sábado, 15 de octubre de 2011

ENEMIGOS DE SI MISMOS

Las dos semifinales de este fin de semana se pueden decidir en un desconcertante bote del balón oval o en una decisión arbitral discutible como ha pasado otras veces. No hay un favorito claro en cada una, para mí. Los cuatro equipos tienen su mayor rival en sí mismos, en los distintos demonios interiores que pueden restarles fuerzas.
Posiblemente los del Principado de Gales tienen el menor dragón aparentemente. El haber llegado hasta aquí pueden entenderlo como un logro y pesarles a la hora en que la ambición de disputar la final no sea una mayor motivación, pero es los jóvenes sin complejos y los veteranos que quieren hacer historia van a formar una empresa difícil de batir por la selección francesa.
Los galos han hecho un gran desgaste físico y síquico en este mundial. La rebelión de los cuadros del equipo en el partido anterior no alcanzó todos sus objetivos y el poder del cesante Lievremont –de cultura militar-, es aparentemente indiscutible, lo que deja cierta angustia en el diafragma colectivo. Sin embargo, cada jugador francés lleva en su bolsa de deportes un bastón de mariscal.
Los “convictos” australianos, vienen dirigidos por el all black Dingo Deans, quizá el entrenador de referencia del momento. Con un juego dinámico, abierto y poderoso habían ganado el Tri Nations  pero el tropezón ante Irlanda y el juego subordinado ante los Springboks les ha desnudado e incluso se añoran los descartes que la personalidad del seleccionador dejó fuera. El aliciente de superar en su casa a su país vecino y hermano puede soldar lo necesario las voluntades creativas de la escuadra que más completa llega a esta fase.
Nueva Zelanda contra los All Blacks, es lo terrible. El rugby es la vida de las islas y la selección juega mucho más que una semifinal. Llevar encima ese peso durante 80 minutos puede dejar sin fuerzas a cualquiera, a no ser que se canalice esa energía histórica y vital con un trabajo positivo en el que el partido ya ha empezado y el tiempo de juego sólo es la realización de aquel buen trabajo.
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Gales acaba de perder 8 a 9 con Francia.
Un decisión arbitral discutible, un cierto miedo a ganar, Bonnaire, Parra, Haninordoquy tenían en la bolsa un bastón más de sargento chusquero que de mariscal pero les ha valido.

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