Español: La Pedraja de Portillo en la provincia de Valladolid (España). Homenaje al toro bravo. (Photo credit: Wikipedia) |
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¿Qué tal la reunión con tus compañeros de
defensa en ese maldito asunto? –preguntó Jon Galtzagorri a su joven colega en
la terraza con vistas a la playa y a las playeras-.
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Bien, mucho ego con necesidad de pavonearse pero
creo que vamos bien. Nos ha tocado como magistrado ponente Don Santiago García
de Olmedo y Vivar, que estará atracándose con los miles de folios en cuestión
¿Lo conoces?
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Es uno de los García de Olmedo de toda la vida.
Los García de Olmedo ya eran magistrados con los reyes godos, siguieron siendo
jueces con califas, emires y taifas, luego con los Reyes Católicos, los
Austrias, los Borbones, las Repúblicas y las Dictaduras, las transiciones y
hasta hoy. Una larga saga de Garcías de Olmedo conforma la historia de la
judicatura hispana, cuando un niño nace en esa familia está destinado a ser
magistrado como su padre, sus tíos, su abuelo hasta remontarse en la noche de
los tiempos.
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Exageras, viejo compañero, habrá excepciones,
como en todas las familias.
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Las ramas degeneradas de la familia son
notarios, registradores de la propiedad e incluso hay alguno que es Catedrático
de Derecho Romano pero los García de Olmedo de casta son magistrados que se
casan con su novia de toda la vida para tener magistraditos que mantengan el
renombre de tan ilustre apellido judicial.
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¿Y las mujeres de la familia?
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Hasta ahora estaban destinadas a casarse con
otros miembros de parecidos encastes del poder judicial pero últimamente alguna
ha salido Abogada del Estado y todo,
habiéndose casado con un hombre a pesar de su evidente homosexualidad, porque
los García de Olmedo son magistrados antes que personas y, en todo caso, son
católicos de primera fila con derecho a palco sobre el altar mayor siempre.
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Me da igual cómo sea Su Señoría mi cliente lo
tiene bien de todas todas.
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Tu cliente va de culo y marcha atrás: no es más
que un pequeño ladronzuelo de provincias, ni siquiera es un presidente de una
compañía cotizada al que un juez joven, que nunca hará carrera, haya empapelado…
los García de Olmedo han permanecido en la Justicia por su incorruptibilidad
durante siglos ¡Ninguno se ha vendido jamás! –Galtzagorri habla con tono
autoritario y lleva ya su tercer gin-tónic-. Sino que siempre se han regalado,
se han regalado al poder. Y tu cliente y el resto del banquillo ni están en el
poder de España ni se les espera, así que la espada de la diosa ciega les va a partir
el lomo como me llamo García de Olmedo de decimocuarto apellido.
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