domingo, 17 de agosto de 2014

EL EMPRESARIO GUIPUZCOANO DEBE JUGAR A RUGBY

Me encuentro con Galtzagorri, un helado de café en la mano, el aire distraído del veraneante en su propia ciudad, y los dos abandonamos un poco a las familias que se pierden en la multitud que bulle por las calles de la precapitalidad cultural que nos ha tocado. Galtzagorri me refiere sus sentimientos.
-          Los vampiros financieros, masters del universo, son conscientes de que si desangran hasta la muerte la sociedad de la que se alimentan no tienen alternativa que parasitar, por eso parece que nos están dando algo de “vidilla” y ciertamente hay cifras positivas en algunas facetas de la economía real, la de bienes y servicios, la economía en la que vive esa especie en peligro de extinción: el empresario guipuzcoano.
-          El empresario guipuzcoano está más cerca del sindicalista que le toca todos los días los “cataplines” en la empresa que del Sr. Botín, incluso tiene más puntos en común con Txiki Muñoz que con César Alierta, pero mientras el empresario lo sabe, el sindicalista hace como que lo ignora, lo quiere ignorar en realidad aunque vayan a acabar ambos juntos en el paredón, echándose mutuamente la culpa de haberse llevado hasta allí y capaces ambos de dar la orden de ¡Fuego! a los verdugos de turno, salidos de procesos electorales sin esperanza.
-          El empresario guipuzcoano tampoco encuentra líderes en esta provincia y menos en el páramo que nos rodea, así que está huérfano una vez más a la vuelta del verano y  con unas ganas enormes de darle una patada a su empresa  y dedicarse a cultivar su intelecto en un torneo social de mus como alternativa más satisfactoria.
-          Así que si no tiene más remedio que seguir navegando en su cáscara de nuez por esas aguas revueltas de la economía debería jugar a rugby, es el momento de los esfuerzos colectivos en equipo, de unirse los unos a los otros para sostenerse, resistir, avanzar…  el rugby, ese ajedrez colectivo, es evidentemente una metáfora pero o sumamos inteligencias o esto solo se arreglará –lo decimos una vez más-, cuando Botín salga de la cárcel, o sea cuando las ranas tengan traje de neopreno.
-          Por ello, la economía real, la economía de nuestras empresas guipuzcoanas, exige, como el oxígeno para respirar, de más rugby en la vida de todos los días, de valores compartidos por todos en la empresa y fuera de la empresa: luchar hasta el pitido final, disciplina, respeto, trabajo, todo cuesta, levantarse cada vez que se cae,  imaginación, no hay límites más que las reglas comunes, aprender de las derrotas,  fortaleza mental,  el líder se hace,  cada uno debe dar el 100% de sí, compromiso etc.  La temporada no ha hecho más que empezar y va a ser tan complicada como la anterior.
Los toros de fuego ya se han apagado más allá de la Isla de Nunca Jamás y Peter Pan, alcalde de la ínsula imaginaria, le dice palabras de amor en Euskera a Campanilla. Todo parece un amor imposible.


  

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