viernes, 30 de octubre de 2020

LOS CADÁVERES DE LAS CUNETAS


Galtzagorri se toma un te negro delante del ordenador y habla a la cámara que transmite su imagen.

- El número de restos no exhumados de personas asesinadas por las fuerzas golpistas del 18 de julio del 36 es enorme, hay cálculos aproximados entre 130.000 y 140.000, lo que nos lleva a un cálculo de otras tantas familias españolas afectadas, entre las que no se encuentra la mía, y posiblemente a más de un millón de ciudadanos que tienen el recuerdo de un ancestro muerto violentamente.

Manu Majors también bebe un earl grey en su despacho bilbaino mientras conversa.

- La transición ignoró este hecho, éramos conscientes de su existencia pero lo esencial era pasar la página de una dictadura terrorífica a una democracia, imperfecta pero más legítima. Cuando esta democracia parecía consolidada, los afectados empezaron a pedir que les devolvieran los desaparecidos, la respuesta fue meterlos en un laberinto burocrático y dejar pudrir el tema.

El marqués de Altamira es más de café cortado preparado en cafetera tradicional, no soporta las cápsulas metálicas.

- ZP osó abordarlo tarde y posiblemente mal pero, en vez de ayudarle a reparar el daño que perdura en  aquellas familias y en los que voluntariamente sienten lo injusto de la situación, se torpedeó su iniciativa hasta el presente, en que otro gobierno, quizá por razones espúreas, inicia tímidamente el camino de la verdadera reconciliación con la localización y exhumación de esos desaparecidos, tarea imposible para la totalidad, los ataques a la iniciativa se multiplican e intensifican.

El Barón de la Florida, sin embargo, toma un expresso italiano hecho con polvos mágicos muy caros porque son de marca.

- Es incomprensible la ceguera de quienes se oponen a ello. Esta obra de misericordia humana, laica y ciudadana no es revisar el espíritu de la “Transición”  ¿Qué es eso del espíritu de la Transición? Sino completarlo en todo caso, culminar uno de esos asuntos que se van pasando en la agenda de un día a otro con la vana esperanza de que se terminen solos pero que la tozuda realidad nos vuelve a poner una y otra vez en la lista de pendientes.

Galtzagorri se pone unas gotas de armagnac de hace 42 años en la taza caliente y añade:

- España nunca será España del todo, al menos la España de todos y para todos, sin hacer un empeño colectivo de dignidad de este siniestro aspecto de su pasado. No se puede dejar a la IIIª e inevitable República Española esta herencia estúpida.

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