jueves, 29 de febrero de 2024

ADUANAS

 - No se come mal en este figón – Jon Galtzagorri le comentó a Manu Majors mientras les servían el café y el cliente común de ambos se había alejado de la mesa para responder a una llamada -, pero ha tenido que venir el chico de la Parte Vieja a darle un toque de los suyos…

- Si nunca quieres ir a su restaurante de Lasarte y aquí, en Madrid, porque el catalán ha insistido en traernos, que tú me hubieras llevado a comer unos callos o un cocido, que te conozco.

De la oficina en que se habían reunido por la mañana hasta la romántica Casa Gallardo apenas hay diez minutos andando, estaban acabando de comer cuando empezaba a llenarse el lujoso restaurante, el profesional servicio no había apreciado las prisas que los tres comensales les dieron durante el largo recorrido por la degustación de las delicias que conforman su menú, larguísimo y muy estrecho, que diría San Mikel Corcuera Ulacia, pero ya lo habían acabado. El cliente regresó y de pie se despidió de ambos con su eficacia prusiana y nada mediterránea :

- Vienen a buscarme ya para llevarme al aeropuerto, Xavier me recoge allí, nos vamos a Rabat para la firma de la escritura, luego cenaremos algo con los kuwaitíes en Londres y voy a dormir a casa en Barcelona, que mañana tengo que estar allí a las 8 para lo de la decisión final sobre el arbitraje. Gracias por sus sabios consejos. Esto ya está pagado y están ustedes invitados a lo que quieran como digestivos pero no hace falta que repitan copas en ningún caso ¿Entendido ? Adiós.

El financiero se dio la vuelta y los dos abogados vascos se despidieron del vacío, pequeño, que había dejado. Un chófer gorila, tipo militar eslavo, le estaba esperando en la puerta.

- Si tuviera que desayunar con los cataríes hubiera parado en París también, supongo – comentó Galtzagorri esperando que le sirvieran el Macallan 25 que había pedido para no bajar el nivel de lo que habían comido -, total, con un jet privado, puedes aprovechar y darte una vuelta por las rebajas de Galeries Lafayette y tal.

Manu Majors pidió que le acabaran la botella de Pingus en su copa, antes de ponerle la de Garvey sobre la mesa, arqueó las cejas y comentó :

- Lo que no sé es si nuestros hígados van a aguantar esta rutina de los desplazamientos en el acto, las reuniones « físicas », el contacto humano, los almuerzos de trabajo, los momentos de convivialidad « win-win »… o si estábamos mejor con el teletrabajo y la infusión en zapatillas, cuando las decisiones esta gente las tomaba con más frialdad.

- A mi lo que me da pereza en la vida que lleva esta gente es lo de las aduanas de los aeropuertos, incluso dentro de la Unión Europea lo de entrar y salir de los aeropuertos es una pelmada, y estos tipos y tipas van saltando de uno a otro en un sinvivir  nada envidiable. Supongo que lleva pañales porque no creo que tenga tiempo para cagar en todo el día, así tiene esa cara de estreñido.

- Como dice mi socio « Las aduanas son solo para los negros, a los del Athlétic no nos paran ». Y tú lo sabes bien, lo has dicho muchas veces « ¿Quién va a sospechar de una magistrada de la audiencia provincial ? »

- Lo de tu socio se ha quedado viejo con los Williams pero es lo que hay, los delincuentes de verdad son los que ponen las aduanas a las gentes que no las necesitan, tendremos que promover de nuevo aquella ONG de « Aduaneros sin fronteras », manque éxito no tuvo nunca.

No prorrogaron innecesariamente la sobremesa y se despidieron en la esquina de la calle Ferraz, marchando hacia la Plaza de España, con un común deseo:

- ¡Que no pierdas el Alsa!


jueves, 22 de febrero de 2024

LOS TAMARINDOS

Los tamarindos sin hojas parecen esculturas contemporáneas desde la ventana. Valentín Garmendia Garmendia los observa allí abajo en la humedad que les envuelve, más allá, la barandilla separa el paseo de las aguas grises de la bahía, la luz del sol apenas penetra e Igueldo, la isla, Urgull e, incluso, el Ayuntamiento están como apagados. Le gusta tomarse el café, el termo lo ha conservado caliente, después de la vuelta por las bolsas del mundo que da todas las mañanas al levantarse, primero ha hablado con Hong Kong, su agente habla un inglés oscuro y entrecortado, luego con Singapur, un inglés fluido y solemne, y ha acabado, como siempre, con su banquero de Luxemburgo y su inglés elitista. No es un buen día, la caída de Tokio ha arrastrado los mercados financieros y ha perdido hoy prácticamente lo que ganó en la semana anterior, casi un millón de euros de valor en sus carteras de inversiones, sin embargo, ha mantenido la calma, solo ha ordenado una venta y ha mantenido sus posiciones, la semana que viene se recuperará con creces, Valentín Garmendia Garmendia tiene los gráficos en la cabeza y cree saber que la bajada de hoy es un retroceso para tomar impulso. Usando el ventanal como espejo se ajusta la corbata italiana al cuello y se alisa, es un gesto repetido infinitas veces al día, la chaqueta del traje, porque está ya vestido para ir al despacho y con sus corresponsales ha hablado en videoconferencia, solo el banquero luxemburgués y él llevaban chaqueta y corbata.

Es miércoles, le queda media hora para salir del apartamento y está solo, su mujer se ha debido de ir al cursillo de tenis o de golf o de pádel, los miércoles ella tiene un cursillo antes de las nueve y él tiene masaje a las quince y quince, después de comer ella se irá también, como cada miércoles, al bridge y él no irá al despacho, se quedará para el masaje.

Pone el teléfono móvil en modo avión, espera una llamada del obispo para un desayuno de trabajo y no quiere interrupciones mientras repasa alguna de sus series de diapositivas. Tiene posiblemente la colección más importante de Europa de diapositivas pornográficas, aunque hay un coleccionista belga que debe tener más, la colección particular de Valentín es de mejor calidad. El proyector tiene más de cuarenta años y sigue en un funcionamiento excelente, la pantalla igualmente es del más alto nivel técnico. Hoy escoge una pequeña serie en blanco y negro, « Fay Wray de Lezo y su King Kong donostiarra » reza la tarjeta de identificación con su cuidada letra. Las va pasando lentamente, saborea el golpeteo de impulso que hace pasar de una diapositiva a otra, le gusta ese ruido rítmico del que carecen las digitalizadas, por eso, cuando el autor decidió convertir sus fondos de archivo en soporte digital, le hizo una oferta, el capricho le salió caro pero mereció la pena. Nota la erección a pesar de que las ha visto muchas veces, esta erección le llena de optimismo para el masaje de después. Aunque le tiene que decir a la agente, que acompañará como siempre a la masajista hasta el portal, que es la última vez que quiere que venga esta ucraniana que va a cumplir dieciséis años y que tiene que presentarle una nueva ya, siempre una de quince a las quince y quince del miércoles y no una de dieciséis a las dieciséis y dieciséis, y además quiere una mulatita, ni una rubia angelical ni una negrita, la siguiente debe ser mulata que para eso él paga lo que paga. Por cierto, tiene que sacar dinero en efectivo de la caja fuerte del despacho, no sólo tiene que pagarle a la agente y darle una buena propina de despedida a la pequeña hada del Este, sino que ha prometido ayudar al fotógrafo en su desgracia actual, privado de libertad por causa de unas desagradecidas y de un malentendido judicial. Como decía su profesor en Deusto « Valentín huye lejos de los jueces y huye muy lejos de las juezas, que la envidia acaba dictando sentencia ».

Repasó su figura de gentleman en el espejo del hall antes de salir, todo correcto, y en cinco minutos, lo que tardaba de casa al despacho, ya podía atender las visitas con su profesionalidad y amabilidad tan apreciadas en Donostia, como de costumbre, un miércoles perfecto.

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Nota.- Creía que era innecesario repetir aquello de "cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia" y demás advertencias, al publicar esta actualización de una vieja página que tenía escrita por ahí. Estaba equivocado, por eso lo digo expresamente: en esta entrada cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia y los personajes y situaciones son de ficción en su totalidad ¿Tranquilo así Valentín Garmendia Garmendia?



 

domingo, 18 de febrero de 2024

KANT Y LA FOTOGRAFÍA ERÓTICA




Hace más de cien años, los publicistas de la época denominaron La Perla a la casa de baños erigida en el centro del arenal de la playa de La Concha, ahora se habla de Thalasso, nombre de un programa de televisión francés dedicado a viajes. Jon Galtzagorri piensa que no le gusta lo de “perla” y menos lo de “thalasso” mientras observa la resplandeciente bahía en el sol de invierno desde el ventanal con que cuentan las instalaciones. Ha saludado a algunas sirenas donostiarras que tomaron chocolate a la taza con el campechano y el balaceado cuando éstos eran niños y se bañaban en la playa de Ondarreta, entonces se vivía en blanco y negro, ahora se bañan todos los días del año, haga el tiempo que haga, en la playa de la Concha. La voz interior le dice que el paisaje en technicolor que contempla es irreal, está pintado por algún pintor hiperrealista de paleta cursi, no hace caso a la voz interior que últimamente le ha dado por hablarle de Kant, como el mes pasado le hablaba del asesinato de Unamuno en su casa de Salamanca. La voz interior se descontrola como un discurso radiofónico y fachosférico de radio de taxista madrileño; Galtzagorri se ha bajado en plena Castellana en más de una ocasión.


- Manuel Kant, que era un aburrido y un pelma y que vivió una vida aburrida y pelma, estoy seguro, este Kant nos dio lecciones de ética como aquella de que debemos decir siempre la verdad, incluso si la verdad nos causa problemas o nos hace perder algo que queremos ; mentir está mal porque implica tratar a los demás como medios para nuestros propios fines. Yo amo la verdad, la sinceridad en toda circunstancia pero me gustan los cuentos, las bromas, la poesía, el teatro… no tengo inconveniente en confesar públicamente que he mentido de forma impenitente desde mi más tierna infancia, desde que me sorprendieron con 3 años o así llevándome una jugosa mandarina de la caja expuesta en la tienda de ultramarinos de Jai Alai, la tienda de Salvador. Después de aquello no decidí hacerme abogado, ésa es otra historia, historia con muchas facetas, pocas de ellas sinceras.


Las sirenas donostiarras deben ser viudas, todas son mujeres, epidermis de neopreno pintado de colores varios que ocupan todas las plazas de la pequeña piscina de burbujas, Galtzagorri está húmedo de pie, abstraído en la secuencia interior de su relato.


- No sé por qué me acuerdo de Kant cuando veo textos sobre fotografía erótica donostiarra, últimamente he visto dos o tres sueltos sobre el más popular de los foteros de la ciudad balneario, la fotogenia de la ciudad ha debido propiciar que el número de excelentes profesionales de la imagen sea enorme en nuestro choco.


La imagen de la bahía tiene una saturación de color excesiva y Galtzagorri deja de seguir el vuelo de las gaviotas que juegan a bombardear las vidrieras con excrementos blancos de dieta de pescado. No es la dieta de Galtzagorri, sus abdominales distendidos sobre el elástico del bañador lo acreditan.


- El caso es que el deber de secreto profesional obliga al abogado a callar lo que conoce en el ejercicio de esta profesión, incluso aunque un cliente le haya estafado los honorarios y la única forma de cobrarlos sea contar lo que sabe del honorable ciudadano, mucho más a callar lo que se le ha pedido por quien puede pedirlo que no diga expresamente y con razón, porque decirlo causa unos daños enormes a víctimas de delitos impunes y no se sabe a quién puede beneficiar; la verdad, como la justicia y otros conceptos, ni siente ni padece.


La tripa de Galtzagorri no le deja ver más que las puntas de los dedos de los pies cuando mira hacia abajo, las uñas están blancas y demasiado largas, tenía que habérselas cortado en casa.


- Un ciudadano de este pequeño país pidió hace tiempo a otro abogado que contase lo que él le contaba en futuras publicaciones. « Para que tengas material para tus novelas » era su frase final en casi todas sus conversaciones, conversaciones total y absolutamente ajenas a la profesión de abogados de ambos y que se desarrollaban por las tabernas que frecuentaban.


Galtzagorri tenía que ir al podólogo de Eguía cuanto antes, no podía seguir criando champiñones en los dedos gordos, quizá tenía que arrancar todas y cada una de las uñas, se había descuidado mucho con los pies desde que acabó la temporada de excursiones montañeras.


- No sé si lo que se contaba era verdad, no sé si el que contaba llevaba la vida de Kant o la de Constant. Así que si lo habéis oído de mi boca o leído de mi pluma, ni vosotros ni yo sabemos la verdad de esas confesiones.


Parece que una segunda voz interior responde a la primera sin que Galtzagorri se altere. Repentinamente la piscina de burbujas se ha vaciado, Jon Galtzagorri aprovecha la ocasión para recuperar temperatura sentado en el jacuzzi sobre un chorro que le infla el bañador.


- Bajo secreto profesional un veterano y mecánico abogado contó lo estrictamente necesario procesalmente en su día a una persona obligada a guardar secreto también y que necesitaba herramientas para desbloquear el motor gripado de un asunto, asunto que quedó en marcha una vez que se le señaló dónde estaba el tornillo suelto de la maquinaria judicial y el sujeto se precipitó, verdaderamente se precipitó, a apretarlo a su modo y manera.


Como siempre, al poco rato de sentarse empezó a sentir ganas de mear, unas ganas inmensas, aunque Galtzagorri dudaba de que hubiera flúor en el agua que le rodeaba hasta la altura del diafragma optó por vaciar la vejiga en otro lugar.


- Las víctimas del delincuente, de la justicia, de su defensor gurú, del plumilla incombustible… tienen derecho estrictamente a la verdad judicial en nuestro sistema jurídico de derechos y deberes, es lo que hay nos guste o no. No tienen derecho a que se ponga en marcha el molino o el molinillo que ventee o revuelva cuaresmas y pasiones de hace mucho tiempo por mucho que paranoicos voceros se lo repitan. Es más de fiar el peor de los chamanes lakotas que el beyosu astur.


Los retretes de los balnearios, por muy limpios que estén, dan tirria siempre a Galtzagorri que piensa en ir un poco a la sauna después.





 

jueves, 15 de febrero de 2024

UNA DE ROMANOS


El plató está vacío, el plató del pequeño teatro es pequeño, más pequeño de lo que lógicamente tendría que ser si se mira el edificio desde fuera, pero el edificio tampoco estaba destinado a ser un teatro. Antes de que fuera abandonado y en desuso, el teatro había sido una fábrica de muebles, quizá habría que decir una pequeña fábrica de muebles pequeños como sillas y bancos pero quizá también hacían mesas y armarios o camas con baldaquino. Nadie recuerda y sabe lo que se hacía allí, un pabellón feo en medio de un bosquecillo que una de esas horribles urbanizaciones francesas había extrañamente respetado – otro día tenemos que hablar de los arquitectos franceses y su amor por extender « lo feo » por todo el territorio del país más bello del mundo -, porque, cuando un « teatrero », un hombre de teatro lo visitó abandonado y se dijo que, con la ayuda del alcalde, allí podía instalarse una compañía permanente de teatro y el alcalde hizo las gestiones para que el dueño de aquel inmovilizado lo alquilase por un precio simbólico a la compañía, el pabellón industrial eran cuatro paredes sólidas, un tejado menos sólido, puertas y ventanas emplazadas incoherentemente en las cuatro fachadas y muchas entradas y salidas de aire y agua por todas partes.  - otro día hablaremos del amor de los alcaldes franceses por la cultura que no tiene comparación alguna con el odio que se le tiene a la cultura en el sur de los montes pirineos -.


Hoy el teatro está vacío cuando llega Imanol Hiruntchiverry que ha entrado por la puerta principal y se ha dirigido al plató, sin tropezarse con el material de decorados y luces que está colocado o abandonado en el pasillo. Imanol ha llegado al cuadro de luces, ha encendido unas pocas, ha apagado la que velaba por el fantasma de Molière y ha observado que el suelo está lo suficientemente limpio para que los actores puedan ensayar descalzos.


Las sillas están apiladas contra la pared en un costado, a la derecha visto desde el público. Imanol coge una silla, la pone en el centro y se sienta con las fotocopias de los textos en las manos. En cada fotocopia está subrayado el nombre de un personaje. No ha pensado la distribución, su idea es ir repartiendo estos primeros libretos según vayan llegando. Así, cuando entran juntas las dos primeras actrices, entrega los que corresponden a Livia y a Cornelia. Livia es originaria de Guinea, allí alimentaba con su trabajo a 15 personas de su familia, atravesó su país, Mali,  Argelia, Túnez, Italia… nunca habla de su camino. Cornelia vino de Camerún por Tchad, Libia, Italia… Entre ellas hablan en francés fluidamente, a veces en volumen alto y con entonaciones melódicas.

- Ya falta poco ¿Cómo lo llevas? - dice Cornelia a Livia, después de saludar con dos besos a Imanol -.

- Me molesta un poco la rodilla pero se puede aguantar… - Livia se masajea la rodilla derecha - ¡Estos hijos de puta no han esperado nada! Y luego se quedan a la entrada fumando un porro para recuperarse del esfuerzo.

 - No iban a llevarte en parihuelas y no estás como para llamar a una ambulancia.

- Un poco de apoyo moral, al menos pero... ¿Qué se puede esperar de los hombres? - Livia continúa a protestar.

- El tuyo quería llamar al 112 y le has dicho que no, que no te pasaba nada.

- Y no me pasa nada, un golpe, un roto en el pantalón y un corte pequeño pero él no se ha quedado a hacerme compañía.

Imanol piensa que estas personas que han sobrevivido a travesías de sabanas, de selvas, de desiertos, de los peligrosos puertos de embarque, a las marejadas del Mediterráneo, a los senderos apenas transitables de los Alpes… estas personas pierden la coraza que les ha hecho  resistir sed, hambre, cansancio, enfermedades, golpes, heridas, violaciones, tratos degradantes y demás, al llegar a su objetivo, que ahora ya se han convertido en ciudadanas normales que se tropiezan en un bache de una acera urbana.

Aurelia, Agripina, Placidia y Lucrecia llegan antes de que Catulo decida que ya es hora de entrar y entre al teatro, cuando ha pasado más de una hora de la hora de la cita que Imanol les había fijado.


lunes, 12 de febrero de 2024

LOGIAS GASTRONÓMICAS


- Me alegro de que te hayas podido quedar a comer – Jon Galtzagorri está preparando las kokotxas de merluza en la cocina de la sociedad -, así no comemos solos Aristide y yo, pero tenemos que repartir entre tres lo que habíamos comprado para dos.

- Estaba dudando – contesta Manu Majors que ha servido dos copas de vino blanco de Rueda a sus amigos mientras que él bebe agua con gas de Betelu -, porque el otro día en Bilbao, un fiscal bastante cotilla que no hace falta que te lo nombre, me comentó que tú eras francmasón y mi amá me tenía prohibido relacionarme con masones, protestantes y libertinos, aunque fueran de Bilbao de toda la vida.

- ¿Masón, yo ? - Galtzagorri cuida el fuego bajo la cazuela de barro-. Las sociedades gastronómicas tienen mucho de la masonería y, durante los años del NODO, ciertamente alguna fue refugio de clandestinas « tenidas » como algunas tertulias conocidas lo fueron,  pero no es algo que me haya atraído en mi vida ¿Y a vosotros ?

- En mi familia, incluso en mi casa, hay quien está en la masonería – dice Aristide Labarthe que ha acabado de emplatar el jamón de entremés -, es una forma que ella tiene de socializar con sus amigas, yo leo las publicaciones que hacen y están bastante bien pero tampoco me atrae mucho. Al final, me parecen una secta, una secta blanca e intelectual, pero…

- En Donostia la masonería – dice Galtzagorri, poniendo la cazuela en el centro y cogiendo una loncha de jamón -, es la del estómago, con sus ritos, sus ceremonias, sus disertaciones aburridas, sus pompas con capa y txapela y su simbología extraña para profanos y esa masonería es muy poderosa, ha conseguido hacer de los « cocinitas » unos « catedráticos de culinaria » y que se les construya un gran templo masónico en el Manteo con vistas a la playa.

- Por lo que yo sé los masones son tan listos – Majors está untando pan en el plato hasta dejar la porcelana resplandeciente -, que también practican el tercer tiempo y después de sus misas o lo que sea hacen el ágape entre ellos.

- A mi todas esas cosas me acaban abriendo el apetito, así que voy a hacer unas crêpes – Galtzagorri saca del frigorífico una ensaladera con la pasta líquida amarilla -, que también requieren un ritual…


jueves, 8 de febrero de 2024

LA NIÑA BARRO EN TOURNÉE 2024



 « Suspira...

Y esquirlas saltan de sus labios

humedeciéndose contra la pared

de lluvia paralizada


por la angustia oscura

agazapada

tras la puerta sin pomo

como eco sin palabras. »


Estas palabras pueden introducirnos en el mundo literario de Marta, la autora de los poemas que han hecho nacer  « La niña barro » como teatro. La Niña Barro es una pieza de teatro visual ideada por Flavia D’Avila, directora de teatro brasileña que vive en Escocia,  a partir de una antología de poemas de la escritora española Marta Massé, actualmente residente en los Países Bajos. Esta pieza meditativa y lírica muestra el viaje de una mujer hecha de arcilla desde su nacimiento hasta la plena edad adulta, animando al público a pensar en lo que nos moldea como humanos a lo largo del camino. Evoca mitos de la creación e imágenes de adoración y rituales de fertilidad presentes en muchas culturas alrededor del mundo. Producción de Fronteiras Theatre Lab, interpretada por la actriz Elizabeth Sogorb y la performer Alexandra Rodes, ambas españolas de Alicante. Contratación en info@fronteirastheatrelab.com o +447847177784 (Flavia).


La Niña Barro est une pièce de théâtre visuel conçue à partir d'une anthologie de poèmes de l'écrivaine espagnole Marta Massé. Cette pièce méditative et lyrique montre le parcours d'une femme en argile, de sa naissance à l'âge adulte, encourageant le public à réfléchir à ce qui nous façonne en tant qu'êtres humains tout au long de ce parcours. Elle évoque les mythes de la création et les images des rituels de culte et de fertilité présents dans de nombreuses cultures à travers le monde, ce qui la rend attrayante pour un large public. Elle a été saluée comme une pièce de théâtre touchante, engageante et stimulante. Production du Fronteiras Theatre Lab, interprétée par l'actrice Elizabeth Sogorb et la performer, Alexandra Rodes, espagnoles les deux. Pour la programmer : info@fronteirastheatrelab.com ou +447847177784 (Flavia).


La Niña Barro is a devised visual theatre piece based on an anthology of poems by Spanish writer Marta Massé. This meditative and lyrical piece shows the journey of a woman made of clay from her birth to full adulthood, encouraging the audience to think about what shapes us as humans along the way. It evokes myths of creation and images of worship and fertility rituals present in many cultures around the world, which makes it appealing to a wide audience. It has received acclaim as a touching, engaging, and challenging piece of theatre.Production of Fronteiras Theater Lab, performed by the spanish  actress Elizabeth Sogorb and the performer Alexandra Rodes also spanish, . Hiring at info@fronteirastheatrelab.com or +447847177784 (Flavia).


Photos: Fronteiras Theatre Lab

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viernes, 2 de febrero de 2024

FABULA TOGATA

 Le plateau est vide, le plateau du petit théâtre est petit, plus petit qu'il ne devrait logiquement l'être si l'on regarde le bâtiment de l'extérieur, mais le bâtiment n'est pas non plus destiné à être un théâtre. Avant d'être abandonné et désaffecté, le théâtre était une usine de meubles, peut-être devrait-on dire une petite usine de petits meubles comme des chaises et des bancs, mais peut-être fabriquait-on aussi des tables et des armoires ou des lits à baldaquin. Personne ne sait ce qu'on y faisait car lorsqu'un "théâtreux", un homme, l’a visité, il était abandonné et le visiteur s’est dit qu'avec l'aide du maire, une compagnie de théâtre permanente pourrait y être installée et le maire a pris des dispositions pour que le propriétaire le loue pour un prix symbolique à la compagnie, le pavillon industriel se composait de quatre murs solides, d'un toit moins solide, de portes et fenêtres placées de manière incohérente sur les quatre façades et de nombreuses entrées et sorties d'air et d'eau par toute sa peau.

Aujourd'hui, le théâtre est vide lorsqu'Imanol Hiruntchiverry arrive, après être entré par la porte principale et s'être dirigé vers le plateau, sans trébucher sur les décors et le matériel d'éclairage posé ou abandonné dans le couloir. Imanol est arrivé devant les cadres électriques et en a allumé quelques lumières, a éteint celui qui surveillait le fantôme de Molière et a constaté que le sol était suffisamment propre pour que les acteurs puissent répéter pieds nus.

Les chaises sont empilées contre le mur d’un côté, à droite vue du public, côté cour pour la troupe. Imanol prend une chaise, la place au centre et s'assoit avec les photocopies des textes à la main. Sur chaque photocopie le nom d'un personnage est souligné. Il n'a pas pensé à la distribution, son idée est de diffuser ces premiers scripts au fur et à mesure qu'ils arrivent. Ainsi, lorsque les deux premières actrices entrent ensemble, il distribue celles qui correspondent à Livia et Cornelia. Livia est originaire de Guinée, là-bas elle a nourri 15 personnes de sa famille avec son travail, elle a traversé son pays, le Mali, l'Algérie, la Tunisie, l'Italie... elle ne parle jamais de son parcours. Cornelia est venue du Cameroun en passant par le Tchad, la Libye, l'Italie... Entre elles, elles parlent couramment le français, parfois à fort volume et avec des intonations mélodiques.

- On y est presque, comment vas-tu ? - dit Cornelia à Livia, après avoir salué Imanol avec deux baisers -.

- Mon genou me gêne un peu mais ça peut être supporté... - Livia se masse le genou droit - Ces fils de pute n'attendaient pas ! Et puis ils restent à l'entrée en train de fumer un joint pour récupérer de l'effort.

  - Ils n'allaient pas te transporter sur une civière et tu n'es pas pour appeler une ambulance.

- Un peu de soutien moral, au moins mais... Que peut-on attendre des hommes ? - Livia continue de protester -.

- Le tien voulait appeler le 112 et tu lui as dit que non, que tout allait bien.

- Et tout va bien, un coup, une déchirure au pantalon et une petite coupure mais il n'est pas resté pour me tenir compagnie.

Imanol pense que ces gens qui ont survécu aux traversées des jungles, des déserts, des ports de navigation dangereux, aux vagues de la Méditerranée, aux sentiers à peine praticables des Alpes... ces gens perdent l'armure qui les a fait résister à la soif, à la faim, à la fatigue, maladies, coups, blessures, viols, traitements dégradants, etc., une fois arrivés à leur objectif, ils sont désormais devenus des citoyens normaux qui trébuchent sur un nid-de-poule sur un trottoir urbain.

Aurelia, Agrippine, Placidia et Lucrecia arrivent avant que Catulle décide qu'il est temps d'entrer et entre lorsque plus d'une heure s'est écoulée depuis l'heure de rendez-vous qu'Imanol leur avait fixée.