viernes, 1 de agosto de 2025

BORRADOR DE HISTORIA 5

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 - Baita ere, Lapurdi, ta Nafarran.  Guztiok gara euskaldun, guztiok anaiak gara, Nahiz eta hitz ezberdinez, Bat bera dugu hizkera… Los donostiarras sois capaces de destrozar cualquier cosa.

Miren, vestida con un maillot del equipo de rugby de Hernani y unos pantalones de chándal se acercó cantando entonadamente a Aitor por la espalda, algo más joven que él, llevaba también un vaso de plástico en la mano pero vacío, los ojos le brillaban acuosos, posiblemente porque ya había bebido suficiente como para empezar a tambalearse pero las ganas de encontrar a Aitor, en el que se llevaba fijando toda la jornada, y la música le permitían guardar un equilibrio inestable.

Aitor llenó con su vaso el vaso de Miren, para quitárselo a continuación y beberlo de un trago, luego metió un vaso en el otro y los tiró a un grupo de los que cantaban y saltaban un poco más lejos, como si lo esperasen dos de ellos levantan a un tercero que recoge el paquete en el aire como un balón en una touche de rugby. Aitor se vuelve, coge a Miren adecuadamente, la pone a bailar y siguen cantando ambos, cada uno a su modo.

- Guziok gara eskualdun, guziok anaiak gara, Nahiz eta hitz ezberdinez, Bat bera dugu hizkera.

Se iban formando parejas que bailaban, aunque la mayoría de los jóvenes seguía la música con ciertos movimientos más o menos acompasados, Aitor y Miren eran la pareja que más giraba, saltaba, haciendo pasos inapropiados, a veces parece que se va a caer, a veces llegan a tropezar con otras, hay quien protesta y gesticula enfadado hacia ellos.

- Estos franceses son unos sosos -le grita Miren al oido.

Aitor le coge una mano y bailando se la lleva al otro lado de la pared del frontón, desapareciendo así de la fiesta, allí hay un pequeño prado que pudo ser antes un parque, algunos descuidados macizos de hortensias así lo indican, hay indicios en el suelo de que hubo mesas y bancos, parece que un arroyo limita el terreno un poco más allá, la carretera que rodea el frontón también forma otro límite, pero Aitor y Miren ahora se están besando, boca contra boca, cuerpo contra cuerpo, mientras bailan, Miren necesita ponerse de puntillas para acariciar el cuello y las orejas de Aitor, las manos de Aitor se introducen por la espalda en la ropa de ella, palpando y acariciando, mientras se van acercando hacia el muro en busca de un punto de apoyo. Miren está disfrutando con las caricias, bastante torpes y le deja hacer sin ninguna resistencia, aunque no tiene intención de dejarle pasar de un calentón. Aitor está arrepintiéndose de no haber metido condones en la cartera porque la chica, en la que se había fijado por la mañana, cuando llegó el autobús de Hernani, pero alguien había comentado que era la novia del entrenador irlandés del club, así que la situación actual le resultaba un poco extraña.

- ¿Y tu novio, Albert?

- Ése está durmiendo en el autobús y me ha dejado descuidada todo el día y yo necesito marcha ¿Te pasa algo con él?

- Nada, princesa de Landare Toki, nada, me gustan todas las marchas.

Ha caído la noche, Aitor le pone una mano en un pecho y juega con el pezón, luego acerca la erección al pubis de ella y continúa explorando su cuello con su lengua.  Miren se estremece un momento y se da cuenta que la música se acababa en la fiesta. Ahora las dos manos de Aitor están en sus muslos y  ella ya había perdido el control de si la verga de él estaba aún dentro de su bragueta o podía empezara buscar destinos más profundos, una vez que la alzase…Aitor ha evaluado en su interior la situación, el alcohol no ha eliminado todas sus barreras y sigue con la bragueta cerrada, mientras acaricia los muslos de Miren.

- Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme. ¡Ah los vasos del pecho! ¡Ah los ojos de ausencia! ¡Ah las rosas del pubis!

Aitor le empieza a recitar poemas de Neruda  pero Albert, un tipo grande, más mayor de edad que ellos y con acento irlandés, va vestido con un chándal de Hernani RT ha aparecido por la carretera.

- ¡¡¡Tortolitos, dejad de enrollaros que los autobuses se van y os quedáis aquí, que esto es el culo del mundo!!!

Aitor saca las manos precisamente del calor del culo de Miren y se arregla la ropa, divertido.

- Yo me llamo Aitor ¿Tú como te llamas?

Miren ya lo sabía pero se da cuenta que ni siquiera se han presentado, hábilmente se coloca el sujetador en su sitio y se lo abrocha, se ajusta los pantalones, oculta de Albert por el corpachón de Aitor.

- Miren... a ver si vienes por Hernani, que esto se estaba poniendo interesante, poeta.

Ambos se besan, más de lo necesario para despedirse.

- ¡Pero hostias, dejarlo de una puta vez, que ya tendréis ocasión!

Albert riñe como quien riñe a unos niños, Aitor, por si acaso, se aleja hacia el otro lado del frontón y Miren, sin embargo, avanza resuelta a la carretera.

- ¿Y tú? ¿Qué? ¿Te has despertado con mal genio de la siesta?

Esto sigue

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