martes, 9 de agosto de 2016

CUMBRES BRASILEÑAS


Una pizza de recuperación después de la jornada montañera, es ya la tarde en una terraza de un pueblo francés medio estación de esquí medio balneario decadente, un hermano oso ha sacado unas cervezas y una pantalla para completar este campamento base.
- La verdadera cima se logra cuando todos los expedicionarios regresan sanos y salvos al campamento base -dice el Barón de La Florida con el bigotillo de espuma envejeciéndole el colorido rostro-, y ese helicóptero dando vueltas toda la mañana era una mala señal.
Pero en eso momento la retransmisión televisiva devuelve a la cuadrilla de veteranos rugbiers al mundo del balón oval que colocan sus sillas de espectadores por delante de otros turistas, vestidos para la ocasión con los colores simbólicos de la república francesa, y que ya confraternizan cacofónicamente con ellos.
- Cuando el pilier izquierdo era el árbitro y jugábamos impares contra pares me gustaba más el Rugby Seven -comenta el Marqués de Altamira en una lengua que ni el mismo Molière hubiera reconocido-, eso sí, había que jugar en medio campo para que los gordos no perdiéramos todo el fuelle.
- Eso era falta de ganas de hacer un entrenamiento serio -contesta Galtzagorri que se ha colocado estratégicamente entre dos hermanas gemelas de Marianne, la bella imagen de la fachada de la Alcaldía, pero menos de mármol-, y ahora es todo un rugby de especialistas que no deja hueco para los voluntariosos que mantienen el mismo nivel en los tres tiempos.
La terraza grita jubilosa ante cada ensayo galo y se ríe de los comentaristas franceses que se emocionan hasta el llanto mientras que las miradas de comprensión se entrecruzan en la cuadrilla.
- Parece que en el rugby español se ha alcanzado una cima histórica con las dos selecciones en las olimpiadas -ironiza el Baron de La Florida para el círculo de impasibles, la digna actuación sobre la cancha de los españoles no da para mucho bullicio-, y todos los pequeños dirigentes de nuestro rugby se ponen esa medalla, pero los expedicionarios regresarán después al mismo mierdoso campo base de antes de los juegos.
- Es lo que hay -Galtzagorri pide otra ronda-.


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