Este
fin de semana, mientras unos se van a Edimburgo en la peregrinación
anual con el peculio que han ido formando mes a mes en la cuenta
común, otros se quedan en casa a ver el Torneo de las VI Naciones
por televisión, aunque sea en un establecimiento de hostelería con
ambiente o en una sociedad gastronómica que no es mal plan tampoco.
No solemos mencionarlas muy a menudo pero las mujeres de la
cuadrilla, cuyas nimiedades se suelen asomar a esta columna, son
habituales seguidoras del deporte del balón oval, alguna ha hecho
varias temporadas vestida de corto y hay quien se cayó de pequeña
en la caldera del rugby y sabe más de este deporte que muchos
plumillas de reconocido prestigio en nuestro reducido ámbito
deportivo.
Así
que me extrañó encontrarme con Galtzagorri y señora con un
pelotón, bastante ordenado, de infantería familiar en la puerta del
Aquarium donostiarra, pasada ya la hora en que los buzos dan de comer
a los tiburones bovinos y demás piscifauna.
-
¿Es que hoy no hay clase? -Pregunté en mi ignorancia de la
programación de huelgas, fiestas de guardar y gripes que ahora se
lleva en el calendario escolar-.
-
Pues no hay para éstos y no me preguntes por qué, así que les
traemos a este zoo de cristal, aprovechando la baja temporada -Me
dijo Galtzagorri que se ha puesto el maillot verde del trébol el
sábado pasado y que no se quitará hasta el 17 de marzo próximo-,
para que no se enfríen por ahí.
-
¿Por qué tienen presos a los peces y no los dejan sueltos en el
mar? -Pregunta una de las niñas que me ha visto equivocadamente cara
de experto por encima de mi pajarita-. Es muy triste verlos en las
peceras…
Habiendo
padres delante, nunca hay que responder a las preguntas de los niños,
así que me dirijo a Galtzagorri:
-
Otro año que el Torneo se lo va a llevar Inglaterra fácilmente, no
parece tener rivales, los irlandeses ganaron a esos mediocres
franceses porque tuvieron mucha suerte en la última jugada.
-
Irlanda me parece que tiene capacidad para ganar este año el Torneo
y que el sábado controlaron el partido para ganarlo antes de que se
acabe, que es cuando hay que ganarlo -Y volviéndose a la niña
termina-, el cerebro de los peces no distingue el acuario de la
libertad, o sea que no se enteran de que carecen de libertad.
Y
luego musita para los mayores:
-
Como muchos hombres, como muchos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario