miércoles, 24 de febrero de 2021

ESPINACAS PARA UN MARINO

Hay un pueblo,  Rion-des-Landes, por la diagonal francesa del vacío, esto es, un sitio al que hay que ir porque no sale al paso cuando se va del domicilio a un punto de interés, quizá te lo encuentres si te apetece perderte por la Francia rural. Rion, abrevio el nombre, está cerca de esa nube de humo de papelera que, a veces, se ve desde la autopista a medio camino entre Bayona y Burdeos. La pringosa nube es de una fábrica de papel en Tartas, pueblo algo más grande y con dulce nombre, del que dista  15 kilómetros o así. En Rion hay unos 3.000 habitantes, quizá diez más, quizá diez menos, habitantes que te pueden mostrar la iglesia, el palacete que hace de alcaldía, la plaza de toros y, cinco minutos más tarde de comenzar la visita, el camino a una laguna artificial que es un apeadero para las grullas en sus migraciones anuales, donde se puede culminar el paseo turístico.


Jon Galtzagorri nunca ha comprendido cómo su amigo Edouard Mauresmo se ha ido a vivir su jubilación a Rion-des-Landes, pero los franceses son así, un día están tan normales tomando una copa en la Rue des Canettes en pleno bullicio nocturno parisino y al día siguiente están cultivando espárragos de calidad en el jardín trasero de la vieja casita familiar en medio de ninguna parte, y en Francia hay mucho lugar en medio de ninguna parte.


Esto de la pandemia, el gel en las manos, la mascarilla, los dos metros de distancia excepto con la legítima, trabajar en casa lo más posible y demás reglas tan necesarias como liberticidas, han llevado a Galtzagorri al borde de la depresión pero el borde por la parte de dentro, así que se ha recetado unos ortolanes al armañac y patatitas para salir del bache. Los ortolanes, como las angulas, son especie en peligro de extinción, aunque tienen la ventaja de que a ningún cretino se le ha ocurrido que se puede hacer un sucedáneo de ortolán con carne caducada y congelada de gaviota para cobrar subvenciones a la investigación científica del Gobierno Vasco.


Galtzagorri es ecologista en el fondo e, incluso, puede ser vegetariano militante, siempre que le dejen hacer algunas excepciones con el jamón de bellota, la vaca gallega, la ternera… en realidad, Galtzagorri sería vegetariano siempre que las proteínas animales con todo su sabor y aroma entrasen en la dieta. En resumen, Galtzagorri es un amigo al que no hay que dejarle cerca del frigorífico casero y decirle “come lo que te apetezca”.


Edouard Mauresmo estaba en la cocina de su casa cuando recibió la sorpresiva llamada telefónica de Jon Galtzagorri en francés con acento de Gros de toda la vida:


- ¿Cómo estás? Yo bien, muy bien ¿Y tu Stade Montois? A ver si ponéis a Matamoros en el primer equipo de una vez ¿Qué tal tu sobrina Amélie “la suiza”? ¿Que no es tu sobrina ni nada? No soy un rompe cojones, es que el tenis siempre me ha gustado y le veía un aire familiar contigo a la tal Amélie, tiene la misma mandíbula que tú, cuando jugaba, creo que tú con faldita corta podrías haber sido su gemela. No cuelgues, especie de idiota. Que te llamo para algo serio ¿Tienes ortolanes aún en el congelador del garaje? No me hables tan bajo, que estoy cada vez más sordo. Ya sé que es pecado mortal, pero si ya están muertos, no vamos a enterrarlos ¿No? Alguien tendrá que comerlos ¿Que no tienes? No me lo creo ¡Mierda! ¿Que ya no cazas? Ahora cuéntame que no vas a los toros ¿Que tampoco vas a los toros? ¿Me quieres decir qué coño haces todo el día en ese pueblo del agujero del culo del mundo aparte de oler a col podrida del aroma de la papelera? ¿Espinacas? ¿Espinacas de las de Popeye? ¿Que estás lavando espinacas para cocerlas con una cucharita de aceite de oliva sin nada más? ¿Y una cucharita de soja al final? ¿Sin mantequilla ni tacos de tocino ni nada? Me parece que lo tuyo es más de la pitopausia que del confinamiento, que has meado todas las hormonas que te quedaban en la próstata o algo peor ¡¡¿¿Espinacas??!! Cuando se pase esta peste que tenemos, subo a ese pueblo, si lo encuentro en el mapa, y te voy a dar un par de hostias para que espabiles.  Bueno, adiós, que tengas una bella jornada y que hagas bien la digestión de las espinacas… No, lo del yoga es demasiado,no me lo creo, lo que pasa es que tú te guardas los ortolanes para ti solo. Adiós



 

viernes, 19 de febrero de 2021

CONMOCIÓN CEREBRAL

Los buenos días han llegado tras las lluvias. La playa de la Zurriola es sacudida por las olas y la resaca del Cantábrico pero hay pocos “pingüinos humanos” en el anochecer donostiarra. Hay quien ya ha desenfundado los muebles de resina blanca y se ha instalado en el exterior para disfrutar del yodo ambiental, la brisa inevitable y la fría humedad mientras inicia una tertulia en la distancia con uno de esos teléfonos que esclavizan nuestras neuronas.

- ¿Cuántas conmociones cerebrales has tenido Imanol? - Galtzagorri pregunta desde la terraza de su casa, intentando ver algo en la pantalla, a pesar de los reflejos -. Conmociones de verdad, de las de pérdida de conocimiento y de no enterarte un rato si estabas aquí o allí.

- En partidos oficiales pocas, dos o tres, pero ya sabes que entonces se seguía jugando y lo más que te ponían es una esponja pringosa en la nuca – Hiruntchiverry está sentado bajo la veranda del lado sur de su casa, las hortensias protegidas contra el alto muro hacen de fondo de su imagen -, en los entrenamientos, habré tenido incontables, los entrenamientos era lo peor, intentabas no hacer daño y te llevabas rodillazos, puntapiés y de todo en los placajes…

- De los presentes ¿A quién le han hecho un scanner? - El Marqués de Altamira está enclaustrado en una biblioteca de libros de rugby y figuritas de todos los personajes de Lucky Luke y él levanta la mano el primero -. A todos, por lo que veo. A mí me han hecho varios y pruebas diversas, porque además en uno de ellos salió algo que podía ser… que no podía ser… que si tal… y al final resultó ser un hematoma momificado en una pared del estuche de los sesos.


- Yo tuve un primer susto en el campo pero no me quedaron secuelas, creo – El Barón de la Florida ha debido poner la cámara del aparato encima de la campana extractora de la cocina, porque solo se le ve la coronilla y un fregadero al fondo -, pero luego tuve el accidente de tráfico y el médico me aconsejó irlo dejando porque me dijo que podía quedarme más tonto que un rapero catalán. Bueno, no me lo dijo así, pero ya me entendéis.

- Ser gilipollas no es delito, al menos, por ahora – Jon Galtzagorri se carcajea y alza una copa de tinto -, aunque las dos neuronas que le quedan al chaval ése parece que han recibido más patadas en la cabeza que un balón, habría que hacerle un scanner por su bien ¡Brindo por las conmociones cerebrales sin secuelas ni precuelas!



jueves, 11 de febrero de 2021

NOS VEMOS EN EL BAR DE ABAJO

Jon Galtzagorri a las 9 de la mañana está aún en la cama. No es lo habitual, normalmente para las 7 de la mañana ya está desayunando con un voraz apetito – su mujer dice que es un error invitarle a un desayuno de trabajo, puede arruinar cualquier presupuesto -, pero hoy le han dejado descansar, ayer estuvo hasta muy tarde acabando un recurso de casación contra una sentencia que se tenía que presentar hoy sin falta ya que, a pesar de la telemática judicial existente, los viejos abogados dejan para el día de gracia los escritos, según costumbre inmemorial. Galtzagorri no está dormido, con los ojos cerrados oye Radio Clásica con una sonrisa en los labios, pocas veces puede oír su programa favorito entero y en directo, la mayor parte de las veces apenas escucha unos minutos en la radio del coche o, al acabar el desayuno, en la radio de la cocina.


Los timbrazos del interfono le sacaron de su sinfonía de la mañana, el telefonillo del interfono está demasiado cerca del dormitorio, se levantó de, lo que él creyó, un salto para responder al perturbador como se merecía, pero la voz femenina ya estaba en acción en el pasillo.

- Nor da? Egun on! Pero sube, ahora le digo ¿Quieres un café? Bueno, le digo… Jon, es Imanol que está abajo, que no sube, que te espera en el bar de abajo.

- ¿Qué hace el pelma éste aquí? ¿No sabe que está prohibido desplazarse? Dile que ahora bajo. Desayunaré en el bar, guapísima.

Sin ducharse ni afeitarse, embutido en ropa de estar por casa, las pantuflas sustituidas por unos mocasines, puestos sin calcetines – se pone calcetines con las botas de deporte y cuando tiene una vista judicial -, Galtzagorri entró en el bar diez minutos más tarde.

- ¡Mierda, la mascarilla! - a modo de saludo, al ver al patrón del bar y a la docena de clientes, incluso Hiruntchiverry, con la mascarilla puesta, incluso había uno que la tenía puesta en su sitio -.

El patrón le pasó un paquete de celofán con una mascarilla de marmolista sin siquiera levantar una ceja.

- ¿Querrás desayunar lo mismo que el gabacho, supongo?

Hiruntchiverry, con la mascarilla a modo de una kipa, estaba sentado en una mesa junto a la puerta de entrada con un plato de huevos fritos con chistorra, patatas fritas y pimientos, una botella de vino riojano y un par de vasos.

- ¿No has visto el whatsapp?

- Tenía el teléfono en silencio – sacando el aparato del bolsillo trasero del pantalón vaquero y aprovechando para poner en modo de molestar -, estuve concentrado trabajando… “Nos vemos en el bar de abajo!”

- Claro, en cuanto me he enterado de la noticia, he saltado a la moto y me he venido para Donostia, había atasco en la muga. Por si acaso hazme un justificante que he venido a reunirme contigo para un tema profesional, no sea que al regreso me hagan un control.


jueves, 4 de febrero de 2021

LOS CINCO EN EL TORNEO DE SEIS


El miércoles noche, la reunión semanal por internet comienza, la peste y las medidas que las diferentes administraciones han tomado por ahora siguen aconsejando verse por la pantalla, además del teletrabajo existe el tele-aperitivo, la telecervezadelasocho, la tele-tertulia y un largo etcétera, actividades que vienen a limitar los divorcios pero no los imposibilitan -solo hay que haberse equivocado en anotar la reserva espacio-temporal en el calendario de la cocina para que la guerra de las galaxias pueda estallar de nuevo -, así es la vida actual y eso que la luz se ve al final del túnel, esperemos que no sea un tren que viene en dirección contraria por la vía única.



- Ya empieza el torneo de las las cinco naciones e Italia – dice Galtzagorri con el calendario del torneo de rugby clavado en la pared a su espalda con el anuncio de la cerveza dublinesa que lo patrocina bien visible -,   y este domingo rojo en Gales, solo se va a oír la llamada de Irlanda por la victoria.

- Esta vez no nos dejaremos robar la victoria a última hora por esos enanos verdes en la tierra de nuestros padres – se ríe el Barón de la Florida con su pinta de cerveza negra reposada en los labios -, porque nuestros jóvenes novatos ya se han bañado en la sangre del dragón.

- Permitid que me presente, mi nombre es Bond, James Bond, y, al final, al servicio de su Majestad, el que ganará el torneo – el Marqués de Altamira alza su dry martini mezclado, no agitado, que toma acompañado de aceitunas rellenas de anchoa -, no hay otra opción seria. Y lo siento por el pobre Murray que estará en su eterno tercer tiempo sin conocer la victoria de la brava Escocia.

- ¿Dónde está la victoria? Volverán a cantar los hermanitos italianos este sábado al inicio del partido – Hiruntchiverry con una lagrimita en el ojo, lágrima que no disimula, se toma un armañac, él ya ha cenado -, y lo repetirán al final del partido y al final del torneo.

- Este año los franceses tienen partido de calentamiento para empezar – Manu Majors con su Fuller’s India Pale Ale en la mano comenta -, este Torneo de las V naciones debería volver a la tradición y olvidarse de ese barcarolo romano que no sirve más que para correr el riesgo de lesionarse.