lunes, 21 de julio de 2008

EL BUEN ESPECTADOR DE NUEVO

Existe un código de conducta del “buen espectador” que fue publicado por la Unión de Rugby Inglesa (RFU) dirigido fundamentalmente a los padres de los jóvenes jugadores que presencian sus partidos en edad escolar y que se repartió en 2006 con ocasión de los partidos de la selección inglesa en el Torneo de las 6 Naciones.

Mi amigo y excelente abogado donostiarra Kepa Sanz que nos las remitió nos decía también que estas sencillas normas son de aplicación a los espectadores de todos los deportes. Como yo comparto su criterio creo que es bueno presentar algunas reglas del Código Británico en una traducción lo más literal posible:

Se anima al espectador a actuar como un ejemplo positivo para los jóvenes jugadores, a familiarizarse con las reglas federativas sobre excesos verbales y emocionales y a respetar a todo club de rugby.

El espectador debe recordar que los jóvenes hacen deporte por su propio placer y no por el de quien les mira.

Hay que reconocer los logros del jugador y del equipo con independencia de los colores que defiendan.

Aceptar las decisiones de los árbitros, recordando que son voluntarios que permiten con su colaboración que nuestros jóvenes jueguen rugby.

No insultar o menospreciar a jugadores ni a árbitros ni a entrenadores ni a otros espectadores, eso sólo puede influir negativamente en la evolución de quienes lo presencian en estas edades.

Reconocer el juego limpio y el esfuerzo más que el “ganar a toda costa” como objetivo del deporte.

Animar de forma positiva a los participantes, se grita a favor de ellos no se les grita a ellos. Animar a todos con independencia de su destreza y no burlarse jamás de los fallos individuales de los del equipo contrario.

También hay reglas en el código dirigidas a los árbitros para que reconozcan la importancia de la diversión y del disfrute en el deporte que comporta un encuentro, para que transmitan mensajes positivos a los jóvenes durante el partido, para enfatizar el espíritu del rugby, para poner antes las necesidades de las personas jóvenes que las necesidades del rugby durante el partido, para entender el complejo momento de sus vidas en que suelen estar los adolescentes, para servir de ejemplo positivo con su conducta en el encuentro y después... Y la Federación concluye animando a los árbitros ya reputados a bajar frecuentemente a arbitrar encuentros de principiantes.

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