En aquel tiempo el
Marqués de Altamira y sus amigos visitaban demasiadas tabernas para
haber llegado a ser unos deportistas de élite, así que no pasaron
de ser, como la mayoría de nosotros, de esos jugadores de rugby que
disfrutaron de unas temporadas de este deporte al nivel competitivo
más regional que otra cosa pero que se quedaron enganchados a él,
cuando los hijos y el trabajo les fueron apartando de los necesarios
entrenamientos para no hacer mucho el ridículo en el partido del fin
de semana. Ahora, la escapada semanal “entre chicos”, un partido
sin placajes o “tocata” con cierta regularidad y, al llegar el
buen tiempo, incluso semanal también, y otras esporádicas
actividades les permiten vivir el rugby, sentirse rugbiers a pesar de
que los michelines y las alopecias les recuerdan que el tiempo pasa
y... marca. Quizá porque el tiempo pasa y no lo puede retener ni
siquiera Johnny Hallyday -aquella impagable casete del autobús con
La Bagarre que nos ponía Hiruntchiverry y que, si la oigo ahora, me
haría llorar-, a veces se ponen serios:
- Los estudios
revelan que el consumo recurrente de bebidas alcohólicas por los
jóvenes y beber hasta embriagarse pueden afectar negativamente al
desarrollo mental, a los hábitos de estudio y a la obtención de las
capacidades necesarias para una correcta transición a la edad adulta
-Dice el Marqués de Altamira, después de pedir la última ronda de
cervezas en un pub de tipo irlandés más o menos-, y se ha
comprobado que la promoción de bebidas alcohólicas en los medios
publicitarios influye en la decisión que toman los adolescentes para
beber, y existe evidencia que demuestra que esta publicidad aumenta
las probabilidades de que los jóvenes comiencen a beber, o aumenten
su consumo de alcohol.
- Vivimos en una
sociedad alcohólica, muy alcohólica -Comenta Galtzagorri que
también ha leído el mismo artículo que su amigo-, en nuestros
pueblos es imposible concebir las relaciones sociales sin txikiteo,
forma parte de nuestra cultura y en algunos pueblos parece que es la
única cultura aceptada.
- Así que los niños
lo aprenden de lo que ven hacer a los mayores -El Barón de la
Florida lleva años dando ejemplo de sobriedad delante de sus hijos,
por cierto-, y los mayores no somos el mejor modelo y en el rugby,
menos, hemos frivolizado con el tercer tiempo tanto que las marcas de
cerveza se pegan por patrocinar el rugby.
- Lo que siempre le
digo a mi hija “Haz lo que te digo, no lo que yo hago” - Y Murray
apura la última espuma de la última cerveza-.
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