viernes, 4 de septiembre de 2009

MIDI OLYMPIQUE

En estas páginas amarillas, los habitantes de esta parte del páramo de Ovalia encontramos verdaderamente lo que buscamos dos veces por semana. Incluso hay quien dice que en Euskadi se mantiene la lengua de Sarkozy gracias a su obligada lectura a pesar de los errores políticos que la erradicaron de nuestra educación. El Midol se lee con devoción entre nosotros, se estudia muchas veces y se tira sólo cuando se ha llegado a comprender las dificultades financieras del equipo de Villevieille du Connardac sur le Trouduculperdu que milita en la última de las últimas divisiones federales al parecer.

Inevitablemente las visitas de los equipos de Iparralde están haciendo que en la redacción de Toulouse se vayan enterando de la existencia de Anoeta pero sólo de la existencia.

No debemos enfadarnos por los comentarios frívolos puestos en labios de un jugador francés que ha pasado por nuestro rugby, ni pedir que el colega plumífero haya hecho un mínimo esfuerzo para enmarcar estos partidos en una historia previa, modesta eso sí, pero historia.

Quienes conocimos el viejo estadio de pista de ceniza donde se improvisaron –dentro de poco cincuenta años-, unas haches semirreglamentarias para que aquellos treinta esforzados guipuzcoanos persiguieran los extraños botes de un cuero que podía ser oval nos hubiera gustado una pequeña mención, incluso un recuerdo a torneos veraniegos o a partidos amistosos –algún derby cordial del norte se llegó a jugar en Atotxa incluso-, en el que el rugby empezaba a gatear por fin en este lado del Bidasoa –las veces anteriores fueron episódicas-.

Tarde o temprano habrá un hueco en la maqueta para que un becario pueda suplir las carencias donostiarras de esas necesarias páginas amarillas, aunque sea acudiendo a la investigación propia que es como ahora se llama al plagio vía Google.

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