miércoles, 23 de enero de 2008

MUJERCITAS 1 (2006)

UN TOGADO EN LA MELÉ: MUJERCITAS

Los papeles tradicionales de la mujer en el mundo del rugby han sido el de madre que limpia equipaciones llenas de barro, el de novia que soporta inacabables partidos de innumerables medios tiempos, el de esposa que cuida de los retoños además de soportar las repetidas historias nostálgicas de su cónyuge, el de protagonista de las más sucias canciones de autobús, el de catre de la soldadesca deportiva que celebra el resultado sea el que sea etc. No hay nada extraordinario respecto de otras actividades que han sido masculinas también tradicionalmente.

Dentro de la religión del oval, que cuenta con tan escasos seguidores por nuestras tierras, la secta del rugby femenino es casi un fenómeno sobrenatural. Los ocho equipos femeninos que juegan competiciones organizadas a ambos lados de la frontera merecen un poco de atención tanto en cuanto deporte femenino como en cuanto rugby, sobre todo el entusiasmo de las componentes de nuestro único equipo actual en Gipuzkoa que lo han salvado de la desaparición repetidamente en estos últimos años

La incorporación de la mujer a todo tipo de actividades deportivas no es sólo un reflejo de lo que sucede en la sociedad sino que muchas veces es un ejemplo para ésta que sigue obstaculizando –los hombres seguimos-, el protagonismo femenino en muchas facetas incluso en las festivas más populares.

La convivencia dentro del equipo y con las competidoras es el valor del rugby que las mujeres ponen mayoritariamente en primer lugar. En el rugby femenino se construye y se comparte una visión colectiva con una facilidad que sorprende a los que nos hemos acercado alguna vez. Y las principiantes enseguida se enganchan al ambiente interno y se contagian de esa costumbre de convivencia festiva con los equipos contrarios. En el rugby, como en la sociedad, la presencia activa de la mujer no es sólo un fenómeno inevitable de estos tiempos sino que está enriqueciendo la vida en Ovalia o sea que hay que recomendar que no se lo pierda nadie.

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