jueves, 27 de marzo de 2008

Expiación 2008

Ignoro si se ha estudiado el comportamiento de nuestros primos –los grandes simios-, en el aspecto de la violencia conyugal ¿Los chimpancés también matan tanto a sus hembras como lo hacen los humanos?

He leído en algún sitio que los machos aspirantes a líderes en los grupos de simios realizan una campaña de carantoñas a las crías y de lisonjas a las hembras hasta que uno de ellos asciende al poder, luego éste abusa, roba y se salta todos los límites hasta que a su vez es sustituido por quien es consensuado por las hembras fundamentalmente.

Me da que hay muchos más paralelismos esenciales entre bestias y hombres que los que intuimos, incluso en el deporte. A pesar de que el deporte no existe entre los animales salvo la caza –pero la caza consistente en matar seres vivos por diversión hace tiempo que debería estar en el Código Penal en vez de en el mundo del deporte- el comportamiento de los seguidores de equipos de futbol persiguiendo con intenciones asesinas a miembros de otras manadas se suele calificar de animal.

Creo que la necesidad de que alguien te devuelva el balón para poder siquiera practicar es el primigenio elemento diferenciador del rugby. Una pared de piedra puede rebotar una pelota esférica, no hace falta que la trates como a una persona.

1 comentario:

Antxón Massé (Togado en la melé) dijo...

Poco más de un año más tarde, me encuentro este texto no publicado ni el Noticias ni en El Rugbier. Creo que mi opinión no ha variado nada.
Las mujeres siguen siendo asesinadas, la ley represiva es idiota e inútil para el fin perseguido y además su ciega aplicación genera más delitos... Los espectadores, los padres de los jugadores, los seguidores del balón redondo siguen saltando al campo para cazar a los adversarios y a los árbitros... Nada invita al optimismo.