martes, 23 de junio de 2009

EL VIEJO CABRON

Henri IV rey de Francia y de Navarra fue conocido al final de su abrupta vida como el “Viejo Cabrón” –le Vieux bouc-, después de haber sido llamado el Galante Verde –le Vert galant-, durante su juventud pirenaica por su afición a las aventuras fornicatorias –más de la mitad de los actuales bearneses desciende de él, según algún profesor de Pau-, aunque desde nuestra mentalidad actual no hubiera pasado de ser un maloliente violador en la mayoría de sus encuentros sexuales.

Ese remedo a la italiana de Jesús Gil que de forma incomprensible preside aquel país miembro de los más importantes foros mundiales no llega a tener la trascendencia histórica del viejo cabrón del rey francés unificador de su reino pero es indudable que su hedor ético va a pasar a la historia europea con huella indeleble.

Los culos que se asoman a los bidets de los poderosos españoles puede que un día cuenten historias no muy diferentes de las que nos llegan de Italia, ya que poder y corrupción son desde la eternidad dos caras de la misma moneda desde La Muela hasta La Zarzuela pero mientras la presunción de inocencia nos hace ver ingenuamente sólo la paja en el bidet ajeno.

En conclusión, lo que no tiene enmienda no tiene enmienda.

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