« In illo tempore » (1) defendía yo a un individuo en un grueso sumario que se encontraba ya en la Audiencia Provincial a espera de juicio. La preparación de la base de datos que me permitía gestionar los muchos hechos en los que mi cliente estaba acusado, acusado con penas largas que, puestas una detrás de otra, daban para media docena de vidas centenarias purgándolas, aberración que nuestras leyes penales no permiten, esta preparación complicada, la informática como herramienta de la abogacía estaba en sus principios, me llevó a comprobar que me faltaban circunstancias de algunos hechos en las fotocopias que manejaba pues, dado que la conducta humana se desarrolla en el tiempo y en el espacio bajo una forma determinada y respondiendo a una motivación, me gustaba y me gusta tener las personas concernidas y los hechos imputados por las acusaciones y por las defensas así como las pruebas bien relatados y relacionados los unos con otros en diagramas de flujos y en bases de datos, a su vez interconectados.
Para suplir las carencias descubiertas, acudí a la oficina judicial y, a través de una ventanilla habilitada en una puerta, reclamé los volúmenes de la causa a la eficaz funcionaria. Ésta, desolada, me informó al rato que no la encontraba, que tenía que estar encima de la mesa del Presidente pero… había desaparecido y me pidió ayuda para revisar el caótico despacho del Magistrado y los armarios de la propia oficina, así que me franqueó la entrada. Miré hacia la gran máquina fotocopiadora y allí vi « mi causa », la reconocí inmediatamente, no recuerdo por qué. Un individuo joven con semejanza de dictador libio estaba tranquila y pausadamente, seleccionando los folios que le interesaban, obteniendo copias del contenido del sumario. Sin contemplaciones, se lo arranqué y exigí que se identificara, el tipo, a la defensiva, lo hizo :
- Soy José Mª Calleja de la agencia EFE, el Presidente me ha dado permiso…
Así conocí al añorado Chema Calleja.
En el Ordenamiento jurídico español el secreto sumarial, ese deber de discreción que tenemos los abogados, se encuentra recogido en el artículo 301 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECr), que establece que “Las diligencias del sumario serán reservadas y no tendrán carácter público hasta que se abra el juicio oral, con las excepciones determinadas en la presente Ley.” Pues sí, claro.
(1) « In illo tempore » es una expresión que utilizo para ubicar en el tiempo hechos de mi vida pasada… salvo excepciones, se refiere a los años anteriores al incendio del despacho del director de la Hacienda Foral de Gipúzkoa, acontecimiento que marca un antes y un después en la percepción ciudadana de las instituciones que regulan nuestras vidas diarias.