domingo, 29 de junio de 2025

VÍBORAS

 

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El pequeño zorro de piel dorada, casi albina, sale corriendo con una salchicha en la boca, un cocinero que tiene pinta de boliviano se ríe en la puerta de la cocina del Hotel de Llanos del Hospital. Jon y Coro, los Galtzagorri, se desperezan mientras se ajustan las botas en el amanecer, el sol está oculto en las cimas del este, hay rocío más que escarcha en los matojos, están llegando coches y algún autobús al aparcamiento pero la pareja ya está cruzando el arroyo buscando el sendero que remonta hacia el oeste por la cara sur de la colina, a sus espaldas las Maladetas y el padre Aneto aún no asoman, las estribaciones del macizo que empiezan a iluminarse los ocultan, se prevé un día soleado y caluroso.

La senda está bien marcada y se adentra en el Barranco de Literola, no hay remontes, los michelines y las posaderas se notan más que las mochilas « de ataque » que ambos llevan, al atravesar el bosque ya están sudando, el sonido del agua invita a mear y a beber con frecuencia. Los jóvenes acelerados de una excursión les saludan en euskera mientras les adelantan pero enseguida se los encuentran reposando un instante junto a unas rocas, dos de las chicas de la excursión han desaparecido para satisfacer una íntima necesidad y los demás les esperan charlando en castellano. Aunque saben que a escasos minutos les adelantarán, Coro prefiere seguir valle arriba sin detenerse, siguiendo el río, el sendero es claro y los hitos de piedra los « caïrns » abundan, parecen cagadas petrificadas de algún animal jurásico, la pendiente se vuelve cada vez más pronunciada y el sol no tiene piedad de los montañeros, los insectos tampoco, el sudor, las cremas, los rododendros… ponen el ambiente olfativo, las marmotas silban y un par de rapaces parecen responderles desde su planeo en el cielo azul. Jon Galtzagorri que miraba en el bosque donde ponía los pies por no pisar alguna víbora distraída, ahora observa las rocas con detenimiento por si acaso hay alguna víbora bronceándose. Coro lee en su mirada lo que está pensando.

Pasan una cabaña, del Forcallo dice el mapa, y continúan subiendo, apenas son las 10 de la mañana y parece que caminan por encima de grandes palomitas de maíz buscando con la mirada el hito siguiente, hay alguna marca de pintura roja también, los tipos que las hicieron y los que las repasan de vez en cuando son admirables aunque lo hagan por adicción, no lo pueden evitar. El barranco señala el rumbo y llegan a un charco, el Ibonet de Literola según el mapa, la pendiente obliga a los dos montañeros a convertirse a la tracción a cuatro extremidades, los bastones percuten en las rocas, lo que seguro que aleja a las víboras, se tranquiliza Jon,  pero llegan a un lago más grande, llamado por el dibujante Ibón Blanco de Literola, el circo que lo rodea invita a quedarse disfrutando de la panorámica pero todos los excursionistas, medio centenar o más, que les han sobrepasado, ya serpentean por el canchal que baja desde la cima. Coro recuerda en voz alta que la guía dice que aquí comienza « el tramo más exigente y empinado de la ascensión ». Ya no va a haber agua, hay que cargar con las cantimploras llenas para subir y bajar.

El camino es evidente, los precedentes lo han dejado señalado y además provocan inevitablemente que algunas piedras rueden ladera abajo hacia ellos, la grava, las piedras sueltas y el cansancio acumulado hacen la pendiente más fuerte y el terreno más incómodo, se intuye que la cima está cerca, como siempre en montaña es un espejismo porque, incluso cuando se llega a la cresta cimera y se ve la vertiente norte vertiginosa a los pies, hay que trepar una joroba, "falsa cima"  dice la guía, antes de alcanzar la cumbre principal donde no hay sitio apenas entre los bloques de granito; la feria de ikurriñas, autorretratos e irrintzis parece inacabable a estas alturas, 3.222 metros sobre el nivel del mar Mediterráneo y más de 6 horas desde el primer paso de la ruta.

La vista de 360 grados de los Pirineos, el Macizo de las Maladetas con el Aneto hacia el sudeste, el Macizo de Posets hacia el sudoeste, el Valle de Estós a nuestros pies por el sur, el Circo de Lliterola aquí al lado como quien dice y un sinfín de valles, lagos, y cumbres al norte hacia la estribaciones francesas de la cadena por donde el Tour pasará uno de estos días – Francia existe para hacer bonito en las retransmisiones ciclistas mientras dormimos la siesta -.

Al parecer el grueso de los montañeros opta por el descenso desde el Pico Perdiguero hacia el Refugio del Portillon d'Oo en el « autre côté » y la cumbre se va quedando vacía, aunque no parece que pueda estallar tormenta, más vale ir bajando tranquilamente, haciendo algunas fotos y respetando las rodillas con la ayuda de los bastones, sin embargo, la bajada se hace en la mitad de tiempo, dejar los trastos en el coche, quitarse las botas, una primera cerveza en el bar del hotel y una segunda mientras Coro comenta la jornada :

- No hemos visto ninguna víbora en todo el día, deben estar todas en Madrid preparándose para los programas de la semana...


miércoles, 25 de junio de 2025

LETIZIA HILTON Y EL NIÑO POLLA

Santa Letizia en imagen generada por IA


La comisión judicial hace una diligencia judicial en un domicilio particular de un investigado y normalmente solo las partes personadas en la causa, sujetas a ciertos deberes legales, conocen del contenido y desarrollo de la misma. Claro que, desde que la extrema derecha está de vuelta – si alguna vez se fue -, en el poder del tercer y del cuarto poder del juego de poderes en España, la normalidad es que se publique y se publicite cuanto el Servicio de Propaganda del Movimiento Nacional juzgue conveniente a la formación del espíritu nacional acosado por rojos y separatistas ; así hemos sabido que la coprotagonista de algunos cortometrajes pornográficos de guion clásico – los guiones pornográficos son canónicos -, esta joven ha sido también protagonista de una diligencia judicial, alguien dio su identidad inmediatamente por los altavoces del recinto. El otro coprotagonista de las películas en cuestión, conocido por su nombre artístico  El Niño Polla, no estaba presente en la diligencia judicial, quizás ocupado en curarse alguna de las enfermedades profesionales no tabuladas que los trabajadores de la industria pornográfica padecen habitualmente.

Se ignora por el momento si ambos artistas han estado en nómina de algún ministerio o de alguna sociedad pública ligada a la administración pero, como la realización de material audiovisual para comunicar las tareas que se realizan en todo tipo de organismos a la sociedad es algo habitual, no sería de extrañar que Letizia Hilton y ENP hayan realizado sus actividades profesionales en Paradores Nacionales o en Bienes Inmuebles del Patrimonio Nacional, al menos. 

En tiempos pasados, años de plomo en Euskadi, jueces castigados, unos por borrachos, otros por progresistas y algunos por borrachos progresistas, pasaban por destinos en las tierras vascas, lo que nos permitió compartir algunas actividades, más o menos culturales con ellos y ellas… no sé por qué me parece recordar alguna estantería repleta de vídeos propicios a la excitación sexual en una residencia oficial… la soledad de la función pública es mala consejera y la pornografía es adictiva pero supongo que será mi tendencia a confundir recuerdos con relatos de dudosa procedencia la que juega con mi memoria.




jueves, 19 de junio de 2025

QUE TIRE LA PRIMERA PIEDRA


Junio no tiene r pero hay ostras en la terraza que da a la bahía, la marea está baja, muy baja, de los hilos de agua que buscan la orilla sube cierto olor de corrupción, quizá las conchas de ostra que algunos lanzan desde el bistró al agua se pudren antes de volver a convertirse en arena por el trabajo del agua sobre ellas, las gaviotas las desprecian y buscan alimento entre las mesas. Galtzagorri y Majors no han encontrado sitio en la sombra para dejar las motos, no tienen prisa, se han quitado los monos de protección y degustan los frutos de mar en camiseta y bermudas… Majors comenta que solo comía ostras por navidades porque un cliente, traficante de angulas, se las regala.

- « Si un cliente te hace un regalo por Navidad es que te equivocaste al pasarle la minuta por tu trabajo » es una frase que me dijo un magistral abogado fallecido en un desplazamiento que hicimos juntos en mi coche a un tribunal en otra ciudad hace cuatro o cinco décadas.

- Yo también quería mucho a Artemio Zarco.

- Teníamos un asunto entre manos, diferente del que nos obligaba a viajar, en el que se mezclaban caros regalos de Navidad a una funcionaria, comisiones a director de compras de una prestigiosa empresa, sobornos a director de una agencia bancaria y pago de factura de hotel de lujo con señorita incluida a un perito judicial… nuestros clientes, a mi parecer, tenían negro el porvenir con aquellas prácticas « comerciales » que no habían evitado la bancarrota de su sociedad y que ellos decían que eran habituales en el sector. Pero el ilustre togado estaba convencido de que no iba a producirse ninguna consecuencia de todo ello para su responsabilidad civil y menos penal. Los dos teníamos razón, hubo cierta responsabilidad a pagar en una cuantía mínima y que los clientes, declarados insolventes, pagaron sin problemas así como nuestros honorarios y nada más, pero ni Juez ni Fiscal vieron indicios de delito alguno.

- “Si te quiero condenar, te condeno, si quiero absolverte, te absuelvo” es otra frase que yo aprendí de mis mayores al comienzo de mi carrera profesional.

- Desde niño he conocido regalos navideños en dinero a vistas de aduana en Irún, comisiones a responsables de compras en fábricas guipuzcoanas, periódicos con billetes de alto importe entregados en oficinas ministeriales al recoger licencias administrativas, pagos simultáneos a amigos de quien preside la mesa que decide un concurso… como abogado se me ha pedido, indicado, amenazado, chantajeado etc varias veces por personas dotadas de poder en cualquiera de sus facetas. La corrupción existe y la he tocado, espero que sin mancharme, al menos, lo quiero creer. No puedo contar lo que conozco de algún cliente que me ha estafado mis honorarios a pesar de mi convicción de que sería la única forma de reparar el daño que me ha causado. La vida es así, una mierda, el nivel de la ética en los negocios es el mismo que existe en los demás aspectos de la sociedad española – conozco personalmente algunos sórdidos aspectos del pasado de plumillas que firman columnas moralizantes hoy en día -, y por recordar otra de las frases del difunto letrado que contribuyó a mi formación : « Es tenue la línea que separa un excelente negocio de una estafa en la economía general, en la del fútbol se olvidaron de pintar la línea ».

- ¿Prefieres venir a Gujan-Mestras o ir a Cancale?

- A pesar del atasco, esto está más cerca.




miércoles, 18 de junio de 2025

LA NIÑA BARRO À LA HAYE



 Émotion poétique : La Niña Barro captive le Théâtre de Vaillant


Les 7 et 8 juin, le Théâtre de Vaillant de La Haye a présenté La Niña Barro, une œuvre de théâtre visuel inspirée d'un recueil de poésie de l'auteure Marta Massé. Ces performances ont marqué le public par leur puissance émotionnelle et leur esthétique saisissante.


Une production de Fronteiras Theatre Lab et La Sogorb Artes Escénicas, interprétée par Elizabeth Sogorb et Alexandra Rodes, avec des lumières de Pedro Vera et une mise en scène de Flavia D’Avila.


Dans une production où le langage des corps et des images prime sur les mots, La Niña Barro transporte le public dans un voyage intime et sensoriel. Chaque instant sur scène, presque comme des peintures à l'huile exécutées avec une minutie remarquable (citation d'un spectateur), évoque un monde où la poésie se matérialise sous nos yeux, brisant le silence pour atteindre le cœur.


Les réactions du public témoignent de l'impact de cette œuvre : de nombreux spectateurs sont restés à l'extérieur du théâtre pour remercier l'équipe d'avoir amené l'œuvre à La Haye. Ils ont été submergés par la puissance des émotions exprimées et la présence captivante des deux femmes sur scène. L'alliance de la lumière, du mouvement, de la musique d'inspiration zimbabwéenne et d'une scénographie captivante donne vie aux textes d'une manière unique, rendant hommage à la poésie sans la limiter à une narration linéaire.


Par sa sensibilité et son audace esthétique, La Niña Barrp confirme la puissance du théâtre visuel et l'immense talent de son équipe artistique. Une expérience qui résonne bien au-delà des murs du Théâtre de Vaillant et reste gravée dans les mémoires de tous les spectateurs enthousiastes.


LA NIÑA BARRO EN LA HAYA

 


Emoción poética: La Niña Barro cautiva al Théâtre de Vaillant


Los días 7 y 8 de junio, el Théâtre de Vaillant de La Haya presentó La Niña Barro, una obra de teatro visual inspirada en una antología poética de la autora Marta Massé. Estas representaciones dejaron una huella imborrable en el público por su fuerza emocional y su impactante estética.


Una producción de Fronteiras Theatre Lab y La Sogorb Artes Escénicas, interpretada por Elizabeth Sogorb y Alexandra Rodes, con iluminación de Pedro Vera y bajo dirección de Flavia D’Avila.


En una producción donde el lenguaje de los cuerpos y las imágenes prima sobre las palabras, La Niña Barro transporta al espectador a un viaje íntimo y sensorial. Cada momento en el escenario, que casi parecen cuadros realizados al óleo con notable meticulosidad (cita textual de una espectadora), evoca un mundo donde la poesía se materializa ante nuestros ojos, rompiendo el silencio para llegar al corazón.


Las reacciones del público dan testimonio del impacto de esta obra: muchos espectadores se quedaron a la salida esperando al equipo para agradecerles haber traído la obra a La Haya, se mostraron abrumados por la fuerza de las emociones desplegadas y la cautivadora presencia de ambas mujeres en escena. La combinación de luz, movimiento, música de inspiración zimbabuense y una escenografía cautivadora da vida a los textos de una manera única, rindiendo homenaje a la poesía sin limitarla a una narrativa lineal.


Con su sensibilidad y audacia estética, La Niña Barro confirma el poder del teatro visual y el inmenso talento de su equipo artístico. Una experiencia que resuena mucho más allá de las paredes del Théâtre de Vaillant y que queda grabada en la memoria de todos los emocionados asistentes.

miércoles, 11 de junio de 2025

LA CRUZADA CONTRA LOS CÁTAROS

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Estoy leyendo una novela de cátaros, había comenzado una novela sobe libros de horas que me aburría y he cambiado a esta novela, también « histórica », en la que se describen los asedios, las batallas, las matanzas… que tuvieron lugar en el Languedoc hacia 1200 y que eliminaron físicamente a los seguidores de una corriente religiosa que no era apreciada por la católica iglesia. Los cátaros tienen buena prensa últimamente y la literatura escrita y dibujada está llena de obras que no ocultan su simpatía por los perdedores de aquella persecución « religiocida », se trataba de eliminar una herejía por la muerte de todos sus seguidores.

Es descorazonador que una creencia religiosa sin fundamento y basada en unos textos literarios mal interpretados justificara la eliminación de otra creencia religiosa sin fundamento y basada en esos mismos textos literarios mal interpretados de otra manera. Pero este fenómeno irracional, absurdo, se reproduce continuamente en la historia de la humanidad hasta nuestros días y, si no nos extinguimos pronto, se repetirá en el futuro. Los ateos, los agnósticos, salvo los que creemos que Cervantes es el verdadero profeta… también han efectuado masacres parecidas – las dictaduras rusas y chinas y sus imitadores tiránicos nos dan ejemplos contemporáneos -, lo que me lleva a pensar que el ser humano es inevitablemente asesino de diferentes, sobre todo si son más débiles, que la guerra está, hoy como ayer, para quedarse, sobre todo si se va ganando.

Para cambiar mis pesimistas pensamientos me paseo por las noticias de las españas nuestras, allá en el lejano sur, al otro lado de los Pirineos y es… inútil. La cruzada dogmática de las mesnadas al servicio de los putos amos contra el tal Sánchez - nunca me ha gustado pero reconozco que es un señor y un gigante acosado por los enanos malvados de todas las pesadillas españolas -, arrecia ridícula y triste, las nauseas que provoca me hacen volver con gusto a las torturas, las hogueras, las mutilaciones, las evisceraciones… que el autor describe con precisión en la novela de cátaros que, como he dicho, estoy leyendo, al menos, son hechos lejanos en el tiempo y en el espacio, aunque haya un hilo conductor ideológico entre aquellos verdugos eclesiásticos y los jueces opusianos, los periodistas que nunca aprobaron la asignatura de ética, los títeres políticos del poder económico especulativo… de nuestros días y de nuestras hispanidades.


jueves, 5 de junio de 2025

RECUPERAR EL YETI



Me llamaban Antontxo, todo el mundo me llamaba Antontxo y yo respondía por ese nombre – mis dos hermanos mayores me llamaban Antoine pero eran la excepción -, nombre que me diferenciaba de mi padrino el tío Antonio, Antxón entre sus hermanos, hermano pequeño de mi madre. 

El padre Labaca era profesor de Historia del Arte en el colegio de los jesuitas y un día de mi adolescencia, tendría yo 14 años o así, me dijo algo así « Un tipo como tú, con toda la barba ya, no puede seguirse llamando « antoñito » ¿Qué es eso de Antontxo ? O te llamas Antonio o Antxón, si prefieres pero ya no eres un niño y, si te dejas seguir llamando Antontxo en este país, vas a tener 70 años y te seguirán llamando Antontxo ». Así que empecé a identificarme a mí mismo como Antxón.

Por la misma época de juventud iba los veranos al campamento del Colegio en el Valle de Oza y en el Valle de Belabarce, donde me hice amigo de los hermanos Fernando y Enrique Martínez Stinus, muy montañeros, con los cuales iba alguna vez a otras excursiones durante el curso, pequeñas cimas guipuzcoanas y grutas de los alrededores. Enrique comentó un día que los compañeros de curso nos llamaban los yetis a nuestras espaldas.


Un día me lo dijeron a la cara en el vestuario del colegio después de gimnasia o de algún entrenamiento – jugaba en el equipo de hockey-sala del colegio -, alguien exclamó, al verme desnudo, « Pareces el yeti ». Me pareció bien, el yeti era un personaje simpático, se asomaba los veranos en los periódicos junto al monstruo del lago Ness para rellenar las páginas carentes de noticias, aparecía a menudo en las historietas dibujadas como un personaje secundario, incluso había un tebeo inglés, difícil pero no imposible de comprar en Donostia, donde protagonizaba sus propias aventuras… me puse a escribir cuentos con el yeti de protagonista. Mis compañeros de la sección de letras del colegio me llamaban el yeti y no me molestaba, el apodo se extendió a la cuadrilla con la que perseguíamos a las primeras chicas los domingos después del fútbol, los festivos y las vacaciones, era un apodo cariñoso, íntimo, no se me llamaba así en público. También me siguió en el equipo de hockey sobre hierba. Incluso mi madre me decía « Dejas la ducha llena de pelos, como un yeti ».


Luego vinieron la universidad, el rugby, el teatro, las chicas… a éstas, cuando me decían que parecía un oso de peluche, les tenía que corregir « un oso no, el yeti ». La vasca aprovechaba para hablarme del basajaun, personaje con el que siempre he tenido una buena conexión.



Sé que, junto a otros motes, mis alumnos también me han llamado el yeti durante mi carrera de profesor universitario. Y alguno de mis socios abogados, cuando he reaccionado de una forma inesperada ante alguna conducta de él, me ha espetado « Ya está el yeti, el solitario de la montaña salvaje ».



Mi paso por el hospital ha recuperado al yeti que hay en mi. Ponerme electrodos y arrancarlos, los esparadrapos, las perfusiones… me arrancan pelos y alaridos, las sanitarias – el sanitario sigue siendo excepción-,  me volvían a comparar con el oso y yo volvía a hablarles del yeti durante esas sesiones de sufrimiento necesario en las habitaciones hospitalarias.  He tenido que pasar la máquina de afeitar a fondo por la zona de la operación y alrededores antes de pasar por el quirófano la semana pasada. Unos días después, el yeti va recuperando su pelaje. 

Y además la IA produce unas imágenes del yeti que me gustan, como ésta del yeti en Gipuzkoa: