El rugby de la villa de este lado del Bidasoa es frágil. Hay épocas en que parece que también va a desaparecer como una vajilla después de una cena griega, a semejanza de alguna de sus industrias de referencia. (1) Esta temporada la porcelana apenas da para un par de platos entre senior y cadetes, así como para cuidar la escuela –de la del Rugby Club Irún han salido cosechas excelentes aprovechadas por otros clubes, alguno demasiado cercano-. El puente que salva el río fronterizo no ha servido históricamente para fortalecer demasiado a los entusiastas de nuestro deporte de este lado, más bien al contrario, y, sin embargo, parecería que esa proximidad
podría aprovecharse mucho más por los iruneses que mantienen vivo el club local desde 1969. La cooperación transfronteriza con el impulso de todos podría tener un precioso eslabón real en un proyecto común positivo para el rugby de Hendaya e Irún pero, antes de que esto sea verdad, mucha agua correrá bajo el puente de Santiago. Los esfuerzos iruneses en nuestro deporte merecen un mejor trato por los responsables del deporte municipal de todas maneras y la decisión sobre la ubicación
del nuevo campo no debe dilatarse hasta límites electorales porque la incertidumbre no contribuye a planificar un mejor futuro. Por otro lado, los veteranos están siendo convocados para impulsar un nuevo equipo de viejas glorias, el Half Scrum, en el que puedan mostrar su forma actual, contribuir a mejorar el ambiente del balón oval
y quizá generar un poco de competencia en el entorno del Juncal.
(1)
http://togadoenlamele.blogspot.com/2008/01/victorino-en-san-isidro-2003.html
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