viernes, 9 de noviembre de 2018

LOS CORTADORES DE CABEZAS

- Cuando te placa un samoano, te enteras de verdad y definitivamente que te han placado – recuerda Imanol Hiruntchiverry de sus tiempos en que recorrió los terrenos de rugby de Francia y Navarra, cuando también le llamaban el « galán verde » - aunque ya no corten cabezas con la misma fiereza que antes.
- El suyo es un juego físico, de marcar el alma del contrario – dice el Marqués de Altamira, aliñando la ensalada de verduras con setas sobre el mostrador -, y cómo para llegar al alma hay que atravesar el cuerpo, según parece, pues tienen que marcarlo también pero son muy nobles, por lo general, luego te visitan en el hospital y se hacen un selfie contigo.
- Lo que pasa es que en Samoa no se queda nadie, si puede conseguir un contrato profesional donde sea -El Barón de la Florida deja los tacos de atún cubiertos para que no enfríen y se sienta en la mesa -, y los que no han emigrado necesitan hacerse ver en estos encuentros con la selección y por eso han abusado de una cierta agresividad, pero últimamente los equipos samoanos son hasta un poco « shoshos », que diría mi ama.
-  Los que andan por las ligas francesas, muchos han sido renacionalizados neozelandeses o australianos – Aristide Labarthe sirve el jurançon de aperitivo, antes de atacar la ensalada – pero se les nota la ancestral cultura guerrera y, si hiciéramos una revisión de tarjetas amarillas y rojas, los samoanos andarán por los primeros puestos.
- Pues los americanos no se caracterizan por su juego de encaje y puntilla precisamente – comenta Galtzagorri que ya ha acabado la ensalada y empieza a apropiarse de tacos de atún como si no hubiera un mañana -, así que, como las previsiones en rugby nunca se hacen realidad, veremos un partido de mucho juego abierto y tal.
- !Que los dioses del rugby te oigan ! - Dice la Marquesa de Altamira, repartiendo las entradas recién sacadas de la impresora -.

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