El equipo de fútbol con balón redondo de la Real Sociedad va a subir a 1ª división y me alegro de ello. Además con la buena dirección y apoyo de su equipo de abogados –a los que felicito de todo corazón-, ha obtenido un convenio de acreedores muy favorable y que nos hace a todos los guipuzcoanos, nos guste o no el fútbol, un poco más dueños de ella, ya que nuestros impuestos (Vía Diputación Foral) y nuestros ahorros (Vía Kutxa) han sido el soporte financiero esencial para tapar el agujero que ella solita había logrado. Esto no importa mucho en realidad, es sólo una pequeña parte del saqueo padecido durante años por las mismas entidades a causa del desastre del museo del sastre, el bravo incendio impositivo de la hacienda con sus muertos y todo o los miles de chalés financiados en los campos sureños etc...
Esta eurociudad nuestra cuenta con esta entidad deportiva y también cuenta con un equipo de fútbol de balón ovalado, ambos para nuestro esparcimiento. La eurociudad –porque somos una eurociudad ¿No?-, sin embargo cuenta con escasas instalaciones deportivas dignas. Una de ellas es un estadio de apenas 40.000 plazas que pertenece al patrimonio público de esta parte sur de la eurociudad y que se ha abierto, pagando, a recibir a nuestros convecinos del norte que organizan encuentros de ese otro deporte colectivo que se basa en la apertura de mentes, en el apoyo mutuo, en la confraternización y, en general, en valores que todos decimos compartir.
Hoy, día de la República, aunque seamos realistas todos de este equipo ascensor -¿Alguien cree que va a durar en 1ª?-, no es el marco oportuno para crear un problema donde no lo hay.
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