En el hotel en Londres, haciendo la digestión nocturna pesada de un pollo en barbacoa caribeña regado con vino tinto manchego, mientras el sueño llegaba, el azar del telemando nos llevó a « El Cid » en versión original, esto es, en inglés. Película de 1961 que Anthony Mann, esposo temporal de Sara Montiel, rodó en España con Charlton Heston, que hizo posteriormente de Carmen Sevilla una Cleopatra mítica – hace poco compré el dvd, por cierto -. Un gran « western » de aventuras con más relación con las circunstancias internas de aquel régimen de los abueletes sanguinarios y papás cleptócratas de los actuales dirigentes de nuestro impagable popular partido, el PP, que con la historia verdadera del mercenario burgalés cuyos descendientes campan curiosamente en los árboles genealógicos de las monarquías europeas, a pesar de que él prefirió el dinero a la nobleza durante su vida azarosa que le llevó a reproducirse descuidadamente. Lo mejor de la película, para mí, es oír a Jimena hablar vocalizando en un inglés perfecto con ligero acento italiano, cada lenta sílaba de Sophia Loren lleva una carga sensual capaz de causar perturbadores efectos bajo la línea de flotación del católico Charlton, más impasible que Manolete ante Islero. Sin embargo, me dormí antes de la escena de la entrada del cadáver del Cid en Peñíscola, montado en Babieca, donde se ve perfectamente, según recuerdo, a un paisano valenciano con su boina y su reloj apoyado en un muro y observando a los americanos pasar vestidos de cruzados de la congregación de maría… En cuanto la encuentre en un saldo me compro una copia para repasarla.
(La foto del retrato de Charlton la tomé en un hotel en Castro Urdiales, no recuerdo quién es el artista, lo siento.)Y la vuelta a casa el telemando me ha permitido recuperar otro mito de mi preadolescencia, de cuando mi abuela paterna le dijo a mi madre, hablando de una joven vecina del barrio que se había casado de « penalty » , que la chica se había quedado embarazada de tanto ir a Francia a ver películas verdes con su novio… ese mito es Brigitte Bardot y el film es « La verité », escrito y dirigido por Henri Georges Clouzot en 1960. Perfecta película de juicios, interpretaciones sublimes, planos maestros en secuencias redondas, blanco y negro del bueno... De visión obligatoria en toda escuela de cine que se precie.
Creo recordar que tardó unos 10 años en llegar a España y no se pudo ver entera -el culo perfecto de BB era demasiado para nuestros eclesiásticos censores tan pederastas ellos -, a pesar de ser calificada con un 4, gravemente peligrosa. No creo que su visión justificara por sí sola una parada del 600 en el discreto aparcamiento de la carretera de la Corniche, aquellas acrobáticas posturas eróticas imposibles hoy de repetir, porque la excitación que producía y produce es más intelectual que otra cosa. No tengo copia en la versión remasterizada que circula actualmente pero la recomiendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario