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| Nigel Owens, Welsh rugby union referee, officiating the 2009 Guinness Premiership match between Bath and Leicester Tigers. (Photo credit: Wikipedia) |
El
vecindario seguía el partido de fútbol del equipo local en Barcelona según se
percibía por el patio comunal. En la sala de su casa Galtzagorri y su santa
leían sendas novelas, unas aventuras ficticias de Richard Sharpe en 1814 el uno
y una investigación criminal ambientada en la corte de Henri IV la otra, en el
viejo tocadiscos giraba una apasionada versión de Madama Butterfly, Mirella
Freni y José Carreras sobre las emocionantes notas Puccini. A las 22,45 les
sobresaltó el teléfono.
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¿Has visto qué robo? –La voz de su amigo Yann Hiruntchiberry resonó en
el aparato-.
Como
muchos vascos del otro lado del Bidasoa, HIruntchiberry sigue en fútbol a los
equipos de este lado, en especial a la Real Sociedad y tiene una idea un poco equivocada de los horarios y
costumbres de más allá de la frontera. O sea que Galtzagorri le tuvo que ir
todo el relato de los graves sucesos balompédicos en el Camp Nou en aras de
conservar una amistad transfronteriza, mientras su mujer hacía ejercicios de
expresión corporal que le ponían claro lo que pensaba del colega en lides
rugbísticas. Y lógicamente pasaron a hablar del arbitraje en rugby.
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El vídeo es una gran ayuda para el árbitro pero sólo es una muleta, lo
esencial para que el arbitraje sea bueno es el respeto. Sin respeto no hay
deporte, el respeto es previo al inicio del partido en cualquier deporte de
competición –decía uno de los dos-.
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“El referee siempre tiene la razón, si Ud. no está de acuerdo no salte
a la cancha” está escrito sin estarlo en todos los estadios de rugby del mundo –contestaba
el otro-, porque los árbitros se equivocan, es imposible, con vídeo y sin vídeo, juzgar
correctamente. Nigel Owens, para mí, el otro día (1) se equivocó varias veces
pero hizo un arbitraje de rugby perfecto.
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El árbitro en rugby previene más las infracciones que las sanciona y
es un actor del juego, un actor del que su papel es difuminarse, pasar
desapercibido...
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Que empieza la segunda parte.
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Que te sea leve y si llamas otra vez te mando a mi mujer a tu casa.
(1) Nigel Owens arbitró el
Inglaterra Francia del pasado fin de semana.
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