lunes, 26 de septiembre de 2022

CARTA EN LA BAïNE

Es bueno pasear por la orilla del mar, el agua por debajo de las rodillas,. La circulación sanguínea, las viejas roturas de huesos, los desgarros musculares… agradecen esta vieja actividad balnearia que los donostiarras practican en cualquiera de sus tres playas. Los Galtzagorri, Coro y Jon, suelen hacerlo por la playa de la Zurriola al mediodía, antes de preparar la comida y siempre que las mareas y el oleaje lo permiten.

- ¡Mira, una botella con carta dentro! – dice Coro cuando se encuentran ambos llegando al espigón del río Urumea -.

- Acabo de ver a una sirena zambullirse desde el dique – contesta Jon sonriendo -.

- Las sirenas no existen.

- Ese es un rumor que han corrido las sirenas para que les dejen en paz.

La botella de ginebra inglesa Miller ha llegado, empujada por una última ola, hasta los pies de Galtzagorri que la examina. Efectivamente, algo que parece una carta enrollada se encuentra en su interior. Con la navaja albaceteña que siempre lleva en el bolsillo de la chaqueta - excepto cuando va al Palacio de justicia donde, como un fakir, se la traga -, rompe el precinto y consigue sacar el papel sin romperlo demasiado. Luego lee en voz alta: 

- Querida Helena: Nos conocimos en Troya estudiando, tiempos de juventud y cubalibre, discotecas y jaulas, teatro y cortometrajes… creía que nos teníamos mutuo afecto, luego me volví a Itaca llevándome una troyana y, poco después, también llegaste a mi Itaca junto a un troyano que mi mujer había conocido en su adolescencia. Nos veíamos desde entonces por palacios, salas y tabernas, especialmente en la taberna del fresco en el techo, y cruzábamos muestras de aquel afecto, al menos por mi parte. A pesar de que un dragón de dos cabezas andaba cerca vuestro, nosotros os saludábamos sin miedo. Demasiado pronto nuestros respectivos descendieron el camino del hades del que no se regresa,  seguimos con nuestras vidas sin más, cruzándonos por motivos profesionales y con el mismo trato afectuoso.

El dragón de doble cabeza era de los que se hacía servir inmaculadas doncellas desde mucho antes,  yo lo sabía porque he tratado con todo tipo de gentes, incluso dragones comecoños, tú supongo que no, ya que tú has sido, con perdón, una pija toda la vida. El caso es que el cabezudo reptil se acercó a una joven que estaba en la frontera de mi familia, yo me mosqueé y me puse a hacer lo que podía para restablecer el orden de las cosas, lo que podía era escribir avisos en el ágora. Pero en la roca blanca de la escalera del palacio escuché que tú estabas interviniendo en el asunto y, lo que le parecía bien a mi informante, en beneficio del malo y en perjuicio de la víctima. Raudo acudí a avisarte de que la estabas cagando, no estabas, te dejé recado, repetí el mensaje llamando desde lejos – teléfono en griego, como sabes -, varias veces y otra visita inútil, siempre ocupada, siempre que te habían dado mi mensaje se me decía, colgué aviso en el ágora expresamente solo para tus ojos y nada. No has tenido ocasión en estos años de dirigirte a mi, supongo que justificadamente, aunque sí sé que has estado oyendo a hechiceras, tan confiables como víboras domesticadas, brujas que tienen la ética tan anoréxica como el cerebro. 

A todo dragón le llega su San Jorge, aquí puedes poner la obertura de la ópera “La clemencia de Tito” como banda sonora, a nuestro cabezón lagarto parece que ya le ha llegado y por eso escribo esta carta que lanzaré al mar en una botella blanca y transparente como mi alma de cántaro, ya que no soy ni Odiseo ni Eneas y Homero y Virgilio no me han legado su talento.

Firma ilegible”

Jon Galtzagorri vuelve a meter la misiva en la botella y cierra la botella como puede.

- ¿Tienes cinta de teflón en el bolso? - Pregunta a su mujer -.

- Claro, la necesitamos para el codo del desagüe del lavabo, toma.

Bien envuelto en cinta el cuello de la botella se dirigen a la parte central de la playa donde Jon la lanza lejos, en la baïne que se adentra en el Cantábrico.

- Esperemos que la sirena la lleve a la ría de Troya.



     

domingo, 25 de septiembre de 2022

APUNTES DE CLASE



El despacho de la decana está al fondo a la derecha del primer piso, la secretaria de decanato, Arconada, tiene su puesto de trabajo en una mesa que bloquea gran parte del pasillo de acceso a la puerta de su superiora, el pasillo huele a flores naturales, un ramo enorme colocado al borde de la mesa que puede caer -ya ha caído alguna vez -, si alguna visita apresurada pasa sin detenerse a dar el santo y seña en la frontera burocrática. El Barón de la Florida no gusta de venir mucho a esta planta noble de la Facultad pero ha sido convocado a pasar a última hora de la tarde y allí está, espera de pie junto a las dos sillas que ocupan el muro libre del cuadrilátero formado por la puerta principal, la puerta de la sala de baño de la decana y la parte de atrás de la recepción con su exiguo pasaje. La secretaria, cuelga el teléfono y le indica con la cabeza que puede pasar al interior. Apenas la decana y el profesor han cruzado sus saludos rutinarios de cortesía, ella sin levantarse y él sentándose en una de las sillas de delante de la mesa de despacho, cuando ella le suelta:

- ¿Qué tonterías le has dicho a ese alumno, Juan Rodríguez de Campomanes? ¿Qué es eso de que Adam Smith era pedófilo? ¿Y que Keynes le hacía morder almohada a Schumpeter? El nombre de esta ilustre facultad es objeto de burla en todas las redes sociales.

El Barón de la Florida se estremece en su silla, alguien le había hecho seguir copias de unos twitters absurdos en que se le mencionaba junto a Guido Imbens, Paul Samuelson y otros dentro de un guion de sexo, drogas y rock and roll, pero no le había dado importancia, pensando que eran bromas de alumnos ociosos y que replicarlas podría producir el llamado “efecto Streisand”, algo se había cabreado pero su vida transcurría al margen de rumores morbosos, chismes de envidiosos y exabruptos de ofendidos que abonan internet, así que el enfado le duró lo que le duraba el primer bourbon los sábados por la tarde mientras veía el western que se programaba ritualmente.

- Creo recordar que ese señor es un alumno de doctorado que llevaba tres años por Donostia con su tesis atascada dando la lata a todo el mundo y que alguien de Decanato ¿Tu secretaria? ¿El vicedecano? No recuerdo quién, me pidió que le recibiera en mi despacho para orientarle… yo le recibí, atendí a sus preguntas, le di mis sabios consejos y de algo le sirvieron quizá porque desatascó la tesis y, aunque no ha obtenido la nota a la que aspiraba exageradamente, ha aprobado ¿No?

- Es que no te enteras, va exhibiendo por ahí unos esquemas que dice que son tuyos y que están llenos de aberraciones sexuales y que dice que son tus notas de esa reunión.

- Cuando vas al siquiatra al que vas, es el siquiatra el que toma apuntes de lo que tú dices y no al revés, si esos apuntes son míos, lo que recogen es lo que él dijo y me acuerdo que traía muchas hipótesis con una mezcolanza de nombres, todo sin fuentes ni apoyos, pero yo no le di mis diagramas de lo hablado por él en la reunión, él me pidió que se los dejara copiar al final, no sé qué escribió, me desentendí.

- ¡Maldito diagrama! ¿Es que no lo has visto? Está circulando por ahí.

- Me lo han exhibido un par de veces y cada vez me pareció diferente y con errores de bulto, pero puedo estar equivocado, el caso es que no es mi autoría, es suya.

- La verdad es que el comportamiento de ese alumno es inmoral, no sé si es delictivo, pero me parece que va contra todos los principios de la deontología universitaria y universal revelar lo que se ha hablado confidencialmente.

- Para ser delito tendría que ser cierto que lo que él dice que yo le dije fuera cierto que yo se lo dije, con independencia de que el contenido sea cierto o no, que ni me importa ni me interesa.

- Pues en el claustro de facultad hay quien opina que te tengo que cortar la cabeza.

- Esa lleva opinando que hay que mandarme al cadalso desde hace 40 años, no sé lo que yo le hice cuando era becaria en mi departamento pero me ha tenido, me tiene y me tendrá odio africano.

- ¿Qué puedo hacer contigo?

- Uno de esos gintónics estupendos que preparas cuando Arconada se ha ido, y a estas horas ya no está, seguro.

lunes, 19 de septiembre de 2022

PELÍCULA DE AUTOR

- ¿Qué tal el festival de este año? - pregunta el marqués de Altamira sirviendo vino fresco de Rueda en las copas -, ¿Estás viendo muchas películas japonesas ideales para la siesta y que tanto te gustan?

- Hay buen cine japonés, como siempre, y voy a ver y rever todas – responde Galtzagorri cogiendo con sumo cuidado una patata frita muy caliente -, el Zinemaldia es el paraíso para las gentes de gusto como yo.

- Pues el año pasado te tuve que sacar del cine porque tus ronquidos no dejaban leer los subtítulos al personal – dice el Barón de la Florida dejando su patata mordida sobre la mesa -, hubo quien preguntó si la línea de metro pasaba por debajo de la sala también.

- Es que el éxtasis me transporta a veces por territorios órficos – Galtzagorri refresca las quemaduras de lengua y paladar con el frío blanco vallisoletano -, mucho más allá de lo que el autor pretende.

- Yo creo que, como buen donostiarra, eres un pijo – el del Goierri ha esperado a ver saltar las lágrimas de los ojos de sus amigos antes de tocar las patatas -, en realidad el cine de autor, y no digamos el cine de autora, es un petardo en un 99,99% de los casos que tiene menos audiencia que la ETB1 los días de labor y con razón.

- Y si además, en vez de ser vasca la directora o el guionista que, al menos, uno puede encontrar las mismas pajas mentales y manuales en su pasado que las que ve en la pantalla, te toca un director japonés, un guion escrito por un estreñido con tendencias suicidas y un ritmo cinematográfico de etapa llana de transición de la vuelta ciclista a Polonia…

El Barón, después de hablar,  ataca con furia ya las patatas que han alcanzado la temperatura adecuada. 

- A mi me gusta más ver y roncar en una película de Yasujiro Ozu, de Isabel Coixet o de Medem que en una de esas de los cómics, llenas de efectos especiales – Galtzagorri se come la última patata del plato y pide más con una seña al camarero -, además hay que ir al cine, sobre todo, hay que ir al cine y sin esa chica catalana que nos cuenta durante 90 minutos sus traumas infantiles de sus veraneos en la playa y que, dentro de 10 años, se reciclará en guionista de “Servir y guardar en tiempos difíciles para siempre” para la tele, el cine ya habría desaparecido ¡Viva el cine de autor!  ¡Viva el cine!  



martes, 13 de septiembre de 2022

LA ADMISIÓN


- ¿De quién es esa caja de jabón con ruedas de matrícula francesa aparcada delante de la puerta de la sociedad ? - Pregunta el Barón de la Florida al llegar a la comida de hongos navarros -.

- Mía no, que yo he venido en el Topo – dice Hiruntchiverry que está poniendo platos y cubiertos sobre la mesa alargada cercana a la cocina -.

- ¿Y eso ?

- El tubo de admisión de la moto está obstruido, no pasa nada de oxígeno, y hay que desmontar el motor con paciencia, ya sabes que estos monstruos son muy delicados – responde el biarrota que ya está sirviendo unos vasos de txakoli zarauztarra -.

- Como la admisión del Tribunal Supremo que también está obstruida y no deja pasar un recurso de casación – comenta Jon Galtzagorri que está bailando la sartenada sobre el fuego -.

- Lo que tiene el Supremo en la puerta es a un tipo como Arconada en sus mejores tiempos, que lo para todo – Manu Majors pasa el jamón de Jabugo que ha traído de Bilbao y que reluce en la porcelana blanca -, excepto si el que chuta se llama Platini.

- Hablando de “Platini”, hay abogados especialistas en casación que ganan bien su vida por la villa y corte gracias a los cancerberos del Supremo y, no nos olvidemos, del Constitucional… - comenta el Marqués de Altamira cascando un huevo sobre otra sartén en el fuego vivo de la cocina -, como en la guerra de Ucrania, hay siempre quien engorda cuando el sistema produce cadaverina, y no solo los cuervos.

- Es que tomar el aperitivo y pagarlo en la terraza de la cafetería de la “club house” el domingo con el jefe del chiringuito judicial es sembrar semilla de buena voluntad que fructifica al siguiente día hábil – Galtzagorri sirve los hongos directamente de la sartén sobre los platos de los comensales -.

- No creo que un vino blanco de Rueda y un platillo de calamares pese lo mismo en la balanza que media docena de motivos de casación – Majors abre una botella de tinto de Falces que vacía en los vasos de cada uno -.

Galtzagorri pega un trago y exclama:

- ¡Añádele una ración de croquetas!