró la foto del permiso de conducir, era Manfred, el compañero de Otto, porque el otro respondía al nombre de Otto, el que hablaba era Manfred y hablaba solo alemán, era el que había reservado el apartamento, la Sra. Lluc le entregaría los justificantes de la reserva que estaban en alemán, estuvieron cuatro o cinco días, aunque habían reservado hasta hoy, salían temprano por la mañana en el coche y regresaban a media mañana, dejaban el coche nuevo, enorme y negro en el mismo sitio todos los días, Manfred compraba comida alemana y el periódico alemán, pagaba en metálico, era una pareja gay posiblemente pero no se les notaba nada, los gays suelen dejar el apartamento con otro tipo de suciedad y éstos solo tabaco, bebidas energéticas, salchichas, carne preparada, postres de leche y así, bastante limpios.
Rafaela Ramis, así se llamaba la Rafi en los papeles oficiales, dijo algo sorprendente al terminar la conversación que había durado, y ninguno de los tres se acordó de comer, hasta que llegó el coche de los dos agentes encargados de examinar el piso.
- Manfred podía ser alemán pero Otto creo que no, el domingo le señaló unas conservas a Manfred como para que las comprase y éste se negó en alemán y con un gesto, Otto solo le dijo”Mojojones”, lo oí perfectamente, las conservas eran de mejillones y Otto le pedía a Manfred que le comprase “mojojones” y eso solo lo puede decir un niño español o así.
- O un señor de Bilbao -Ustarroz se sorprendió pensando en voz alta -.



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