jueves, 12 de octubre de 2023

LAS FOTOS

Galtzagorri está escribiendo la oposición a un recurso, quizá una apelación, en el pequeño despacho que se ha habilitado en lo que fue la habitación de los niños – aún se utiliza como dormitorio de nietos a veces -, ya que la exagerada renta del alquiler de un hueco en un local habilitado para despachos de los que abundan en Donostia le ha acabado obligando a retornar a sus principios profesionales, cuando vivienda y trabajo se superponían en el mismo espacio. El Aranzadi ya no amenaza con hundir el suelo del piso, la informática ha reducido el mínimo vital necesario para el ejercicio individual de la abogacía, apenas una conexión a Internet y un ordenador decente son los útiles imprescindibles aquí y ahora.

Coro, su mujer, se está jubilando también poco a poco de la notaría y, a veces, dice que solo va al trabajo « por molestar » y a la salida, a veces, compra algo para merendar con Jon en la mesa de la cocina. El clima reinante invita a compartir un helado, quizá de pasas con ron, pero las heladerías de nuestra juventud se han ido extinguiendo, los turistas aprecian más la gastronomía industrial que se camufla en decorados típicos que los sabores elaborados artesanalmente, así que la ecuación ingresos menos gastos ha llevado a la extinción o casi de estas especies como de otras.

- He traído un poco de helado – proclama Coro entrando en el piso -, acaba eso y vente a la cocina.

Jon Galtzagorri entra en la cocina con el teléfono móvil en la mano y se lo pasa a su mujer.

- Mira qué fotos me ha seleccionado Google como recuerdos de hoy.

- ¡ Cuántas excursiones hacías con Murray ! Y hace años que se murió ¡Qué recuerdos ! ¿Te acuerdas de aquella caída en el glaciar de la norte del Perdido , después de esta foto en la cumbre con la bandera de la República? ¡Le salvaste la vida !

-   Los recuerdos pueden ser falsos y la línea entre la memoria y la imaginación se vuelve borrosa. Al ver la foto me he acordado de aquello y no hay percepción que no esté imbuida de recuerdos. Este verano recordaba perfectamente que aquel incidente había pasado en el Posets, al ver el nevero del Posets me vino el recuerdo vivido de su cara de susto. Sin embargo, tienes razón, aquello pasó en el Perdido y muchos años antes.

- Como abogado, sabes que en la memoria la reactivación nunca se produce dos veces de la misma manera, el haz de neuronas no es el mismo. Aquellas en que se grabó el recuerdo se han muerto y ahora son otras células, otras conexiones… nuestros recuerdos están en constante evolución dentro de nosotros, cada reactivación los hace variar. Quizá tampoco fue en Perdido, quizá fue en el Aneto. Pero al final el maldito cáncer se lo llevó ¿Echas de menos sus perogrulladas que tanto te cabreaban ? 

- Sigo oyéndolas cuando las necesito. No creo en la mística pero sigo conviviendo con mis muertos, mi padre, mis amigos... ahora me relajo, cierro los ojos, ahí mismo en el despacho y charlo con uno u otro... Imagino lo que habría dicho cada uno sobre el tema que me inquieta,  de esta manera tengo una relación con el difunto, hablamos, discutimos. Y mis muertos y yo decidimos juntos.

- ¿Quieres un poco de chantilly sobre la crema ?



1 comentario:

Raul dijo...

Yo también le, os, los, te echo de menos