viernes, 22 de febrero de 2008

JUGARSE EL CUELLO (2006)

Hay peligro de lesiones, incluso de lesiones muy graves, en la práctica del rugby. El riesgo es inherente a la práctica de todo deporte desde la preparación hasta la disputa del encuentro y las estadísticas no sirven de consuelo cuando nos encontramos con el caso individual, sea el deporte que sea. La melé o scrum, como forma de poner de nuevo el balón en juego, es una jugada de las más polémicas precisamente por su posibilidad de provocar graves lesiones en los jugadores del Rugby a XV. Las cervices de los pilares y talonadores soportan una presión de prensa de forja industrial en el momento de la disputa. A la vez jugar en la primera línea es una de esas satisfacciones que marcan una vida, intentar disminuir la probabilidad de que esa marca no sea una invalidez ha llevado a nuevas modificaciones de las reglas de la melé, algunas ya aplicándose por recomendaciones previas pero que entrarán en vigor a todos los niveles del juego el 1 de enero del 2007. Las cuatro fases iniciales devienen definitivas: en primer lugar el árbitro indicará a los delanteros que se agachen, en segundo lugar indicará que se toquen para que los pilares toquen con su mano el hombro exterior de su contrario tomando la distancia físicamente en vez de visualmente, seguidamente ordenará una pausa y por último autorizará a poder juntarse, subrayándose la prohibición de iniciar el empuje antes de la introducción del balón y que cabeza y hombros de los jugadores al agacharse no deben estar por debajo de las caderas. La colisión de los dos grupos de ocho jugadores, prácticamente dos toneladas de músculo y adrenalina, disputándose un balón subterráneo es un espectáculo ritual y algo misterioso para el espectador profano pero que forma parte esencial de este juego, quizá próximamente se incorpore un micrófono a su interior para que se pueda oír lo que en ella se dice.

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