Me desayuno digitalmente con las noticias publicadas, solo las publicadas, por el Diario Vasco para saber lo que se cuenta de Donostia y alrededores, lo compenso con una ojeada a El Diario.Es para lo de seguir lo que acontece por las españas reales nuestras, pego un bandazo a lo del J, que sabe de hacer prensa por la derecha, El Español, también miro el francés Sud Ouest y además cojo en papel Ouest France, Midi Olympique, Le canard enchainé, Charlie Hebdo, Philo Magazine… y lo que me chivan que mire esposa, hijos y amigos que hay que leer en otros medios. Oigo France Inter. No veo ni noticias ni opinión en tele alguna.
Este estado entre poco trabajo y mucha jubilación, me deja tiempo para moverme, para actuar, para escribir, para leer, para ir al cine y para ver westerns, policíacas y rugby más otros deportes en la televisión.
Sin embargo, cada vez escribo menos en el blog, se me han quitado las ganas quizás o estoy un poco depre.
Creo que la política a ambos lados de los Pirineos está protagonizada por mediocres y, las esquelas de gente próxima me lo recuerdan cada día, cuando estoy más cerca del final que de otra cosa esta situación pesimista me ha contagiado a mi pesar.
No os escribo porque no tengo nada que decir, porque no tengo fuerza alguna para militar por la utopía de nuevo, porque me he vuelto egoísta y egocéntrico, me importan más mis hemorroides que las elecciones del domingo en esta república que fue laica y fraternal o que las prevaricaciones judiciales consustanciales que sufren los ciudadanos españoles de un aparato basado en el nepotismo, el amiguismo, la corrupción y el opus dei. Supongo que es mentira, que en el fondo, no soy así, pero me sientan bien estas vacaciones mentales.
Tengo un amigo que se va a hacer un tratamiento ayurvédico – tiene cáncer -, para recuperar, yo voy a beber champagne del bueno fresco, que no frío, para recuperar.
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