Foto: trabajo en suspensión.
Y resulta que se cita a declarar como acusada a una persona en un Juzgado de la Plaza de Castilla y hay que suspender la comparecencia porque falta algo por hacer que había que haber hecho antes. Toda España tiene conocimiento de esta pifia judicial porque el asunto es muy seguido en los medios de difusión. La suspensión de un acto judicial señalado no es nada raro. Las citaciones judiciales para diligencias, suelo prevenir a mis clientes, que se puede celebrar la diligencia señalada en la mitad de los casos, por eso, cuando el asunto no es en Gipuzkoa, busco abogado de confianza en el partido judicial en que se sigue el procedimiento pero, muchas veces, el cliente quiere que sea su abogado « de confianza » el que le defienda fuera.
Defender en otro territorio siempre es peor, uno no conoce el terreno de juego, las costumbres locales, las « corruptelas » y las « entretelas » de cada « justiclub » de España o de Europa… procuro evitar viajar y, sin embargo, he conocido mucho mundo y muchas suspensiones, caras para mi defendido cuando son fuera. Entre las más de cien suspensiones judiciales que, calculo, habré padecido en mi vida profesional, las que más me han dolido :
1.- Viaje en avión al centro de España en domingo para diligencia de declaración de querellante contrario señalada para el lunes a primera hora. Mi cliente, el querellado, de Donostia. Suspensión acordada el mismo lunes porque el domicilio del querellante no es allí.
2.- Viaje en avión al Levante español para interrogatorio del acusado, mi cliente de Donostia . Suspensión acordada un par de horas después de la señalada por « necesidades del servicio ».
3.- Viaje en avión a Andalucía para vista laboral contra mi cliente de Donostia en un asunto de derechos fundamentales del trabajador. Suspensión en el acto de vista por omisión de citación preceptiva al Ministerio Fiscal, que tampoco vino cuando se pudo celebrar.
4.- Viaje en coche a la verde capital santanderina por la costa cantábrica para vista penal en la Audiencia Provincial. Mi cliente de Donostia. Suspensión acordada en el acto por falta de notificación a uno de los dos acusados.
5.- Viaje en coche al centro del Señorío de Bizkaia para vista penal, el acusado, mi cliente de Donostia. Suspensión acordada en el acto por « necesidades del servicio ».
6.- Vista penal en la Audiencia Provincial del txoko, el reo es mi cliente pero testigos y peritos varios vienen de Madrid por las acusaciones públicas (el perjudicado es un organismo de la administración). Suspensión acordada en el acto porque no hay tribunal, magistrado ausente en un curso de formación.
7.- Diligencia de interrogatorio en Atocha, presentes : un acusado, abogados de las partes… yo, defensor de oficio de otro acusado, no estoy presente como es preceptivo, además el día señalado me encuentro a 700 kilómetros, no he recibido notificación alguna pero el sistema me ha dado por notificado automáticamente. Me llama la tramitadora ante mi ausencia y me siento humillado.
De alguna de estas suspensiones padecidas ya he referido públicamente que quizá se debieron a que alguien tenía que ir a la peluquería porque venía su novio o que las rebajas empezaban ese día, como necesidades del servicio… Algunas suspensiones vinieron bien y contribuyeron a que yo pudiera pasar el asunto a un abogado local que lo hizo estupendamente o a que pudiéramos llegar a un acuerdo las partes, aprovechando nuestra presencia forzada, pero todas, absolutamente todas, fueron evitables.
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