miércoles, 23 de enero de 2008

SANGRE, SUDOR Y CERVEZAS (2006)

La selección de Irlanda, ahora profesional -que depende de la Federación Irlandesa de Rugby cuyo territorio es toda la isla y que cuenta con jugadores del sur y del norte de la isla-, juega el Campeonato del Mundo, el Torneo de las VI Naciones, los Test Matchs internacionales… con. Las selecciones de Gales, Escocia, Inglaterra juegan las mismas competiciones y se enfrentan también, como es notorio, a las de Argentina, Francia o Italia por ejemplo. En el hemisferio sur el Torneo Tri Nations por ahora sólo concierne a los equipos de Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda pero los estados de Samoa, Fidji y Tonga han probado a formar una selección única para incorporarse al Torneo en principio aunque es Argentina a quien más se le eche en falta en esta competición austral.

Los Lions (British & Irish Lions actualmente) es una selección de jugadores profesionales de Gran Bretaña e Irlanda que juega Test Matchs sangrientos que no tienen nada de partidos amistosos por todo el mundo de ovalia y especialmente contra las selecciones del sur. Los Barbarians es una especie de club de jugadores profesionales de uno y otro lado del canal que se autoconvocan para sudar jugando contra todo tipo de selecciones igualmente.

Todos estos modelos de de selecciones más o menos nacionales tienen su reconocimiento en las instancias federativas internacionales, nacionales y otras, no sin sobresaltos a lo largo de la historia del rugby pues los himnos y banderas también han provocado sorderas y cegueras en algunos personajes a veces, quizá porque los políticos no practican el tercer medio tiempo al no amar el rugby –y la cerveza-, sobre todas las cosas como ordenan los mandamientos de este deporte. Deporte en el que el balón tiene forma de huevo primordial y en el que la portería hacia la que se envía es una H de humanidad, como me puso de relieve aquel filósofo argentino mientras sorbía un mate –no todo va ser cerveza-.

Euskarians es un proyecto que puede tener un buen futuro si todos y todas le ponemos las piedras debajo y no encima como tantas veces hemos acostumbrado.


El reglamento tanto del juego del rugby como de las competiciones han ido cambiando o mejor dicho adaptándose al cambio continuamente y con cierta aceleración en los últimos diez años desde que el profesionalismo abierto se extendió por el hemisferio norte del planeta.

En el partido se prima la jugada del ensayo, dándole un valor de cinco tantos, y que exige que el jugador que lleva la pelota la pose en la zona de defensa del equipo contrario frente a los golpes de castigo o patadas a bote pronto que requieren que el balón oval pase entre los palos superiores de la H de la portería con un valor de tres tantos –mientras que la transformación del ensayo son dos tantos-. Así las jugadas para obtener ensayos priman normalmente sobre el resto de las posibilidades de incrementar el marcador en beneficio de la belleza del juego y en beneficio de los espectadores.

En las competiciones por liga al equipo ganador se le dan como mínimo cuatro puntos que pueden subir a cinco si obtiene cuatro ensayos o más además de que en casos de empate a puntos en la clasificación y en el promedio de tantos, el número de ensayos de cada equipo es criterio clasificatorio, mismo criterio que en las competiciones por copa o eliminatorias en caso de empates irresolubles.

Quizá porque el imprevisible rebote del balón ha preparado al mundo del rugby para vivir en un mundo cambiante es por lo que no se ha hecho la pregunta de los ratones sino que el rugby se ha planteado los demás interrogantes necesarios para ganar en la competición por el queso.

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