jueves, 30 de septiembre de 2010

AMAR EN TIEMPOS REVUELTOS

El deporte que amamos vive tiempos revueltos en España. No sólo por la omnipresente crisis económica que también ha afectado a los recursos financieros de todos los estamentos, sino también por la incertidumbre existente sobre el futuro de una temporada en que lo previsto, SIR II, se convierte en imposible y la improvisación en lo probable, aderezada de un plan estratégico presentado públicamente sin que quienes tienen que “comprarlo”, las gentes y los agentes del rugby, hayan sido suficientemente integrados en la elaboración de lo que se ha presentado, que en realidad, me parece, es una propuesta para empezar a trabajar en hacer el plan.

Hay teleseries que no saben cómo acabarse y parece que los capítulos van añadiéndose a los anteriores con el único propósito de justificar unos empleos, por tanto unos ingresos, para quienes intervienen en su producción. Nuestro rugby oficial a veces se confunde con un triste “culebrón” en el que algunos personajes permanecen y otros aparecen o desaparecen por razones un tanto obscuras en ambos casos o que quienes estamos en la periferia no llegamos a comprender.

No sé si es tiempo de sumar fuerzas para ganar la competición que el convulso rugby actual de valores y profesionalismo disputa con los demás deportes o es tiempo de hacer la revolución, pero ese es un dilema que algunos nunca hemos sabido resolver con acierto y el tiempo, única evidencia indiscutible, se nos pasa y así estamos sentados en el sofá, con agujetas en los dedos, de tanto cambiar de canal.

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