lunes, 12 de mayo de 2008

RWC EL PUMA QUE SE COMIO UN GALLO 2007

El puma que se comió un gallo me dijo que ante todo se creyó desde el principio que se lo podía comer, no sólo que soñó que se lo podía comer sino que se enfrentó al gallo con el convencimiento de que se lo podía comer. Claro que los pumas que hablan, creen, sueñan... son animales fabulosos. Y los pumas argentinos que el viernes van a inaugurar la Copa del mundo frente a los del gallo francés son muy reales. Sin embargo, las fábulas se pueden hacer realidad y destrozar las apuestas. La selección francesa juega en casa y tiene un equipo impresionante con un juego excelente. Sólo los años de algunos de sus miembros junto con el castigo que su vida profesional les ha inflingido y una cierta brutalidad subterránea que a veces practican pueden ser sus debilidades propias pero la responsabilidad y el ambiente politizado a su alrededor –Sarkozy ha tenido la ocurrencia de hacer viceministro de deportes al seleccionador y ha anunciado su conversión en aficionado a nuestro deporte con asistencia a los partidos de la selección que encarna los valores patrios etc. -, nunca han sentado bien a quien necesita de toda su concentración mental para ganar. Porque se trata de ganar. El rugby a partir del viernes se transforma de juego en resultado. Hay pocas esperanzas de ver mucho juego durante las próximas semanas, es inevitable –incluso para los entrenadores más fuertes-, que los buenos equipos y los buenos jugadores realicen fases brillantes y den pinceladas de espectáculo pero posiblemente las selecciones secundarias nos van a ofrecer buenos momentos del mejor rugby.

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