lunes, 15 de abril de 2024

NO LE TOQUES EL CULO A LA CHICA



- ¡Ya me podían haber puesto una multa a mi cuando le toqué las nalgas a una amiga de la cuadrilla ! - dijo el tipo sentado en la fila de atrás de la tribuna en el descanso del sufrido partido mientras desenvolvía el bocadillo de tortilla – O, al menos, que ella me hubiera dado un tortazo, que es la reacción más natural…

- ¡¡Cállate, bocazas !!– la mujer que había sacado los bocadillos del bolso intentó cortar la confidencia que se estaba realizando en voz alta -. A Miguel no le importan nada tus historias de hace años que acaban por quitarme las ganas de venir contigo a Anoeta.

- La víctima de mi agresión sexual – prosiguió el barbudo sin limpiarse el aceite que empezaba a escurrirse brillando por la ley de la gravedad hacia el ceñido maillot blanquiazul que subrayaba su abdomen esférico -, se lo tomó como una muestra de cariño y se me arrimó más caliente que un horno de panadería al amanecer, se me arrimó tanto que se quedó embarazada a la segunda tocada de culo y claro, en vez de irse a Londres como su hermana a aprender inglés que era lo que se estilaba por entonces, a mi me tocó casarme de penalti transformado después del tiempo de prórroga.

- Eres un hijoputa Berto, un hijo de la gran puta – la sufridora realista se estaba evidentemente cabreando y no se daba cuenta de que nos estaba regando de migas y trozos de tortilla de patatas a quienes nos habíamos vuelto a seguir el espectáculo gratuito que nos amenizaba el descanso -.

- Cariño, a mí el metoo ése me llegó tarde, pero yo también te quiero.

Luego pasó lo que pasó y ese equipo que solo tiene ingenieros del balón, jefes con pluma y unos indios de figuración de aquellos infames westerns que se rodaban precisamente en Almería, ese equipo carente de líderes se dejó una vez más las plumas en el sombrío césped híbrido de Anoeta.



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