martes, 4 de noviembre de 2025

BORRADOR DE HISTORIA 34

Imagen generada por IA
Esta crónica de Hernani es, en principio, un guion que no ha sido rodado y que he transformado en una especie de novelilla.
El relato comienza en un capítulo primero que está AQUÍ


Maddi es profesora de euskera, trabaja en una academia subvencionada o concertada por los presupuestos públicos de alguna de las administraciones de Euskadi, posiblemente por todas desde la municipal hasta la autonómica. El viejo idioma, que se dotó de reglas pasada ya la mitad del siglo XX, es objeto de una devoción lógica del sentimiento nacionalista que, con el proclamado objetivo de velar porque siga vivo, lo hace necesario para los ciudadanos vascos a los que se lo exige para ocupar puestos en esas administraciones, a pesar de estos esfuerzos y, en parte, quizá por estos esfuerzos, el idoma vasco sigue sirviendo más como bandera identitaria que como medio de comunicación entre personas pero es y seguirá siendo una fuente de empleo, cientos de vascos viven de la industria de la lengua como Maddi, los centros de estudios del idioma vasco proliferan sin parangón alguno con los de los otros idiomas que se hablan en Euskadi, ni el español ni el francés cuentan con los mismos apoyos institucionales, a pesar de ser usados corrientemente por la ciudadanía, que los apoyos que sostienen nuestro monumento neolítico.

Aquella tarde lluviosa, en un local lleno de luz y de pintura inmaculada, Maddi, profesora junto a una pizarra donde están escritas frases en euskera:  “Duela hiru egun ere bero egin du; gaur duela hiru egun bezain bero egin du” “Joan den astean ere bero izan da: gaur joan den astean bezain bero da”, hay también una mesa de reuniones, sillas con alumnos, libros y apuntes sobre la mesa, entre los alumnos sentados están caras conocidas de la localidad como Miren o Lola y otros adultos, a los que es fácil encontrar por las tabernas de Hernani.

- ¿Por qué usas bezain en vez de berdin? Yo uso berdin, hostias, y todo el mundo me entiende – le dice con cierto hartazgo Miren -.

- Porque todo el mundo habla mal, aquí estáis para practicar la lengua correctamente… eta beti euskeraz ikasgelan..

Maddi nació en una familia que hablaba euskera, estudió filología por militancia en el idioma pero también domina el español, el francés y el inglés, y tiene algunos conocimientos del árabe y del ruso, lo que puede ser la causa de su depresión por estar perdida en lo más profundo de Euskadi en vez de estar de traductora o intérprete en algún centro de decisión europeo.

- ¿Por qué razón es correcto bezain? - Lola interviene en apoyo de Miren, Lola es la peor alumna que Maddi ha tenido nunca -.

- Euskeraz, kontxo, euskeraz!!! Nahitaez, potrogatik, por cojones, porque es lo correcto. Bukatu dago eta ikusi arte! 

Ya es la hora de acabar la clase, muchos días las clases acaban con el “protogatik”, el “porque sí” de las reglas del idioma, en el vasco, como en otros lenguajes en que existen academias oficiales, las reglas impuestas se escapan a la explicación algunas veces, hay que pensar que se ha elegido la opción más votada por el cuerpo rector del organismo encargado de normalizar la lengua y las razones se escapan incluso a los estudiosos de esa lengua.

La despedida de los alumnos, menos Miren que se queda, se realizan en las fórmulas habituales del vascuence hablado en Hernani.

- ¿Tienes más clases hoy o te da tiempo de tomar algo?

- Tengo media hora libre – contesta Maddi -, vamos a tomar algo aquí abajo.

Debajo de la academia hay otra taberna típica de pueblo vasco con su decoración “abertzale”, unos pocos hombres y muy pocas mujeres están bebiendo, predominan los cafés con leche, en la barra y en mesas, hay niños que juegan y corren saliendo a la calle. Miren se ha sentado en una mesa con un vaso de vino tinto que, sin preguntarle, le ha servido la dueña qu está detrás de la barra. Maddi con un té humeante de pura ebullición pues la hostelería española disfruta haciendo llorar de dolor a los aficionados al té y, por ello, hace la infusión al vapor, no pone un recipiente con hielo al lado u otra taza y mira con mala cara cuando se pide alguna cosa que impida abrasarse el paladar “Además de enferma, esta tía rara es una pija” había pensado la patrona.

- Si tú hablas bastante euskera Miren, no sé para qué coño vienes a clase, ni que fueras a ponerte a trabajar en el Gobierno Vasco…

- Es que quiero coger nivel y luego ir convalidando para poder trabajar en lo que sea, en lo que salga y ahora en todos los sitios piden euskera y con mi jatorrena ¿Dónde hostias me van a coger?

La lengua milenaria había ido evolucionando, como todas las lenguas, a la vez que nacían y morían variantes, a finales de los años 50 del siglo XX, un ingeniero vago, que lo había aprendido por su cuenta con una voluntad de hierro para este único esfuerzo de su vida, devino lingüista de referencia en el mundo del euskera y, con la complicidad de la Real (Del rey) Academia de la Lengua Vasca que el régimen tiránico había resucitado ya en la década anterior, estableció una lengua oficial a partir del dialecto más oscuro y apenas hablado y la variante guipuzcoana rural, prescindiendo de la más hablada, vizcaína, y de las aportaciones industriales que habían dado un vascuence -nombre con el que era conocido el idioma -, popular, jatorrena en euskera. Con la recuperación de la Autonomía del País Vasco esta neolengua devino el idioma oficial de la administración vasca y, lo que es más importante, de la educación en Euskadi.

- Pero… que no vas a hacer oposiciones, que para trabajar en una tienda, no necesitas un título.

- Si hasta el inútil de Aitor se sacó el Ega 2 por qué yo no voy a sacarme un título y pasárselo por las narices.

El Ega o “certificado de competencia en lengua vasca” es un medidor del conocimiento de la lengua, nivel en función del cual se puede aspirar o no a plazas en el entramado del empleo que depende de las finanzas públicas en el pequeño país, aunque la exigencia del nivel desaparece si el aspirante a vivir de los impuestos tiene la afiliación política adecuada o el parentesco o contactos adecuados, como es aceptado por la sociedad vasca. 

-Porque tú ya hablas y Aitor tiene el título para calzar la pata de una mesa porque jamás habla en euskera.

- Porque el mamón de él no lo necesita pero yo sí, hostias, yo sí…- con cierta desesperación, sintiéndose incomprendida, Miren acaba el vino -.

- Pues yo voy a ver si desconecto un poco de este mundillo del euskera, me voy un par de semanas a Londres, gastos pagados por la empresa, a reverdecer mi inglés y a un seminario sobre técnicas de enseñanza de idiomas, nos vamos otra y yo, sin maridos ni niños ni nada…

- Eso sí que es una desconexión y no la de otra que sé yo…

- No creas que yo huyo del marido, que yo le he dicho a Lánder que venga conmigo, que solo tiene que pagar lo suyo y no ha querido, que si él quiere viajar, me ha dicho, que si quiere viajar que nos vamos a cenar a una sidrería de Astigarraga o así y ya está, no te jode, es que a veces parece tonto…

(Continuará)

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