miércoles, 11 de junio de 2025

LA CRUZADA CONTRA LOS CÁTAROS

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Estoy leyendo una novela de cátaros, había comenzado una novela sobe libros de horas que me aburría y he cambiado a esta novela, también « histórica », en la que se describen los asedios, las batallas, las matanzas… que tuvieron lugar en el Languedoc hacia 1200 y que eliminaron físicamente a los seguidores de una corriente religiosa que no era apreciada por la católica iglesia. Los cátaros tienen buena prensa últimamente y la literatura escrita y dibujada está llena de obras que no ocultan su simpatía por los perdedores de aquella persecución « religiocida », se trataba de eliminar una herejía por la muerte de todos sus seguidores.

Es descorazonador que una creencia religiosa sin fundamento y basada en unos textos literarios mal interpretados justificara la eliminación de otra creencia religiosa sin fundamento y basada en esos mismos textos literarios mal interpretados de otra manera. Pero este fenómeno irracional, absurdo, se reproduce continuamente en la historia de la humanidad hasta nuestros días y, si no nos extinguimos pronto, se repetirá en el futuro. Los ateos, los agnósticos, salvo los que creemos que Cervantes es el verdadero profeta… también han efectuado masacres parecidas – las dictaduras rusas y chinas y sus imitadores tiránicos nos dan ejemplos contemporáneos -, lo que me lleva a pensar que el ser humano es inevitablemente asesino de diferentes, sobre todo si son más débiles, que la guerra está, hoy como ayer, para quedarse, sobre todo si se va ganando.

Para cambiar mis pesimistas pensamientos me paseo por las noticias de las españas nuestras, allá en el lejano sur, al otro lado de los Pirineos y es… inútil. La cruzada dogmática de las mesnadas al servicio de los putos amos contra el tal Sánchez - nunca me ha gustado pero reconozco que es un señor y un gigante acosado por los enanos malvados de todas las pesadillas españolas -, arrecia ridícula y triste, las nauseas que provoca me hacen volver con gusto a las torturas, las hogueras, las mutilaciones, las evisceraciones… que el autor describe con precisión en la novela de cátaros que, como he dicho, estoy leyendo, al menos, son hechos lejanos en el tiempo y en el espacio, aunque haya un hilo conductor ideológico entre aquellos verdugos eclesiásticos y los jueces opusianos, los periodistas que nunca aprobaron la asignatura de ética, los títeres políticos del poder económico especulativo… de nuestros días y de nuestras hispanidades.


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