sábado, 31 de mayo de 2025

EXCRETAR


Imagen de Marta Massé.

El egoísmo que los problemas de salud han generado en mí no me causa sorpresa aunque me desagrada. Me ocupa la cabeza más el retraso de la aparición de las heces en la taza del retrete que las terribles injusticias que todos los días, todas las horas, se exhiben obscenamente en el mundo. Necesito, después de que el pedo liberador apareciera ya hace más de 24 horas, que mi cuerpo recupere el ritmo excretador para volver a ser persona, a pesar de que soy consciente de que en Palestina o en Ucrania yo hubiera muerto entre atroces dolores hace unas semanas, he arrinconado en mi cabeza los textos que los palestinos consiguen enviarnos todos los días y no me conmuevo en absoluto o creo no conmoverme, tampoco el rostro del diablo ruso, se llame Putin o Trump, desencadena mi ira. Las continuas visitas a las letrinas me causan conmoción y la impotencia ante los jinetes del Apocalipsis que dominan ya el mundo está ahí pero sin consecuencias.

El personal sanitario es humano, su trato es balsámico en mi egoísta sufrimiento, estas jóvenes no se merecen el mundo que les estamos dejando y no podemos hacer nada para remediarlo, quizá solo hacer bien lo fácil, hacer lo que nos corresponde en cada momento, cumplir nuestro deber hasta que volvamos a la nada de la que surgimos, no sé cultivar tomates, así que pongo frases una detrás de otra porque estúpidamente pienso que es lo que tengo que hacer mientras mis vísceras reconstruyen mis arcanos, sean los que sean.

jueves, 29 de mayo de 2025

CASADO DEL ALISAL


Imagen generada por IA

El pintor Casado del Alisal tiene una calle en Madrid, detrás del Museo del Prado, pegada a los Jerónimos, sube hacia el Retiro. En el número 4, entresuelo derecha, he vivido en mi infancia un breve tiempo. Cuando tenía 6 años edad tuve una pulmonía, me trataron con un antibiótico, al que resulté alérgico. Yo estaba en el Colegio de la Pureza en Ategorrieta, debía ser primeros de marzo, y tengo unos vagos recuerdos de aquel proceso, un cura que me vendaba piernas y brazos en mi cama, mi madre no estaba en Donostia, estaba en Madrid, mi abuelo Gustavo y mi padre que estaban desconcertados, por fin me llevaron a Madrid, a Casado del Alisal número 4. Un piso enorme, oficina de Gustavo Massé y Compañía Sociedad en Comandita y vivienda. El clima de Madrid en primavera me iba a ir mejor que el de Donostia, dijo el médico, y me dormí en mi cama del Garaje Massé, José Mª Soroa, 25, y me desperté viendo el muro de los Jerónimos mientras mi madre me daba ponches y sopas hirvientes. Nos quedamos hasta finales del mes de julio. Alguien sugirió que yo debería ir a algún colegio pero mi madre con la ayuda de la Tía Socorro, una amiga suya de toda la vida, falangista, cuadro de la Sección Femenina y profesora en algunos colegios, remplazó a las monjas y de una manera bastante relajada, íbamos al cine, sesión doble, muchos días y yo tenía cuadernos y lápices de colores como deberes, algunos libros de aventuras para que no molestase el resto del tiempo. Mucha cafetería California para merendar y cenar y visitas continuas al Museo del Prado que era un plan barato, incluso iba solo y los porteros me reconocían… también fuimos al Museo del Ejército una vez y vimos algún desfile militar y pasar a Franco con la Guardia Mora por la Gran Vía. Sobre todo recuerdo que en el edificio vivían los Pirinolli, uno de ellos estaba casado con mi prima Alicia y hacía maquetas de trenes, vivían muchas mujeres y chicas Pirinolli en la casa para los cuales yo era un juguete, su entretenimiento favorito, así que aquellos meses fueron posiblemente las mejores vacaciones de mi vida infantil. Teníamos jardines para jugar, la propia calle, no había mucha circulación, se convertía en cancha de juegos de chicas en los que yo participaba, un paraíso. También vivía el General Vigón en uno de los pisos, no me acuerdo de su familia, tenía un pelotón de soldados a su servicio que le hacían guardia de honor en sus entradas y salidas, sólo años más tarde supe de su responsabilidad en el bombardeo de Gernika. Micha el rumano vivía en otro de los pisos, su padre también era militar y habían huido de los rojos que ocupaban su país – eso decía -, era un chaval de mi edad pero jugábamos poco porque le hacían estudiar mucho en su casa.

Volví varias veces a pasar temporadas en Casado del Alisal en los años siguientes. En una de las periódicas crisis del negocio, mi padre vendió inmuebles para tapar agujeros y liquidó este piso, tengo la idea de que la quiebra de un cliente, Nazar de Zaragoza, se comió el precio obtenido.

domingo, 25 de mayo de 2025

MUERTOS POR LA PATRIA

Imagen generada por IA


- Las guerras dejan secuelas terribles, por ejemplo esos monumentos a los muertos por la patria que nos asolan en cualquier pueblo – dice Imanol Hiruntchiverry después de acabar la copa de blanco Irouleguy que le habían servido en la barra -, todos de un gusto malo y que nos educan en la mentira de que aquellos jóvenes caídos en la picadora de carne cuando comenzaban a vivir la vida están en la gloria eterna porque han muerto por la patria y morir por la patria es dulce en vez de ser una catástrofe asquerosa…

- Deberías comer algo antes de empezar a beber los domingos – le interrumpe Aristide Labarthe pasando la ración de patatas fritas hacia el biarrota -, y hablar en voz más baja, ahora que la política europea nos prepara para la guerra tus palabras pueden causar mal efecto en algunos que, como no les tocará ir, se entusiasman con la idea de que nuestros hijos se hagan despanzurrar por un dron norcoreano.

- Ni siquiera eso, de un momento a otro nos caerá un bombazo atómico y desapareceremos todos – afirma Jon Galtzagorri recuperando las patatas y el platillo de mojo vasco para su lado de la mesa -, ahora que el tirano del Kremlin controla también el botón rojo de la White House cuando quiera acabar con la decadente Europa, que quiere pero aún no ha decidido cuándo, pulsará uno u otro o los dos y el marco incomparable se quedará sin ñoñostiarras que aplaudan al final de esa tanda de fuegos artificiales.

- Me voy a regar mis plantas de la terraza – dice el Barón de la Florida y se separa del grupo para dirigirse al aparcamiento -.

- ¿Las hortensias te reclaman ahora ? – el Marqués de Altamira ha descorchado otra botella y se dispone a llenar de nuevo las copas -.

- Cuando la democracia está en peligro, tenemos que ocuparnos de hacer lo que podemos hacer y no de lo que no podemos hacer, así que quiero tener flores este verano al anochecer mientras veo los fuegos allá en el horizonte y espero que otros se encarguen de cultivar tomates, no solo de chuleta vive el hombre.

Y con el maillot del Ampo sobre los hombros camina rápidamente hasta desaparecer al doblar una esquina.

 

miércoles, 21 de mayo de 2025

LLÉVATELA

Imagen generada por IA


Jon Galtzagorri pasa caminando por las calles desanimadas de la ciudad camino de la panadería y de los periódicos cotidianos en papel. Está ensimismado en sus pensamientos y le tienen que tocar el claxon desde un autobús de línea en el semáforo para que atraviese cuando llega la luz verde a los peatones. Si pudiera leerle sus pensamientos, que como soy su autor, puedo escribirlos antes de leerlos, me parece que sé lo que piensa, con su sonrisa triste, el pan y la prensa bajo el brazo, el aire de la Zurriola le sorprende frío en el cruce de calles entre Zabaleta y Bermingham.

- Un bolero de Armando Manzanero « Llévatela » es una de mis canciones favoritas desde hace muchos años. Creo que la primera vez la escuché a Moncho en una televisión y la letra se sincronizaba perfectamente con mi situación sentimental del momento, yo debía de tener casi 50 años. Mi situación atribulada duró lo que tarda en subir la marea en la playa de la Zurriola en una luna con bajo coeficiente pero la canción con su música pegadiza y su letra descriptiva, un poco machista inevitablemente, se ha quedado adherida a mis células grises… Azares de la vida, al acabar una novela recomendable « El anarquista que se llamaba como yo » que me regaló un amigo navarro me ha dado por rebuscar información sobre los convulsos años de la dictadura de Alfonso XIII, no sé cómo me ha surgido un nombre que me ha recordado a aquella especie de relación sentimental de mi encuentro con el bolero y no he resistido la tentación de chismorrear en la red sobre ella y su vida actual, parece que está viva aunque se parece poco a su madre a su edad – siempre pensé que iba a ser una mujer madura hermosa pero es quizás una víctima de la nefasta cirugía rejuvenecedora -, y no sé si parece a sí misma cuando tenía 42 años, tanto por fuera como por dentro. Vive… no sé. 

Una ambulancia circula por el Paseo de Colón y hace sonar su sirena brevemente, interrumpiendo los pensamientos de Galtzagorri.

- Es duro leer las esquelas, muy duro a veces, pero leer y ver la vida zombi de un amor que pudo ser pero no fue, resulta doloroso. Así que... llévatela.

- ¿Qué dices ? – pregunta « cara despejada » desde el otro lado del mostrador, poniendo un café expreso al alcance de Galtzagorri - ¿Me llevo la taza ? ¿Quieres otra cosa, hoy ?

Jon Galtzagorri ni siquiera ha advertido de que ha entrado en el bar de costumbre, como todas las mañanas. No había gaviotas buscando tesoros en la puerta de entrada.


lunes, 19 de mayo de 2025

BUENOS PROFESIONALES DEL DELITO



Imagen generada por IA


Hace un tiempo escribí uno de estos posts titulado « Odia el delito, no compadezcas al delincuente » (el artículo). El artículo provocó alguna reacción de alguno de mis escasos lectores, un jurista de prestigio y de sabiduría pero más centrado en la enseñanza que en el ejercicio me lo reprochó.

La vida me ha hecho conocer a muchos delincuentes, por mi dedicación la mayoría de los que he conocido eran « de cuello blanco » o « sin violencia », tanto clientes como contrarios, pero también he conocido muchos de los que utilizan la herramienta de la fuerza, de la superioridad buscada, para obtener el beneficio que buscan… lo que menos he conocido son gente que comete un delito sin ser delincuente, los del delito único. La inmensa mayoría de los que he tratado eran y son profesionales del delito, su modo de vida es delinquir, aprovechar las oportunidades que se dan, ya fueran delincuentes económicos o delincuentes sexuales, se puede decir que el resto de sus ocupaciones es un entremés para estar preparado para el delito.

Supongo que sicólogos, criminólogos y demás tendrán su explicación sobre esta visión mía subjetiva pero jamás he visto arrepentimiento en estos señores o señoras -porque también hay mujeres vocacionales del delito -, sobre todo, si como es lo habitual no son castigados o lo son en las raras ocasiones en que los mecanismos institucionales represivos funcionan, los preventivos no son institucionales o no existen o no funcionan.

Sirva esta larga introducción para comentar la delincuencia sexual en los ámbitos institucionales de protección a la infancia y a la juventud, todos los días leemos noticias de explotación sexual de menores tutelados por las administraciones. Estos delitos se han producido desde la primera vez que en el siglo XIX a un pederasta se le ocurrió crear un orfanato para recoger a los niños de la calle, quizá no fue pederasta el primero pero el segundo sí que lo fue seguro ¿Dónde conseguir víctimas mejor que reuniéndolas bajo la coartada del bien público ? Llevamos cientos de año sabiéndolo pero saberlo no ha servido ni sirve de nada porque el pederasta vocacional es un buen profesional de lo suyo y siempre burla y burlará las medidas de prevención que se coloquen porque bien  es quien se encarga de esos controles bien está situado en una posición permanente de llegar a las víctimas y la burocracia es incapaz de esa permanencia todo el tiempo – un vocacional solo necesita unos minutos de descuido para poner el pie que impide cerrarse la puerta, mucho más si la puerta está en una red social -. 

Ya que sois inútiles, queridos especialistas en la protección de la infancia y de la juventud, no seáis proveedores de carne fresca de caperucitas rojas para lobos feroces, al menos, no lo seáis los que no seáis lobos.


viernes, 16 de mayo de 2025

FUENTE YMBRO



Hace un año, por estas fechas, pasamos unos días de vacaciones en Chiclana de la Frontera en casa de unos amigos. Uno de ellos es veterinario y ejerce como tal en algunas plazas de toros francesas, lo cual siempre me ha chocado, me recuerda a aquellos médicos que en comisaría comprobaban si el interrogado podía seguir siendo interrogado por la policía o el que certifica que el reo está en estado de salud como para ser ejecutado en algunos países. Pero no voy a reproducir mis conversaciones con él sobre las corridas y su trabajo.

Un día mi mujer y yo acompañamos a nuestros amigos a visitar dos ganaderías en San José del Valle, la Dehesa Fuente Ymbro una de ellas. Alfonso el mayoral nos hizo visitar diversas corridas que estaban ya separadas en función de su destino en distintos festejoss y ferias. Aunque el toro de lidia es un ganado bovino de la misma especie que la vaca lechera - « las vacas lecheras dan más cornadas mortales al año que los toros bravos, según las estadísticas » me dijo hace tiempo un taurino, por cierto -, la verdad es que los toros dan respeto y cuando sus defensas, enfundadas para que no se dañen hasta que no les hagan salir al ruedo, enormes defensas en el caso de los Fuente Ymbro, apuntan hacia uno pues dan miedo, aunque se esté en un Land Rover que forma parte de su paisaje habitual.

Llevo días pensando en los cuernos de los Fuente Ymbro, no soporto las corridas de toros, a diferencia de Ortega y Gasset, yo prohibiría esa fiesta humana de sadismo absoluto pero además, mientras sigan existiendo, no voy, sin embargo soy una especie de « supporter » de esa ganadería, sigo las noticias de sus apariciones por las plazas y, en el fondo, me alegro cuando Alfonso tiene que salir a saludar al público al final, ese público al que Serafín Baroja ya le dedicó un merecido homenaje. Llevo días pensando en esos cuernos por otro motivo, dentro de poco me operan, me van a sacar los higadillos, los chorizos, las salchichas y las morcillas sobre una mesa quirúrgica y luego me los van a meter dentro de la tripa con algunos cambios en su orden y conexiones. La cirujana me ha explicado la intervención con la ayuda de dibujos y láminas de anatomía, esas láminas que tienen algo de decoración de carnicería tradicional, le he entendido perfectamente que va a ser una cornada enorme de varias trayectorias, como de un Fuente Ymbro.

Espero que yo pueda ir a comer garbanzos a la Venta de San José del Valle con Alfonso y demás buena compañía dentro de un año, decorado mi cuerpo de glotón vasco con una cicatriz que no se la salta un torero u otra absurda expresión de las nuestras.

lunes, 5 de mayo de 2025

LA TERRAZA DE LA CAFETERÍA


- Hace fresco para tomar el aperitivo en la terraza – dice Aristide Labarthe, frotándose las manos -, además puede que vaya a llover.

- No hay sitio dentro y esperemos que aguante un rato sin caer – responde Imanol Hiruntchiverry cogiendo una loncha fina de jamón de Bayona de la bandeja que un cordial camarero ha dejado sobre la mesa -, te conviene estar en la terraza para observar a los y a las paseantes por el pueblo.

- ¿Quién es ese de cabeza rapada que nos mira desde hace un rato ? – El Barón de la Florida sirve una ronda de un blanco « cru classé des Graves » de Pessac-Léognan en los vasos -. Parece más interesado en nosotros que en su mesa.

- ¿No lo reconoces ? – Jon Galtzagorri saborea el excelente vino francés -. Hace unos años salió bastante en la tele y en los periódicos durante un tiempo e inició una carrera de youtuber pero últimamente ha desaparecido de los medios, tuvo su cuarto de hora de fama…

- No me dice nada su cara, pero es verdad que su mirada refleja esa angustia que algunas figuras públicas experimentan cuando pierden relevancia o dejan de recibir la atención que solían tener – el Barón se esfuerza un poco por recordar al individuo pero prefiere concentrarse en pelear por las rabas que han llegado al centro de la mesa -. Es el síndrome de la celebridad olvidada que suelen tener los que una vez participaron en un concurso de la tele y así.

- Se relaciona con la identidad, la autoestima y la necesidad de validación externa – Labarthe tiene algo de sicólogo, quizá por su vida en la enseñanza tratando adolescentes -, algunos adolescentes que han sido famosos pueden sentir una profunda frustración al ver que su influencia disminuye, lo que puede llevarles a buscar desesperadamente reconocimiento o a experimentar ansiedad y depresión.

- No solo adolescentes, hay adultos que no tienen otra vida que no sea bajo los focos – Galtzagorri pide otra botella del excelente vino al patrón que está en la puerta de la elegante taberna -, sobre todo si el « famosete » montó un chiringuito para vivir de aquel cuento y el montaje va agonizando y dejándole sin ingresos.

- En ciertos casos – Labarthe, que se ha quemado los labios con una gamba a la gabardina, articula difícilmente-, esta situación personal puede derivar en comportamientos extremos para recuperar notoriedad e, incluso, en delitos. Muchos y muchas que padecen este síndrome se ven envueltos en sucesos patéticos.

- ¿Imanol conoces a los que estaban en aquella mesa ? – el bigote del patrón baila al ritmo de la furia de su voz-.

Todos miran hacia donde estaba el sujeto pasivo de sus comentarios hasta hace un instante, la mesa está vacía de comensales y llena de conchas de ostras de Arcachon. El enfadado hostelero concluye con una evidencia :

- ¡Se han escapado sin pagar !