viernes, 16 de octubre de 2015

LOS ALL BLACKS DE LASARTE

Plaza de las Brígidas of Lasarte-Oria.
Plaza de las Brígidas of Lasarte-Oria. (Photo credit: Wikipedia)

En la gran sala de aparatos del polideportivo a primeras horas de la mañana, esforzados ciclistas pedalean intensamente si avanzar un solo metro. La conversación entrecortada, más entrecortada que la respiración de alguno de ellos, se superpone a la música ambiente de “grandes éxitos intemporales” que todos han olvidado.
-          Me han dicho que han visto al “Kabra” en Lasarte –Jon Galtzagorri informa al pelotón variopinto-.
-          Pero ¿No vivía en Tonga, donde había naufragado? – dice Murray embutido en un chándal verdaderamente intemporal porque ya ha cumplido las bodas de plata con él desde las rebajas en que lo adquirió-. Habrá venido a reforzar a los Beltzak quizá.
-          No creo que Kabra esté a estas alturas de la película para reforzar a nadie, su vida de rugbier le había pasado muchas facturas la última vez que nos visitó – Galtzagorri comenta, él enfundado en ropa deportiva de ésa en la que la marca salta a la vista hasta causar lesiones oculares- Pero los Beltzak creo que no existen, deben estar tan desaparecidos como los Belarrimotzak de Rentería sumidos en la anarquía del rugby no federado.
-          No señor, los Beltzak de Lasarte siguen vivos y haciendo rugby – el Barón de La Florida que lleva su atuendo favorito, ése por el que también se le conoce como “La Pantera Rosa”, pone al día al personal-, mantienen una escuela dominical de rugby y aprovechan también el campo de Michelin –pronunciado “mishelen” por el Barón-, para jugar los mayores entre semana y llevar al rugby a chavales y chavalas del pueblo.

-          O sea que también hay apóstoles del balón oval en Lasarte-Oria –concluye Galtzagorri-.

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