lunes, 17 de mayo de 2010

¿Y DEL RUGBY QUÉ?

De las oleadas de visitantes recibidas con ocasión de los partidos que el Aviron y el Olympique han disputado en Anoeta ya no queda resaca alguna, es el momento de examinar si han quedado restos aprovechables en la playa del rugby guipuzcoano esta temporada. Me parece que muy pocos.

Las finanzas del club local aparentemente han recibido una inyección –nada comparable al botín que algunos taberneros, no todos, con patente de corso lograron hacer-, contactos fortuitos entre responsables de clubes y asociaciones pueden llevar a futuros encuentros amistosos con equipos de fuera lo que es siempre formativo para nuestros jóvenes, algunos curiosos han conocido una clase de afición deportiva orgullosa de su pertenencia a la cultura fraternal del rugby... ¿Algo más?

Hemos desaprovechado estos eventos para seducir con este deporte sistemática y organizadamente a nuestros futuros patrocinadores y a las familias de los futuros jugadores. Tampoco hemos hecho una presentación adecuada de nuestro rugby a estos visitantes para que de vuelta a casa difundan su existencia y ambiciones en sus clubes, ni siquiera a los medios de comunicación que les acompañaban –así alguno de ellos ha hecho comentarios grotescos al respecto-.

Ahora hay tiempo de preparación para la siguiente vez, mientras el estadio de la Côte Basque sea una mera expectativa, todo es cuestión de que hagamos nuestro plan con nuestros objetivos ambiciosos y nuestros escasos medios para que Donostia no sea sólo esa ciudad capaz de dar de beber cerveza a 40.000 sedientos sino que sea una referencia de verdad en el rugby.

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