domingo, 24 de julio de 2016

EL PRECIO DEL KILO DE EXPERTO


Los domingos de la mañana suelo leer artículos de opinión diversos escritos por “expertos diversos”, las entrevistas sobre temas de actualidad a algún “experto” y esos reportajes en que un becario recoge lo que dicen los “expertos” sobre esa misma actualidad. Me pregunto quién da el título de experto -incluso a mí me lo han dado y en varias ocasiones sobre materias de las que “solo sé que no sé nada”-, pero acepto que es una fórmula comúnmente aceptada de introducir a alguien que por su curriculum se puede suponer que conoce del asunto más que la generalidad del resto de los mortales. A veces lo que se escribe, se contesta o se dice por el experto, según se recoge en el medio, hace dudar a cualquiera de la experiencia previa del “experto” pero ahí queda dicho y, a lo mejor para ser repetido una y otra vez en el tiempo.
La cuestión que más veces me suscitan las opiniones de los expertos, sobre todo cuando el experto es indudablemente una figura conocida en un campo determinado y que no ofrece dudas sobre su preparación y biografía previa es: ¿A cuánto está el kilo de experto?
No tengo dudas de que se paga por opinar, de una u otra manera -a veces de formas más asquerosas que el vil metal-, pero se paga. El pago más miserable que se me ha hecho últimamente, además del momento publicitario que supone la imagen de uno en un programa televisivo, ha sido de 10 euros en billete, sea dicho para demostrar que algo sé de lo que hablo.
Partiendo que a mí se me paga tan poco por decir lo que yo pienso o incluso por escribirlo en alguna columna periodística, cuando observo lo que nombres de “reconocido prestigio” dicen sin ningún rubor, contribuyendo muchas veces a formar un estado de opinión favorable a un determinado interés o contrario a otro, y, en todo caso contribuyendo a dar argumentos para que se hagan o deshagan leyes, costumbres, obras, fronteras, ritos, creencias… me pregunto ¿A cuánto está el kilo de experto?


No hay comentarios: