Image via WikipediaEl viento de Villanúa levanta manteles, carpas y se lleva las servilletas entre las pamelas de las invitadas, pamelas que ruedan como freesbies liberados.
También el viento trae aquellos recuerdos que se levantan de su rincón, emociones en blanco y negro de niños por la pradera corriendo a la piscina, de adolescentes buscando cuerpos furtivos en que cazar el deseo mutuo, de noches de terror con la deseada aparición de fantasmas invocados, de inviernos en que la ducha se ausentaba y el humo de la chimenea era nuestro perfume en las pistas de esquí.
Una boda como excusa para un baño de sentimientos. No es una lágrima, es algo que este viento me ha metido en el ojo
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