Rugby School as seen from "the close" where according to legend Rugby football was invented. (Photo credit: Wikipedia) |
Cuando a Txano Galtzagorri le dijo el entrenador que no podía jugar más en el equipo le dio el disgusto de su vida pues llevaba toda la vida jugando a rugby en aquel equipo, poco más o menos cuarenta años y además el entrenador era su hijo.
-Eres demasiado viejo para jugar. Yo también lo dejé, aita. No es por si te rompes algo, no, pero si un día te da un telele y te quedas tieso en un partido ¡Qué responsabilidad para mí! ¡Y para el club! ¡Y para el médico que te firma el apto para jugar porque es de tu cuadrilla! No juegas y ya está.
Me encontré a Galtzagorri casualmente uno de estos días y me lo contó con lágrimas en los ojos, mientras veíamos pasar el agua multicolor del Nervión desde un puente bilbaino, al salir ambos del cercano Palacio de Justicia.
- Cuando estudié en Oxford… –comenzó el colega-.
- Tú no has estudiado en Oxford jamás, Galtzagorri –le corté la farolada que empezaba-.
- Perdona, estuve el fin de semana pasado en Oxford, aprovechando el puente festivo, y me compré “The original rules of Rugby”, el primer y auténtico reglamento del rugby, en la librería universitaria e inmediatamente me lo puse a estudiar allí mismo, en la Universidad de Oxford… Así que, prosigo. Cuando estudié en Oxford el reglamento del juego de nuestras vidas lo comprobé: nunca ha habido edad límite para jugar al rugby, lo que hay ahora es una verdadera obsesión con la responsabilidad, con la seguridad y eso es lo que ha acabado conmigo.
Jóvenes con canas y poco pelo, como mi amigo Galtzagorri, son los que forman esos equipos de “viejos dorados” que, bajo su propia responsabilidad, siguen jugando al rugby con verdadera adición y así son los que Donostia recibirá en junio del 2015.
Nota: En la foto, Philippe Walrave, alias Ramses, que con 74 primaveras ha jugado al menos un cuarto de hora en agosto último como segunda línea en la Liga "Honneur" de la FFR.
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