sábado, 10 de febrero de 2018

EL GRAN CLUB VASCO DE RUGBY


El Marqués de Altamira e Hiruntchiverry están sentados en el pequeño comedor del “Bed & breakfast” de Edimburgo, fuera el viento y la lluvia controlan la calle, los dos solos se enfrentan al zumo de naranja amarillo, a los huevos revueltos incoloros, al bacon seco, a las salchichas más secas todavía y al té humeante, mientras sus amigos Aristide Labarthe y el Barón de la Florida, que han venido con sus mujeres, siguen durmiendo.
- ¿Qué pasa en el Biarritz Olympique? -Pregunta el Marqués, después de acabar el líquido amarillo-. Parece que las navajas están en las manos.
Hiruntchiverry mira hacia la puerta antes de hablar y dice:
- Los capitalistas están tomando posiciones en esta primera fase para estar bien colocados en las siguientes fases.
- ¿Cuál es la segunda fase?
- El primer equipo pasará a ser el equipo del País Vasco y abandonará la referencia local, luego, en una tercera fase, los patrocinadores y los capitalistas privados de todo el País Vasco pondrán su apoyo exclusivamente en este equipo nuevo.
- Pero, así el Aviron Bayonnais dependerá solo del apoyo del Ayuntamiento de Bayona
- Ante los hechos consumados, los ayuntamientos y las demás instituciones solo subvencionarán al nuevo equipo profesional del País Vasco y los viejos equipos profesionales desaparecerán.
- ¿Dónde de jugará ese nuevo equipo?
- Acabará jugando en el nuevo estadio que sustituirá al actual Jean Dauger.
- ¿Y Aristide lo sabe?
- Supongo que todo el mundo sabe lo que va a pasar más o menos pero…
- No me gusta Guirado como capitán, en defensa es bueno, pero en ataque es nulo y además no tiene carisma.
Otros huéspedes, maillots azules con el gallo, van entrando, también las mujeres que habían salido a fumar en un precario invernadero del jardín. Empieza un duro día en Edimburgo, el domingo la selección francesa de Laporte juega algo más que un partido.


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