viernes, 29 de agosto de 2014

EL ABUELO JUGADOR DE RUGBY

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English: View of Donostia - San Sebastian from Igeldo. Español: Vista de la ciudad de San Sebastian desde Igeldo. Euskara: Donostia hiria, Igeldotik ikusia. (Photo credit: Wikipedia)
Martín Echezarreta “El abuelo” llevaba toda su vida, tenía 39 años en la época de estos desgraciados hechos que vamos a relatar, jugando a rugby. Fuera del rugby últimamente era mecánico-conductor de camiones pero con anterioridad había sido algunas otras cosas: electricista, albañil, socorrista, pescador…  Vinculado al club de rugby de su localidad –no me acuerdo bien si ésta se encontraba más cerca de Obaba que de Eibain pero se encontraba en Euskadi, seguro-, seguía teniendo ficha de jugador del primer equipo con el que estuvo en todas las divisiones de honor y de más honor por las que el equipo fue pasando.
La dedicación fundamental estos últimos años del “abuelo” para el club era la formación, llevaba la escuela y los equipos de edades inferiores pero como nunca se hizo un organigrama, su título técnico era para todo el mundo del rugby local la de “El abuelo”.
Martín no era rico precisamente, lo que ganaba se lo gastaba en el rugby, con el que estaba casado, aunque se le conocieron un par de novias sucesivas que le duraron unos pocos terceros tiempos, así que vivía con su amá que lo mantenía más o menos presentable o limpio planchado que es lo que entienden las amás que es ir presentable.
Como no era rico, la directiva le apoyaba económicamente, ingresándole en la cuenta corriente materna unos euros casi todos los meses. Esto se hizo regularmente hasta  su muerte. Porque su muerte fue dolida –un infarto en la banda mientras el árbitro pitaba el final y el equipo por fin ascendía hacia el cielo del rugby-, pero los desgraciados hechos que se sucedieron, a los que me refería antes, casi dolieron más: declaración de accidente laboral de su muerte con responsabilidad del club por falta de alta en la Seguridad Social, cotizaciones incrementadas con recargos, sanciones económicas, ingreso de capital coste renta a favor de la madre…
 La nueva tribuna, bautizada “El abuelo” en su honor, ya nunca se construirá en aquel campo de rugby, hay que seguir pagando el pufo.
En el organigrama que hizo el Inspector de Trabajo para el acta le adjudicó el título de Director Técnico.


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