viernes, 26 de junio de 2020

CONFINAMIENTO ON LINE



"Le self tape s'agit pour les acteurs de filmer leurs propres auditions et les envoyer aux recruteurs.  Actors are being asked to “self-tape” their auditions and e-mail them directly to the casting office or production team…"
Delante del ordenador, una mañana de confinamiento, vestido correctamente de cintura para arriba, pantalón pijama y pantuflas de cintura para abajo. Navegando por no se sabe qué mares de la inmensa tela de araña, después de empezar a ver y abandonar aburrido videos de formación en acting, vídeos de coaching actoral, clips con los 10 tips imprescindibles para el actor, Imanol Hiruntchiverry acabó en una clase on line sobre el arte de grabarse a sí mismo con el teléfono móvil y seducir rápidamente a la directora o al director de casting correspondiente, la introducción empezaba con una explicación bilingüe de lo que era el self tape.

Hay dos tipos de clases on line – pensaba Imanol -,  las pensadas para ser seguidas por alguien y las que se hacen porque alguien cree que ponerse a hablar delante de una cámara web de un tema que conoce bien o mal es una clase on line. Esta era de las segundas, de las aburridas e inútiles, una pareja o dos individuos, en todo caso de dos sexos diferentes, hablaban mirando a cámara, interrumpiéndose con frecuencia, y hablaban sobre la necesidad de tener un buen smartphone, una buena luz ambiente, un buen texto que decir, una « chuleta » preparada y demás cosas necesarias que cualquiera pensando un poco puede hacer. Imanol también abandonó la clase on line, pero la clase on line no le abandonó a él.
Un mensaje con una encuesta de calidad le llegó inmediatamente, sólo contestó a la primera pregunta con un « aburrimiento » y siguió su navegación matutina – hasta la hora del aperitivo no se duchaba y vestía -. El segundo mensaje era conminatorio, se le exigía una explicación, como se había enganchado a un viejo telefilm de los años 60 en streaming, Imanol dió un click sobre el aspa que cerraba la ventana abierta con el texto y siguió viendo las aventuras de un perro lobo en territorio kiowa.

El tercer mensaje le llegó con la siesta, con la siesta prácticamente terminada pero en pleno sueño sobre el canapé de la sala, con el cojín sobre la tripa y además le llegó por whatsapp, se sobresaltó, alguien se había tomado la molestia de buscar su teléfono para enviarle un mensaje grabado por whatsapp con una bronca: “¿Por qué había despreciado el trabajo de unos compañeros que habían dado tanto a la profesión y les había ofendido después de que dedicaban su tiempo a formar a inútiles sin talento?”

Era una provocación de las que merecen una respuesta contundente al remitente. No respondió. En su lugar, se preparó un gintónic. No hubo más mensajes. Ahora Imanol dice que hay tres tipos de clases on line.



miércoles, 24 de junio de 2020

DEVOLVER UN PREMIO

...second rôle, Meilleur actrice dans un second rôle, Meilleure photographie, Meilleur film international, Meilleur film documentaire… - la voz monótona del presentador le iba adormeciendo en la butaca de la sala del festival-,  tandis que l'acteur nominé dans la catégorie Meilleur second rôle pour…
Se ajustó el nudo de la pajarita, una cámara de una televisión le estaba enfocando.Intentó prestar atención a lo que pasaba en el escenario, Ahora hablaba la presentadora que sobre la alfombra roja había desfilado, destacada entre las demás estrellas, luciendo un vestido que enseñaba más que lo que vestía y todos sabían que, como  nominada a mejor actriz de reparto,  ella tenía el premio asegurado.
- Mejor actor principal, Mejor actriz principal, Mejor actor de reparto, Mejor actriz de reparto, Mejor cinematografía, Mejor película internacional… - la voz femenina tampoco le espabilaba, necesitaba tomar un café doble por lo menos, la resaca de las copas después de la comida le estaba pasando factura.
Después de enumerar los premios en los dos idiomas oficiales del Festival, parecía que la ceremonia protocolaria iba a comenzar. Se volvió a ajustar el nudo de la pajarita, la cámara de la televisión parecía centrada en su cara, él no miraba pero sentía que el objetivo le escrutaba, la pequeña luz roja parpadeante encima del aparato se encendía repetidamente y cada vez durante más rato, miró a los que estaban en el eje de la cámara detrás suyo en una diagonal izquierda, eran invitados del balneario costero en el que se celebraba el evento, ya estaba seguro de que la cámara se interesaba en él solo pero la torsión realizada le había producido un vértigo, una náusea de whisky le remontó por el esófago, cerró los ojos y se concentró en disimular su malestar. Cuando abrió los ojos la luz roja seguía parpadeando fuera de su visión directa pero podía percibirla. Se sintió agonizar. No tenía que haber hecho caso al distribuidor y debía de haber parado en el segundo whisky, después de los vinos de la comida, el tercero había sido demasiado. De un momento a otro iban a decir su nombre, iba a sorprenderse delante de aquella cámara que no dejaba de esperar para captar ese momento, luego tendría que levantarse, avanzar hacia el escenario, sonriendo y saludando, besar a la odiosa actriz roba planos que le iba a dar el ridículo trofeo de alpaca, saludar al cretino del periodista local que le daría el diploma, volverse al público, agacharse ante el micrófono y decir sus palabras de agradecimiento y, estaba cada vez más seguro, vomitar, iba a vomitar las cigalas mal digeridas, el vino, el whisky y todas sus posibilidades de volver a rodar una película en su vida. Rezó en su interior para que no dijeran su nombre, para que a última hora el jurado no hubiera hecho caso a lo pactado entre el director del festival y el distribuidor y, con un mínimo de dignidad, hubiera dado el premio de mierda a cualquier otro. Inútil, después de una pausa de suspense, los presentadores leyeron al unísono la papeleta que ella había sacado del sobre.
- Et le prix du meilleur acteur dans un second rôle récompense Imanol Hiruntchiverry comme le meilleur acteur secondaire de la compétition. El premio del mejor actor en un papel secundario recompensa a Imanol Hiruntchiverry como el mejor actor secundario del certamen...
Aplausos muchos y silbidos pocos en el auditorio, vértigos muchos y nauseas pocas en Imanol, de pie. Se tropezó un poco consigo mismo antes de avanzar por el pasillo hacia los escalones, se tropezó con el primer escalón pero consiguió no caer, siguió sonriendo y saludando, besó a la odiosa actriz roba planos que tenía el ridículo trofeo de alpaca en la mano, saludó al cretino del periodista local que abanicaba a la actriz con el diploma, los recogió sin que se le cayeran, se volvió al público, se agachó ante el micrófono y dijo algo que podían ser  palabras de agradecimiento e inició su marcha hacia los bastidores para esfumarse antes de que las cigalas mal digeridas con su salsa alcohólica abandonaran su cuerpo repentinamente. No había contado con la maldad del periodista local, un regordete mofletudo con unas gafas que parecían parte de un disfraz de Groucho, que se le puso delante con una botella de champagne y tres copas, diciendo:
- Notre sponsor vous invite à fêter ce prix avec son meilleur produit. Nuestro patrocinador brinda con su mejor producto por este premio.
Imanol aferró el trofeo en la mano derecha y el diploma en la izquierda, esquivó al obstáculo humano con una finta deportiva, musitando un “pas possible, no puedo” y corrió hacia el primer water que encontró.
Siempre ha pensado que su actuación aquella noche mereció verdaderamente un premio.







domingo, 14 de junio de 2020

GAS DE PELÍCULA

Imanol Hiruntchiverry, actor vasco, se montó en el TGV en la estación de Montparnasse, había llegado con antelación y se sentó en su asiento, leyendo el Midi Olympique extendido sobre la mesa que separaba su asiento de los de enfrente. Más pasajeros fueron llegando pero el vagón, lunes a la tarde, no se llenó del todo. A su lado, contra la ventana, quedó un asiento vacío, enfrente una mujer enfrascada en su smartphone con los auriculares embutidos en los oídos y un hombre, un secundario habitual de muchas producciones pero cuyo nombre no le venía a la cabeza, que leía la última novela de Pérez-Reverte traducida al francés, aunque habían llegado juntos no se hablaban nada y los dos respondieron guturalmente al saludo que Imanol les dirigió al llegar.
Bastante antes de llegar a Burdeos, Hiruntchiverry había acabado su lectura del periódico deportivo y paseaba su mirada por los pasajeros de enfrente, ella, de una edad indefinida, tenía unos ojos almendrados detrás de unas gafas de marca, pero su rostro, masacrado por una evidente y repetida cirugía, era como el de un muñequito de lego al que se le hubiera pegado la nariz de una bruja de cuento, mientras que él, unos setenta años, tenía ojillos, con bolsas debajo, como de haber castigado su hígado con constancia. Con un gesto le pidió el periódico a Imanol, éste se lo pasó y levantó para ir al vagón del bar, que era el contiguo, el tren salía ya de la estación de Burdeos y el compartimento se había quedado bastante vacío.
Imanol estaba acabando el sándwich y la cerveza cuando el secundario entró al bar, pidió un aguardiente y se le acercó, informándole que le había dejado el periódico en el asiento. Al oír su característica voz, le salió el nombre de su interlocutor e intercambiaron algunas frases de presentación y el otro le comentó:
- Vamos a Bilbao para el rodaje de una película ambientada en el XVIII, algo de la Inquisición y de capa y espada…
- ¿Vamos? - interrumpió el vasco - ¿Ella es actriz?
- ¿No le has reconocido? Ella es…
Imanol puso su mejor cara de gilipollas, porque la otra pasajera era una de esas actrices que todo el mundo conoce, protagonista de media docena de películas al año, una mujer de una indudable belleza en pantalla, belleza en la que sus ojos sobresalen. Agradeció la información y regresó a su asiento, mientras el otro se pedía una segunda consumición, Imanol tenía la intención de entablar una conversación con una persona tan considerada en el mundo cinematográfico.
Se puso a leer los anuncios por palabras del periódico, mientras descubría, lo más disimuladamente posible, los rasgos de la estrella del cine europeo en la mujer que seguía concentrada en la pantalla.
Y entonces le llegó el olor, el olor que rozaba lo irrespirable, Imanol miró a todos los lados, no había nadie más en el vagón, los dos últimos pasajeros se habían bajado en Dax, era ella quien se había tirado el pedo, lo había soltado silenciosa y arteramente, la admirada modelo de elegancia había soltado un gas de los prohibidos en la convención internacional sobre las armas químicas desde 1997 e Imanol sintió que iba a morir ahogado allí mismo entre nauseas y vómitos, así que cogió su bolsa y salió corriendo hacia el vagón siguiente, al otro lado de la puerta acristalada se volvió y vio la silueta femenina que se apresuraba a entrar en el retrete.
Se bajó en Biarritz como había previsto, desde el andén vio pasar el perfil femenino como en el final de una película romántica. Y a partir de entonces, cada vez que un film de ella pasa por las televisiones o por las salas, se echa unas gotas de agua de colonia en las manos y las huele, es la única manera que ha encontrado para poder verlas.




sábado, 13 de junio de 2020

MEURTRES À AGUILERA

Imanol Hiruntchiverry, l’acteur basque, était au stade Bendern pour le tournage d’un chapitre d’une série policière. Le scenario lui semblait assez nul mais ce n’était pas son problème, l’histoire se déroulait autour d’une policière biarrote qui retourne à la ville balnéaire pour se rencontrer à la recherche de l’auteur d’un meurtre lié au monde du rugby de sa jeunesse, bien sûr les témoins et les suspects étaient tous de l’entourage familial de la protagoniste, y compris un ancien amour qui se collait à elle jusqu’au final du chapitre. Imanol avait été embauché pour jouer le  rôle secondaire de vieux local « qui connaît des choses » et qui devient suspect dans les dernières séquences pour être mort juste avant la solution de l’énigme.
Le matin du tournage était humide et Imanol, avec son béret bien en tête et un ballon de rugby à la main, se trouvait debout dans les gradins en train d’expliquer a l’actrice principal que « Piquillo » n’était pas un village espagnol jumelé avec Espelette mais une autre chose. L’actrice, qui pouvait jouer parfaitement le personnage de la Schtroumpfette, se trouvait debout quelques gradins plus en haut pour être au même hauteur qu’Hiruntchiverry.
- Tu sais ? - la rousse quadragénaire qui n’arrêtait pas de fumer répondait aux explications -, j’aime bien votre lange basque, j’ai fait des études de philologie aux États Unis et je continue comme hobby à étudier les langues que je rencontre.
Elle sortir un petit carnet noir d’une poche de son manteau, elle le montra à Imanol et elle continua à parler avec l’enthousiasme d’une adolescente.
- Ici je note chaque jour dix mots en basque que j’entends pendant la journée et la nuit à l’hôtel j’essaie de les mémoriser.
Imanol ouvrit le cahier et lit en voix haute :
- Tapas... bodega... sangría... paella… chocolatero ? ?? Ayuntamiento !!!???
- Il y a des mots assez longues, vois tu ? C’est difficile, mais j’arriverai – elle reprit le carnet-.
- Je vais te faire cadeau d’un livre, ils existent de bons livres pour commencer avec la langue basque.



jueves, 11 de junio de 2020

ACCIÓN EN BIARRITZ

El actor vasco, vasco francés decían antes los cursis, Imanol Hiruntchiverry se asomó al puerto de pescadores desde las escaleras que suben a la explanada de la “Atalaya” o hizo que se asomaba. La cámara cogía en un plano medio su perfil derecho, para la toma le habían encasquetado a presión una boina roja dos tallas más pequeñas que la suya. Se esforzaba para poner su mejor mirada triste, el personaje acababa de romper con su amante, que se había quedado sentada en una mesa de una taberna típica del puerto. Cuando el ayudante del director gritó “acción” por primera vez, Hiruntchiverry buscó la silueta de su amante en el muelle de abajo, donde se suponía que estaba la terraza en el guion, en realidad había un bote auxiliar descalabrado y lleno de musgo y roña, además a las siete de la mañana y con el frío que hacía, nadie iba a estar en una terraza tomando un martini con mucho hielo por mucho que el guion lo exigiera. Le dijeron que no moviese tanto la cabeza, que la buscase con la mirada y que luego mirara hacia el horizonte, hacia el faro. Cinco tomas más tarde de la misma escena, alguien se apiadó de él y le cambiaron las alpargatas de cáñamo por sus botas, se le estaban congelando los pies que quedaban fuera de plano. La boina roja, ridícula como una boina roja que jamás ha usado nadie en su vida normal en un pueblo vasco, le estaba cortando la circulación sanguínea del cerebro pero Hiruntchiverry seguía las instrucciones del director del film, ubicado a cierta distancia en una tienda de campaña y que controlaba todo a través de un juego de pantallas. Habían pasado ya la docena de tomas y el actor, una y otra vez, sintiendo que alguna arteria o vena le iba a estallar en la cabeza, paseaba su mirada dolorida por el bote decrépito que era su novia bellísima e infiel en su imaginación, tanto si se decía “acción” como si se decía “corten”, Hiruntchiverry ya era una mirada desesperada que buscaba gaviotas, gatos, ratas… algo vivo que pasase por aquel muelle y que le distrajera, las lágrimas del dolor de la presión de la boina empezaron a salirle tímidamente.
- Esta es la buena – dijo el ayudante del director, vestido con un anorak enorme pero en short, con una voz alegre -, esa lágrima le ha encantado al patrón, hemos acabado Imanol.
Y así, al día siguiente tocaba rodar en Saint Jean de Luz la escena de la ruptura en la terraza de la taberna de Biarritz, cuyo interior iba a localizarse en Vieux Boucau una semana más tarde, Imanol Hiruntchiverry se quitó la boina y las ideas le volvieron a fluir por el cerebro.

martes, 9 de junio de 2020

ACTORI INCUMBIT PROBATIO




“Actor español mayor” “Acteur espagnol beau et connu” “Actor’studio method” “Actor english” "Vasco actor, basque acteur" y así todo, los anuncios de castings para TV, para serie, para film, para largo metraje, para corto metraje, para documental histórico, la formación académica, la formación sin formación, el método y el eneagrama, la voz y el cuerpo, el clown y la máscara, curso on line, curso presencial pero con distancia, selftape… todo es un desfile continuo de publicidad en todos los soportes, redes sociales, vídeos y juegos o lo que puedas imaginar para que el actor no se quede atrás después de la pandemia y pueda relanzar, hacer boosting o montarla en jet, su carrera actoral.
¡Qué pereza! Profesional o amateur o lo que uno sea, pero encontrarse con todo este abanico de posibilidades de contribuir a la cultura en teatro, cine, televisión o plataformas, a realizar esa vocación interna, a dar sentido a la llama que consume nuestros sueños nocturnos y sacudirse la pereza que como un hábito se ha adquirido durante el confinamiento.
Un día de éstos me pongo a probarlo, a demostrar que soy actor, “al actor incumbe probarlo” y así adapto el brocardo de derecho a mi vida actual.
Pero un día de éstos.

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