lunes, 5 de mayo de 2025

LA TERRAZA DE LA CAFETERÍA


- Hace fresco para tomar el aperitivo en la terraza – dice Aristide Labarthe, frotándose las manos -, además puede que vaya a llover.

- No hay sitio dentro y esperemos que aguante un rato sin caer – responde Imanol Hiruntchiverry cogiendo una loncha fina de jamón de Bayona de la bandeja que un cordial camarero ha dejado sobre la mesa -, te conviene estar en la terraza para observar a los y a las paseantes por el pueblo.

- ¿Quién es ese de cabeza rapada que nos mira desde hace un rato ? – El Barón de la Florida sirve una ronda de un blanco « cru classé des Graves » de Pessac-Léognan en los vasos -. Parece más interesado en nosotros que en su mesa.

- ¿No lo reconoces ? – Jon Galtzagorri saborea el excelente vino francés -. Hace unos años salió bastante en la tele y en los periódicos durante un tiempo e inició una carrera de youtuber pero últimamente ha desaparecido de los medios, tuvo su cuarto de hora de fama…

- No me dice nada su cara, pero es verdad que su mirada refleja esa angustia que algunas figuras públicas experimentan cuando pierden relevancia o dejan de recibir la atención que solían tener – el Barón se esfuerza un poco por recordar al individuo pero prefiere concentrarse en pelear por las rabas que han llegado al centro de la mesa -. Es el síndrome de la celebridad olvidada que suelen tener los que una vez participaron en un concurso de la tele y así.

- Se relaciona con la identidad, la autoestima y la necesidad de validación externa – Labarthe tiene algo de sicólogo, quizá por su vida en la enseñanza tratando adolescentes -, algunos adolescentes que han sido famosos pueden sentir una profunda frustración al ver que su influencia disminuye, lo que puede llevarles a buscar desesperadamente reconocimiento o a experimentar ansiedad y depresión.

- No solo adolescentes, hay adultos que no tienen otra vida que no sea bajo los focos – Galtzagorri pide otra botella del excelente vino al patrón que está en la puerta de la elegante taberna -, sobre todo si el « famosete » montó un chiringuito para vivir de aquel cuento y el montaje va agonizando y dejándole sin ingresos.

- En ciertos casos – Labarthe, que se ha quemado los labios con una gamba a la gabardina, articula difícilmente-, esta situación personal puede derivar en comportamientos extremos para recuperar notoriedad e, incluso, en delitos. Muchos y muchas que padecen este síndrome se ven envueltos en sucesos patéticos.

- ¿Imanol conoces a los que estaban en aquella mesa ? – el bigote del patrón baila al ritmo de la furia de su voz-.

Todos miran hacia donde estaba el sujeto pasivo de sus comentarios hasta hace un instante, la mesa está vacía de comensales y llena de conchas de ostras de Arcachon. El enfadado hostelero concluye con una evidencia :

- ¡Se han escapado sin pagar !


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