lunes, 2 de febrero de 2009

LA LUJURIA DEL BIDASOA II

Identificado el ingeniero japonés como un camarero chino, nuestro lehendakari ordenó una investigación que alcanzó desde la siberiana llanada alavesa donde se implantó en su día el aparato administrativo de la autonomía vasca , hasta la cocina de la irunesa sociedad gastronómica donde se había iniciado un año antes el plan estratégico para obtener los fondos públicos.

El lehendakari ordenó al Consejero de Industria que presentase una querella criminal contra los responsables de la burla. El consejero, sin encomendarse a nadie, la presentó por la burla y por haber indicios de falsedad en algunos de los documentos en japonés obrantes en el expediente.

Y un día de otoño los dos promotores principales de la Lujuria del Bidassoa, S.A. tenían que declarar en el correspondiente juzgado de Irún.

Una tabla de planchar es la pista de aterrizaje del aeropuerto de Fuenterrabía. Desde la ventanilla del avión se vé que la tabla de hormigón avanza hacia la bahía, entre el río y las playas al pie de la negra, a pesar del viento sur, silueta del monte Jaizkibel. Por fín, la enorme paloma a reacción tomó tierra. Las gaviotas permanecieron imperturbables y un par de patos silvestres sumergieron sus cabezas en las aguas de la desembocadura, quizá para ver si aún quedaban algunas míticas angulas.

En el avión llegaba Leopoldo Picco Grey, abogado. Algunos de los pasajeros le habían reconocido. Su figura, sino popular, es identificable entre los enterados. Suele salir con frecuencia en los informativos como defensor o acusador de financieros, aristócratas, funcionarios... en juicios de los que permanecen durante meses en las páginas de la prensa.

Contratar al Sr. Picco no sale por menos de veinte mil euros y si es en provincias, girará su minuta en torno a los cuarenta mil euros como mínimo. Los periodistas, sin embargo, no le estaban esperando a él, al pie de la escalerilla. Con sus minúsculos magnetofones se dirigieron a un mozo grandullón y musculoso, al cual Picco oyó balbucear en un castellano aprendido “on line”: "refuerzo real equipo con ilusión alcanzar división primera".

Al abogado del foro le esperaban sus clientes, altos y torvos. Si ambos no llevaran chaqueta y corbata, se les podría fotografiar en blanco y negro e intercambiar sus rostros con los que aparecen en los carteles policiales que suele haber en las puertas del aeropuerto y que de hecho estaban en las puertas del aeropuerto provincial...

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