jueves, 15 de noviembre de 2018

DONACIÓN DE ESFUERZO


- Hacer lo que te gusta y que ademas te paguen por ello es lo mejor del mundo – dice el Marqués de Altamira mientras el grupo pasa cerca del St. Anne’s College, un poco despistados, camino del Parque de la Universidad de Oxford -, pero creo que en el deporte se abusa mucho de quienes voluntariamente ayudan a los equipos y no se les paga, incluso cuando hay medios para ello.
- Pero si se les paga hay que cumplir con las obligaciones legales – explica el Barón de la Florida, que se ha puesto la elegante corbata con los escudos de St. John’s College, pero que no acaba de entender las explicaciones que le da el smartphone para coger la buena dirección -, porque se pasa a una situación de contrato de trabajo.
- En el rugby nos movemos siempre entre deseos y realidades – Galtzagorri y su mujer Coro llevan una especie de boinas con un escudo de leones famélicos amarillos sobre fondo rojo -, se quiere profesionalidad a coste cero pero cuando uno es voluntario y trabaja sin cobrar, pero al lado tiene quien cobra por hacer lo mismo o menos, pues se siente estafado y no entiende de leyes ni de nada, quiere que se le pague lógicamente.
- Es que la ambigüedad genera que los listos saquen provecho y a los demás de les tome por tontos -interviene Lola, la Marquesa de Altamira, que no ha encontrado nada que le gustase en la tienda de souvenirs -, lo que yo no soporto es que todo abuso siempre tiene una justificación y no hay que menear las cosas porque dejan de funcionar.
- Eso es también uno de los valores del rugby – resignadamente añade el Marqués -.
Bajo la llovizna el grupo llega al gran parque donde se han marcado diversos terrenos, unos de rugby y otros de varios deportes, alguno aburridamente británico digan lo que digan los profesores de inglés. Puntualmente, los amigos insulares que hicieron en el tercer tiempo después del test-match de la víspera ya han preparado lo necesario para la pachanga matutina, incluso las cervezas.


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