sábado, 1 de enero de 2011

TOPICO ESTACIONAL

Se acerca el cierre del ejercicio y rutinariamente acudimos a repasar lo mejor y lo peor del año. Hacer balance de nuestros activos y de nuestros pasivos es posiblemente una labor útil también tanto colectiva como individualmente, sirve para incrementar nuestras fortalezas y tomar medidas para transformar nuestras debilidades, en resumen para los buenos propósitos.

Yo voy a basarme simplemente en algunos comentarios que me han llegado sobre esta columna con ruego de no identificación por parte de sus autores y que daban pie a temas a los que no he dedicado espacio hasta ahora y que, al menos dos, no me iban a dejar escuchar el Concierto de Año Nuevo con relajo.

Por ejemplo el fracaso de la SIR. La muerte en 2010 de esta competición profesional ha desmoralizado a algunos lectores que asisten asombrados al debate actual entre dos proyectos nacidos de los promotores de aquella competición y que, por ahora, no vuelven a confluir. Creo que lo que nos tiene que importar es el rugby de las personas que cada fin de semana de la A de Arrasate a la Z de Zarautz quieren llenar nuestra geografía de amor a este deporte. El rugby profesional es sólo una faceta más, importante pero no la esencial, de este mundo oval y, como los negocios son los negocios, estoy seguro que el rugby profesional en España encontrará su mercado en corto plazo, posiblemente en el 2011.

Y un tema recurrente es el rugby universitario. El hecho diferencial del rugby guipuzcoano es que, a diferencia de Araba, Bizkaia o Nafarroa, no cuenta ahora con la mínima referencia universitaria al rugby. A pesar de los valores compartidos con la universidad desde su origen, el rugby universitario no acaba de enraizar en Gipuzkoa ni en la pública ni en las privadas, sean de aliento cooperativo o de impulso católico. Es difícil de entender, como apuntan los lectores, que no se haya dedicado y no se dedique tiempo y dinero de la universidad en el rugby ni del rugby en la universidad en el 2011.

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