jueves, 11 de octubre de 2018

HUEVOS COCIDOS

- Cocer huevos es aparentemente sencillo, se meten en agua hirviendo unos minutos, 10, 12... y ya está – dice el Marqués de Altamira, observando el cazo sobre el fuego -, pero luego se nos revientan mientras se hacen o no podemos quitar la cáscara sin estropearlos, así que hay que prepararse bien antes de empezar… no sacarlos directamente del frigo sino dejarlos que cojan la temperatura ambiente  de la cocina, preparar agua suficiente para que queden cubiertos y echar una pizca de sal.
- Me da que hoy comemos a la hora de la merienda – observa el Barón de la Florida que ha puesto las hojas de las variadas lechugas en la bandeja como un decorativo felpudo -, o nos pasamos el puente como espectadores de los hervores de los huevos.
- Todo requiere preparación, esfuerzo – Galtzagorri tiene apartada una blanqueta de ternera que ha preparado con mimo anteriormente -, así que voy sacando el arroz para acompañar la “blanquette”, para que no se nos pase, que la cocina es como el rugby: trabajo en equipo, camaradería, celebración de los éxitos, pero siempre es el capitán quien tiene que tomar las decisiones, quién juega y quién no, qué táctica vamos a seguir etcétera o sea que empezamos por la ternera y la ensalada, a la francesa, para después.
- La experiencia es un grado – asiente el Barón que se sigue considerando en formación permanente en todos los aspectos de la vida -, y cocinar, como el rugby, es entrega, sacrificio y respeto por encima de todo, los veteranos forman a los jóvenes, los ayudan y los arropan… eso, capitán, es actitud de líder, saber y hacer saber.
- Vale, chaval, puedes abrir esa botella de tinto navarro que arropará de verdad esta pitanza previa a un puente en que los de Valladolid, una vez más, son los únicos que se juegan algo.
- ¡Que ya están los huevos! -se oye al fondo -.
- Pues saldrán en la segunda parte de “impact player”

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