miércoles, 21 de junio de 2023

LA ACACIA

Al fondo del jardín hay una acacia, sus flores invitan a las abejas pero de todas maneras su madre invita a Galtzagorri a que le acerque en la silla de ruedas durante su visita semanal, aunque hoy es lunes Galtzagorri ha decidido compensar a su madre por el retraso y enciende un mini Davidoff para que su madre pueda darle unas caladas, lejos de la vigilancia de las amables pero severas auxiliares de clínica.
- Has traído de París una voz de resaca enorme – comenta la dama donostiarra dejando que las volutas de tabaco se confundan con la humedad que ha dejado la tormenta -, pero supongo que el partido os mereció la pena y el tercer tiempo con las tolosanas lo aprovechasteis bien…
- Lo que pasa en Saint Germain se queda en Saint Germain, amá – sonríe Galtzagorri a su cómplice maternal -, pero cierto es que estoy un poco cansado, ya no tenemos edad para algunas cosas pero este miércoles me desintoxico con un tocata de los Bardulians en Rentería y ya está.
- El chico ese salvó el partido a los de Mola, no me gusta nada ese apellido que ha pringado tanto tiempo Jai Alai, por cierto, pero bueno su padre ya nos gustaba mucho en su tiempo… era y es un tipo muy sensato además de ser un gran jugador.
Cuando la señora habla en plural es que incluye en la conversación la ausencia de Galtzagorri padre, demasiado pronto salido de escena pero que ella lo siente a su lado.
-   Hemos visto el documental de Disney en la cadena video club que lo echa y nos ha gustado, está bien, mejor de lo que decías.
Sigue una descripción técnica de análisis de planos, reconstrucciones, voces en off y demás aspectos que el ojo crítico de la Señora ha anotado en su memoria para calificarlo desde su punto de vista.
- No es una mierda ni en la forma ni en el fondo. Pero le falta profundidad en su acercamiento a la Justicia, así con mayúscula, y a la agresión que cometieron las chicas al denunciar.
- ¿Qué dices, amá ?
- Mira, la violencia que se ejerce desde los consejos de administración, desde los hogares confortables, desde los despachos de los directores de los medios… esa violencia de los poderosos es diaria e inconsciente, consiguen hacer que la gente no la perciba como violencia y, sin embargo, cuando un desempleado o un obrero mal pagado reacciona, eso sí se percibe como una agresión, como una violencia. La chica abusada primera que acusó al fotógrafo en el juzgado, esa chica agredió a uno de los suyos, osó acudir a la Justicia pidiendo que se hiciera justicia, cuando la Justicia no está para hacer justicia sino para perpetuar la Injusticia – la señora Galtzagorri ha cogido carrerilla como su padre hacía, cuando el abuelo Pitágoras en la sobremesa daba el mitin a la familia era un espectáculo, y las auxiliares clínicas que controlan el ocio de los residentes miran hacia donde madre e hijo se hallan -, al fin y al cabo, la justicia es una herramienta de los poderosos y, claro, vieron que un juguete, una putilla a sus ojos, osaba pedir justicia y su reacción, la de los amos, fue meterla en vereda, decirle que « a los nuestros no se les agrede »… le falta un toque socio-comunista bolivariano, o como se diga, al documental de las chicas.
La señora hace una pausa repentina, pega una calada profunda, juega con el humo que expulsa pero no consigue hacer michelines perfectos.
- Me gustaría que me enterréis bajo esta acacia.
- ¡Amá, no empieces !
- Sí, bajo esta acacia, así mi cuerpo será abono y el árbol me llevará hasta las flores, las abejas me harán miel y me podréis desayunar en las tostadas ¿No te parece una buena idea ?
- Hasta hoy me gustaba la miel de acacia.
- Los yanomami se comen a sus muertos, me parece muy hermoso incorporar así una generación a otra y, como sabes, tenemos un poco de sangre yanomami.
- Amá, los yanomami es posible que tengan sangre nuestra, que tu tío abuelo jesuita fue misionero en el Amazonas y algún gen debió dejar olvidado allí pero aquí solo vino a morirse, que yo sepa.


 

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